Todo sigue bien. (Y hoy hasta mejor porque tengo un día libre y por fin un día hasta el viernes nadie puede gritarme por las entradas ).
La manchita rosita en la lengua sigue extendiéndose. Sin embargo, todavía ocupa sólo una pequeña parte de toda la superficie de la lengua.
No he mencionado todavía que desde que se me terminó esa crisis acidótica casi insignificante respiro muy bien hacia la profundidad de mis pulmones.
Lo buenísimo es también que durante todo este tiempo voy tan bien al baño apesar de ingerir sólo los líquidos sin fibra (insoluble). Creo que una razón es la fibra soluble y también la pulpa completamente triturada por el extractor. Por otro lado, no será la única razón porque durante el Adviento todavía no tenía el extractor, usaba sólo la licuadora de cítricos a mano y no consumía la pulpa que se quedaba con la fibra. Ingería sólo „el agua colorada“ y sin embargo iba al baño bien. Entonces creo que en el modo natural salen de mí también algunos residuos acumulados bien profundamente que en un estilo de alimentarse más pesado (aunque crudivegano y di veg*no general ni hablar) no logran despegarse. Los productos de metabolismo, las células muertas, lo que sea. Es que la comida viva y su fibra (tanto la insoluble como la soluble) en cierto sentido magnetizan la basura y así logra salir del cuerpo. Sin embargo, la comida muerta no tiene ese poder, su fibra limpia sólo como un trapo sucio que no logra limpiar bien y deja cierta suciedad (que con el tiempo sigue acumulándose cada vez más y precisamente de ahí vienen los problemas de salud).
La gente ya empieza a comentar que he adelgazado. En general nadie nota cuando engorde hasta 4 kilos o baje unos 2 porque en esta sociedad de tanto sobrepeso me siguen viendo delgada. Sin embargo, al adelgazar más ya se dan cuenta. Todavía sólo lo comentan y no me dicen que debo engordar como solían decirme en mis tiempos fruguívoros (comparando con cuales todavía me queda la reserva de un kilo y medio).
En estas alturas siento que ya se me ha olvidado la costumbre de comer la comida sólida. En general suelo comer despacio y masticar bien y ahora los zumos también los mezclo bien con las salivas y los trago poco a poco. Sin embargo, después de todos estos días voy a necesitar muchísimo más tiempo para volver a comer y para ese comienzo pienso elegir un momento bien tranquilo. Entonces de la comida que veo alrededor de mí no me tienta ninguna porque al momento la comida sólida no la percibo como la comestible para mí.