CAFEÍNA. Esta droga, que se encuentra en el café, el té, las bebidas carbónicas, el chocolate y muchas drogas que se venden legalmente, hace que la excreción de calcio (eliminación del cuerpo) sea el doble de la normal. Esto se ha demostrado en varios estudios. (146,172, 243)
BEBIDAS CARBONICAS. Aquí el culpable es el ácido fosfórico, que se añade a muchas bebidas carbónicas para mantener el burbujeo. Esto se consigue mediante una mezcla de fósforo con ácido sulfúrico. ¿Le parece que es conveniente el contacto de esas sustancias con el delicado revestimiento de su estómago? ¡Ácido sulfúrico, nada menos! Un poco más de elemento cáustico que le aporta su amistoso, preocupado y solícito fabricante de bebidas carbónicas.
Es importante comprender que el calcio no actúa por sí solo en el cuerpo, sino que éste lo usa conjuntamente con otros minerales. El fósforo juega un papel vital. La proporción de calcio y fósforo ingeridos por el cuerpo debería ser de dos a uno. Las dietas con alto contenido de fósforo producen un notable ascenso del nivel de fósforo en la sangre. El cuerpo, haciendo un esfuerzo para mantener la proporción adecuada de calcio y fósforo en la sangre, reacciona eliminando calcio de los huesos y liberándolo en el torrente sanguíneo. Si el calcio no amortiguara el exceso de fósforo, el nivel de ácido en la sangre pondría la vida en peligro. (Además de las bebidas carbónicas, ¿sabe qué otros dos grupos de alimentos tienen más fósforo? ¡Sí, señor! ¡La carne y los productos lácteos! De hecho, la carne tiene veinte veces más fósforo que calcio. (146) Ah, los productos animales. ¿Alguien quiere una hamburguesa con queso?)
SAL. Esta sustancia ácida suele ser uno de los principales constituyentes de los productos animales, por no decir nada de las toneladas que añadimos a nuestra comida o que nos añaden los elaboradores de alimentos. En una publicación especializada he encontrado esta afirmación perfecta: «La ecuación es sencilla: cuanto más sodio (sal) ingiere, más calcio excreta». (298).
ANTIÁCIDOS. Algunos antiácidos contienen aluminio, que causa un incremento en la excreción de calcio. Quienes toman esos «aliviadores» a lo largo del día deberían saber que están ocasionando una mayor deficiencia de calcio (hay muchos medicamentos antiácidos que contienen aluminio, por lo que es necesario leer atentamente los prospectos. Desde luego, puede empez»r a combinar apropiadamente los alimentos que ingiere y eliminar asi la necesidad de esos fármacos.).(125) Por otro lado, el ácido hidroclórico ayuda a absorber el calcio en el estómago, y los antiácidos lo neutralizan. (144) Esa es otra buena razón para empezar a combinar los alimentos adecuadamente.
INSUFICIENCIA DE EJERCICIO. Se ha demostrado claramente que el ejercido aumenta la masa ósea, mientras que la falta de ejercicio ocasiona pérdida de sustancia ósea. Es algo de lo que no hay duda y que han demostrado numerosos estudios. (12, 18, 19,120,142,173, 277, 352, 415) El ejercicio incluso reconstruye huesos ya afectados por una pérdida de calcio. Los huesos están vivos y reaccionan al ejercicio como lo hacen los músculos, volviéndose más fuertes. El ejercicio y la actividad ejercen presión sobre el esqueleto, lo que, a su vez, estimula la formación de nuevo hueso. En el capítulo 10 hemos tratado más a fondo el ejercicio.
FALTA DE LUZ SOLAR. La vitamina D juega un papel de extrema importancia en el metabolismo óseo. Puesto que la mejor fuente de vitamina D es el sol, resulta fácil imaginar que tomando un poco el sol cada día contribuirá a evitar la osteoporosis. (134, 146, 198, 210, 249).
LA CAUSA NÚMERO UNO DE LA OSTEOPOROSIS. Llegamos por fin a la última causa de la osteoporosis, la principal, mucho más nociva que cualquiera de las que hemos mencionado hasta ahora. Este es realmente el golpe definitivo, el de gracia, el remate. ¿Todavía no lo ha adivinado? Sí, es ese heraldo de la enfermedad: los productos animales. Si la gente no hubiera sido tan manipulada, asustada, intimidada, obligada y aterrorizada para que introduzca en su cuerpo enormes cantidades de proteínas animales durante la segunda mitad del siglo pasado, la última parte de este capítulo no sería necesaria, porque usted jamás habría oído hablar de la osteoporosis. Los alimentos cárnicos y los productos lácteos son las principales razones de lo que usted ya sabe.
Debido a la propaganda alimentada por intereses comerciales, la población norteamericana consume muchas más proteínas de lo que requieren sus cuerpos, y quien se haya tomado la molestia de examinar las investigaciones sobre el tema sabe que es cierto. En la actualidad, la Organización Mundial de la Salud sugiere una ingestión mínima de 40 gramos de proteínas al día. La RDA establece 55 gramos por día. ¡Por término medio, los norteamericanos consumen ahora más de 100 gramos al día! (52, 223, 250) Lo asombroso es que se ha demostrado que podemos desenvolvemos perfectamente con menos de 30 gramos al día! (119, 156,175,186, 223, 225, 250, 251, 313) La Organización Mundial de la Salud y la RDA también lo reconocen así, pero casi doblan esa cifra para poner un «margen de seguridad». El margen en cuestión añade de un 30 a un 50 % de proteínas a nuestras necesidades reales para compensar cualquier posible necesidad que puedan tener algunos de más proteínas. Entonces la cifra se dobla, y el resultado es que nos dice a todos en general que consumamos más del doble de las proteínas que necesita nuestro cuerpo. Se ha demostrado que son necesarias muchas menos proteínas para mantener la vida, cosa muy fácil de comprobar.
Por desgracia, la idea de que necesitamos mucha más proteínas se basa en tests realizados con ratas hace tres cuartos de siglo. (276) Esos mismos tests, refutados hace mucho tiempo, siguen siendo la base de las recomendaciones ridículamente altas que siguen actualmente en vigor.
Cuando se toma en consideración el peso, una rata adulta requiere tres veces y media más proteínas que un adulto humano. (68) La concentración de proteína en la leche materna de las ratas es diez veces mayor que la de la leche materna humana, que sólo tiene un 2 % de proteína. (49) ¡Nosotros no somos ratas! A pesar de ello, nos advierten para que ingiramos muchas más proteínas de las que necesitamos a diario y, desde luego, nos hacen creer que los productos animales son la mejor fuente de proteínas, cuando se ha demostrado una y otra vez que una dieta totalmente carente de productos animales puede proporcionar todo lo que necesitamos. (1, 2, 15, 32, 65, 85, 92, 112,122,126, 167,176, 178, 191, 209, 211, 212, 228, 250, 282, 303, 322, 383, 418).
Este es el verdadero asesino. ¿Qué cree que sucede con el exceso de proteínas? En primer lugar, se descomponen en aminoácidos, algunos de los cuales son metabolizados en el hígado y excretados en la orina se pierden grandes cantidades de minerales. (324) ¡Uno de los minerales que se pierden es el calcio! LOS ESTUDIOS MUESTRAN QUE CUANTAS MÁS PROTEINAS CONSUMIMOS, MÁS CALCIO PERDEMOS. (17, 25, 64, 88, 105, 145, 177, 179, 203, 233, 234, 241, 249, 250, 393, 405, 409).
Uno de los más grandes investigadores actuales sobre los efectos de los productos animales en cada aspecto de la salud, incluida la osteoporosis, es John A. McDougall, médico y profesor en la facultad de medicina de la Universidad de Hawai. El doctor McDougall todavía no ha recibido el reconocimiento que merece. Sus dos libros; The McDougall Plan y McDougall's Medicine deberían ser leídos por todo el que desee dedicarse profesionalmente al campo de la salud, así como el público en general. Entre esos dos libros tienen más de 160 referencias que respaldan su obra, que forman parte del material más esclarecedor que puede leerse sobre este tema. ¿Por qué no se le ha reconocido más ampliamente? En primer lugar, no está a sueldo de los organismos que controlan las producciones cárnica y lechera del país.
Según el doctor McDougall: El hecho de que las proteínas ocasionen una pérdida de calcio en el cuerpo humano no está sometido a controversia en los círculos científicos. Los numerosos estudios llevados a cabo durante los últimos cincuenta y cinco años, han mostrado una y otra vez que si queremos crear un equilibrio de calcio positivo que mantenga sólidos nuestros cuerpos, hemos de disminuir la cantidad de proteínas que ingerimos a diario. (20).
En 1930 se publicó el primer estudio demostrativo de que una dieta con abundancia de carne originaba la pérdida de grandes cantidades de calcio, así como un equilibrio de calcio negativo. (247) Y no obstante, cincuenta y cinco años después, nuestras instruidas autoridades médicas siguen preguntándose por la causa de la osteoporosis.