Si fuéramos a comer lo que por naturaleza nos corresponde, comeríamos lo que comen los monos, frutas, cortezas, hierbas, brotes tiernos de árboles, gusanos de la fruta, insectos. Esa es la dieta del grupo animal al que pertenecemos, los primates.
Pero, ¿a que no vas a comer nada de eso porque sea lo natural?
Lo que comemos actualmente se debe a las transformaciones que le hace el hombre a la materia prima natural mediante no solo el fuego y la agricultura, que fueron los procesos primarios, sino a través de una complejísima serie de tratamientos sofisticados que van desde la pasteurización de la leche y la conservación química hasta la manipulación transgénica. Y nada más alejado de lo natural.
Si el hombre siguiera a su naturaleza y esta fuera omnívora, comeríamos carne cruda. Y peces, nunca. Desde luego, la mortadela con aceitunas no está en la naturaleza humana primigenia, así que hay que buscar otra cosita como justificación si se quieren cerrar los ojos.