Yo he contestado: A veces me acuerdo de determinados platos, pero no me cuesta evitarlos.
Realmente hay ciertas cosas que me atraen enormemente, aunque hoy por hoy no me cuesta mucho evitarlas.
Por ejemplo, aunque no es carne, me cuesta salir un domingo a la mañana y no poderme comer unos calamares rebozados. Es algo que me chifla.
Otra cosa que me encantaba era el salchichón y el fuet. Es más, hay de eso en mi nevera, porque mi novio lo come. Y a veces la tentación es grande, aunque por el momento la mantengo a raya.
Supongo que también puede tener que ver con el hecho de que sólo llevo seis meses como vegetariana y mis antiguos hábitos aún pesan...