El tema de la vacunación suscitó mi interés al nacer mi hijo Adrià.
Después de leer algunos artículos del Dr. Xavier Uriarte, consulté a algunos especialistas del hospital donde trabajo y todos me decían lo mismo, que vacunara a mi hijo. En mi fuero interno algo me decía que no debía hacerlo y seguí investigando. Estuve durante semanas leyendo un curso de inmunología de la Universidad de Granada http://www.ugr.es/~eianez/inmuno/Programa97.htm
Cuando llegué al tratado sobre tolerancia inmunológica en el punto 15.11 http://www.ugr.es/~eianez/inmuno/cap_15.htm, me hice la siguiente pregunta,¿cómo sé que la cantidad de vacuna que le pongan a mi hijo no producirá tolerancia inmunológica ya sea por defecto o por exceso de la misma.
En el capítulo de la respuesta inmune humoral específica http://www.ugr.es/~eianez/inmuno/cap_12.htm me planteé la siguiente cuestión: Si los linfocitos B reconocen específicamente a los antígenos nativos y el programa de vacunación es espaciado, ¿quien me dice a mí que la estructura protéica del antígeno de la segunda vacuna será idéntica al de la primera?. Ya que de no ser así la memoria inmunogénica no tendría valor y por tanto la respuesta inmunitaria sería ineficaz . Y aún suponiendo de que las tres vacunas procedieran de una misma cepa, la pregunta que me planteé fue ¿qué pasaria si entráramos en contacto con un antígeno portador de la enfermedad de la que nos hemos vacunado? Ahí sí que podemos afirmar que su estructura protéica será diferente a la de la vacuna y por consiguiente la respuesta inmunitaria deberá de adaptarse a la nueva situación, es decir una nueva y diferente, en cuanto a conformación, creación de anticuerpos que nada tendrá que ver a los producidos en la vacunación.
Bueno esto fueron las primeras preguntas que me planteé y de las que no he obtenido respuesta.
Seguí investigando y un dia me encontré con que una inmunóloga, la Dra. Polly Matzinger, havia creado un nuevo modelo teórico referido a la respuesta inmunológica al que llamó “La teoría del peligro. Lo que sigue es un doctorado sobre la historia de la inmunología. El “Modelo de Peligro” se encuentra en la pagina 80,
http://www.google.es/search?hl=es&q=...+peligro&meta=
Polly Matzinger nos ilustró en el año 2004 en una emisión que hicieron en la 2 titulada “El cuerpo en Guerra” sobre su teoría del peligro,
http://www.aeii.org/articulo/enport.htm,
A continuación paso un fragmento sobre dicho artículo,
"A pesar de las décadas de investigación los inmunólogos aun siguen sin saber exactamente qué es lo que hace que el sistema inmunológico se active. Un nuevo tipo de respuesta inmunológica llamado "modelo de peligro" rechaza la idea habitual de que los cuerpos están en guerra contra todos los micro-organismos . Polly Matzinger opina que un sistema inmunológico sano no ataca nada a no ser que sea atacado.
"El modelo de peligro funciona así: Tienes una comunidad, tienes policias. Entran los turistas, entran los que van de vacaciones y los emigrantes. Hay perros y gatos, gallinas y todo tipo de cosas. Los policias jamás reaccionan hasta que hay alguien que dice : 'hay alguien rompiendo una ventana' . Entonces es cuando entran en acción. Así es como funciona el sistema inmunológico. Nunca reacciona hasta que alguien llama. Una célula llama y dice 'Alguien me esta haciendo daño'. "
Hace un par de años aproximadamente acudí a una conferencia sobre vacunación que hacía una dra. En epidemilogía y le planteé dos preguntas,
1.¿Es cierto que la leche materna debe ser la primera y principal vacuna para el lactante?
2. Atendiendo a la teoría del peligro de Polly Matzinger, ¿Cómo se desencadenaría la respuesta inmunitaria con vacunas de virus muertos?
De la primera pregunta me respondió que efectivamente la leche materna es la primera y principal vacuna para el lactante. De la segunda me dijo que no conocía a esta inmunóloga ( Polly Matzinger, está reconocida como la inmunóloga más prestigiosa del mundo) y que esta teoría no podía tener validez pues sería lo mismo que afirmar que las vacunas con virus muertos, caso del tétanos, no tendrían efecto alguno.
Bueno no me extiendo más , sólo decir que a pesar de todo lo que leí, había algo en mi fuero interno con más fuerza que cualquiera de los argumentos, ya fueren a favor o en contra de la vacunación y era el miedo a vacunar a nuestro hijo,por eso no lo hicimos. El mismo miedo que suscita a los padres a vacunar a los suyos.
Agradecería de buen grado que si hay alguien en el foro, que sea experto o tenga conocimientos en inmunología, me aclarara las cuestiones que más arriba he planteado.