A mi me pasa, casi a diario. Y no sólo por los mosquitos, los perros que perecen en las perreras, si no también por la gente que lo pasa mal en el tercer mundo... y en el primero. No sé, yo creo que en parte es normal cuando uno es un privilegiado. Sólo se me ocurre ser lo más coherente con lo que uno cree que es lo corrente, cada día un poco más, y tener claro cual es el límite que se pone cada uno. Porque ten por seguro que aunque vivieras en una choza de barro en el bosque y dedicaras todo tu tiempo a los demás, seguirías teniendo la sensación de que nunca es suficiente.