Esta historia comienza cuando hace casi dos años abandonaron a Koco, un perro precioso de raza podenco de menos de un año de edad en nuestro barrio. Desde entonces coco ha vivido entre nosotros, pero nunca ha dejado acercarse a un humano a más de un metro de distancia y manifiesta un temor extremo hacia las personas. Los vecinos le hemos proporcionado comida y agua, pero no ha sido posible acariciarlo. Qué experiencia habrá pasado para que Koco sea tan asustadizo? Por qué tanto miedo? Además de haberlo abandonado en la cuneta, qué más daño han podido hacerle?
En nuestro barrio hay una zona verde amplia que Koco convirtió en su casa. Le gustaba tumbarse al sol. Lo hemos visto también tumbado bajo la lluvia, y también bajo la nieve. Jugaba con todos los perros del barrio, pero claro sólo él estaba abandonado. Con mi hija y unos amigos intentamos cogerlo utilizando a una perrita que estaba en celo, pero Koco nos vió las intenciones y fue imposible. Otros vecinos también lo intentaron sin suerte.
Con el tiempo nos acostumbramos a su presencia. Cuando pasaban dos días y no se veía a Koco los vecinos nos preocupábamos y respirábamos aliviados al verlo de nuevo. Después de tanto tiempo todos le habíamos cogido afecto.
El sábado unas vecinas llamaron a nuestra puerta. Habían atropellado a Koco. Le habían roto una de sus patas traseras y caminaba con mucha dificultad. El veterinario les proporcionó somníferos, que pusieron en su comida para poder cogerlo. Ahora está en casa de una de ellas. Como el precio por los gastos médicos eran muy elevados contactaron con varias protectoras. En Mataró les dieron una respuesta favorable y correrán con todos los gastos para curar a Koco. Allí, el veterinario le ha puesto un vendaje en su pata lesionada y si con unos días de inmovilización mejora no hará falta operar. Mientras tanto Koco está en casa de mi vecina, quién lo tendrá aunque sólo hasta que esté completamente bien, ya que se traslada a otra ciudad. Hoy hemos ido a verlo y su mirada transmite cierta tristeza por su estado indefenso, pero se ha dejado acariciar. Creo que poco a poco irá perdiendo el miedo. En el tiempo que queda hasta que se ponga bien buscaremos a alguien que lo quiera adoptar. No va a ser fácil, porque después de todo lo que ha pasado este animal, ese alguien debe ser muy especial...
Un abrazo a todos. Anna.