Hola queridos veganos.
Me gustaría comentaros algo sobre por qué algunos veganos consiguen que parezcamos fanáticos.
Todo activista defensor de los animales tiene una gran tentación que se presenta con frecuencia.
Ser vistos como fanáticos o no dependerá de lo capaces que seamos de resistirnos a esa tentación.
En cuanto alguien nos muestra el más mínimo interés en nuestra defensa de los animales, en seguida le estamos plantando "nuestra solución" en los morros. En seguida le estamos comentando que no tomamos ningún producto animal -¿ninguno? Sí, ninguno-, les explicamos qué es el veganismo, qué comemos los veganos, y cómo hacemos la tortilla de patatas, y las hamburguesas vegetales -Ah qué interesante, muchas gracias-.
La mayoría de las personas a las que nos dirigimos nos presta atención simplemente por educación. Pero eso no significa que entiendan la situación de los animales como un problema. Por tanto, estamos plantando en sus morros una solución a personas que no ven el problema. ¿Cómo podemos pretender que acepten una solución, si antes no han aceptado que es un problema?
Éste es uno de los motivos por el que a la gente les parecemos fanáticos, intolerantes, extravagantes y hasta una secta.
Debemos resistirnos a esa gran tentación, no adelantarnos, no anticipar la solución antes de estar absolutamente seguros de que perciben la situación de los animales como un grave problema. Y cuando digo absolutamente seguros quiero decir que debemos verificarlo con absoluta claridad.
Si cedemos a la tentación, es muy probable que estemos cerrando una puerta.
Por tanto, sería interesante que nos centraramos en comunicar a la sociedad la gravedad de la situación de los animales, y no ofrecer la solución. Cuando una persona por fin comprenda la gravedad de la cuestión, es ella misma quien se preocupa por encontrar la solución. Y si no la busca es que realmente no la ha comprendido, y lo que debemos hacer es volver a intentar explicarle la gravedad de la situación de los animales otra vez, de otra forma, con fotos, videos, etc.
Es mejor una retirada a tiempo que una derrota. Si no vemos claro que la persona no está dispuesta a aceptar que la situación de los animales es un problema, no debemos insistir. Mejor retirarse para no deteriorar la imagen del movimiento. Mejor un neutral que un contrario. Quizá más adelante esa persona se dé cuenta, pero no debemos insistir para no cerrar la puerta de la comunicación.
Cuando por fin la persona comprenda esto, entienda que los animales merecen otra cosa, entonces buscará a quien le hizo darse cuenta, le impactó, le llegó a las emociones. A quien seguro no buscará es a quien se le enfrentó dialécticamente a quien le intentó imponer la superioridad moral del veganismo con argumentos razonados.
Y cuando busquen, le daremos la solución, si nos la pide. Porque tampoco hay mucho que explicar: a quien le importen los animales no se los comerá. ¿Qué mérito tiene entender esto? NINGUNO. La única clave es entender la situación de los animales como el problema. Para sacar la conclusión de hacerse vegano no hay que argumentar, sólo hay que estar concienciado.
El esfuerzo de la lucha no debe ir por tanto hacia sumar argumentos en favor del veganismo, si no en comunicar eficazmente la situación de los animales para llegar a afectar emocionalmente a las personas.
Por eso es tan importante resistirse a la tentación de comunicar una suma de argumentos por los que hacerse vegano. Para no parecer fanáticos. Debemos recibir nítidas señales de que interiorizan el problema. No una mera señal de interés.
¿Cómo se explica que algunas personas sí adopten la solución cuando se les hable de veganismo? es facil, hay dos motivos: porque ya eran conscientes de la situación de los animales, y simplemente pasan a adoptar la solución. O porque precisamente les gusta ser fanáticos, intolerantes y extravagantes, se sienten bien en ese papel por diversas peculiaridades psicológicas.
Lo que nunca, nunca, nunca debemos hacer, para no ser vistos como fanáticos, es entablar debates y batallas dialécticas.
El resultado de un debate es que las personas con quienes debatimos:
1- O bien en adelante evitan volver a debatir con nosotros y evitan volver a enfrentarse con veganos y sus argumentos, porque les resulta desagradable, desarrollan un rechazo, y se guardan sus argumentos para sí, autoreforzando su postura.
2- O bien a partir de ese momento cada vez que debatan con veganos, se preparan para la batalla, se predisponen para las hostilidades, se arman y amurallan sus convicciones, reforzando su postura.
"Es mejor ganar sin luchar (...) y esta es la diferenciación entre el prudente y el ignorante".
Sun Tzun, El arte de la guerrra.