Decenas de miles de niñas y adolescentes, muchas menores incluso de 15 años, trabajan en la industria textil asentada en el estado de Tamil Nadu en la India.
Aquí producen gigantes del sector como Zara y Bershka (Inditex), Carrefour España, el Corte Inglés, Cortefiel, Primark, Benetton o H&M , entre otros. La actividad de esta producción no se detiene ni uno solo de los 365 días que tiene el año. Los turnos de trabajo son de 68 horas semanales, el ambiente es insalubre, y no se goza de derecho laboral básico alguno, ni bajas por enfermedad, ni movimiento sindical. Y todo ello por 1,3 euros al día.
Con todo lo expuesto no es muy incorrecto tachar dichas condiciones de explotación laboral, incluso esclavitud laboral.
A las niñas y jóvenes se les recluta, laboralmente hablando, entre los 14 y los 20 años. La mayoría son Dalit, también conocidos como "intocables". Las empresas envían reclutadores a las zonas más pobres del estado y allí convencen a los padres para que envíen a sus hijas a trabajar, con promesas de buen salario, opciones de escolarización, 3 comidas diarias y una paga extra a los 3 años para costear su dote y contraer matrimonio.
El informe "Tejidos defectuosos" publicado el pasado octubre por la ONGd holandesa Centre for research on Multinational Corporations, especializada en escrutar los estándares éticos de las grandes multinacionales, saca los colores a gigantes mundiales de la moda por aprovecharse de esta situación promoviendo graves violaciones de derechos humanos y laborales.
El citado informe es resultado de 3 años de investigación, incluyendo entrevistas a unas 150 trabajadoras anónimas.
Una de las principales complicaciones para luchar contra esta situación es la falta de transparencia en la cadena de fabricación de los productos, lo que dificulta muchísimo la trazabilidad e impide conocer las empresas intermediarias y el exigir responsabilidades.
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