Mucho ánimo Niebla. Perder a un animal (por fallecimiento, robo, lo que sea...) siempre suele traer aparejado alguna negativa en el seno familiar a tener otro para no pasar por un nuevo mal trago. Generalmente, ojalá sea el caso de tu madre, este tipo de posturas suelen ser transitorias y finalizan cuando miran a los ojos de un recién llegado compañero. ¡Ánimo!, otra vez.