Pautas de consumo en favor del medio ambiente

Los hábitos de los consumidores resultan esenciales en la lucha contra los problemas medioambientales


Cada vez más expertos aseguran que los principales problemas del medio ambiente necesitan actuaciones inmediatas antes de que sea demasiado tarde. En este sentido, los consumidores pueden ser fundamentales, ya que pueden asumir una serie de acciones ecológicas en su vida cotidiana que mejoren su entorno y marquen las decisiones de las empresas e instituciones. Los consejos que pueden llevar a la práctica los ciudadanos son muy diversos y, además de contribuir a proteger su entorno, les permitirán importantes ahorros de dinero.

Actuar por el medio natural



La Tierra es una fuente inmensa de recursos, pero no es inagotable. De hecho, basta con comprobar la "huella ecológica" para percatarse de que la humanidad está superando la capacidad de generación de recursos del planeta. Los consumidores pueden contribuir a evitar las fatales consecuencias de seguir incrementando esta huella con algunas decisiones desde su vida cotidiana:

  • Asumir las tres erres (reducir, reutilizar y reciclar, en este orden de prioridad), como se explica por ejemplo en la Escuela de reciclaje de CONSUMER EROSKI, ahorra ingentes cantidades de recursos no renovables y contaminación. Depositar los residuos en los puntos de reciclaje o en los puntos limpios facilita su correcto tratamiento. Esta acción es especialmente importante en el caso de productos peligrosos y tóxicos, ya que su abandonado incontrolado en el entorno natural puede causar graves consecuencias.
  • Llevar a cabo un consumo inteligente y responsable, lo que supone utilizar productos reciclados y reciclables, y productos y servicios eficientes en su uso de los recursos, aprovechándolos al máximo. Asimismo, interiorizar unos hábitos alimenticios más ecológicos también es de gran ayuda, como consumir productos locales y de temporada, no abusar de la carne, y en cualquier caso, que los alimentos sean elaborados de forma sostenible. Para ello, se pueden seguir unos consejos que permitirán elegir productos realmente ecológicos con un alto grado de certeza.
  • A la hora de viajar, se puede hacer de manera más respetuosa con el medio ambiente, eligiendo por ejemplo programas de turismo ecológico.


En otras ocasiones, conceptos como la biodiversidad pueden parecer alejados de los consumidores. Sin embargo, la pérdida de especies significa otra forma de poner en peligro nuestro futuro, ya que también dependemos de ellas. De hecho, los expertos relacionan directamente la biodiversidad con otro concepto no menos importante, el desarrollo sostenible, que implica que el desarrollo económico sólo podrá continuar si se respeta el medio ambiente.

Dentro de los problemas que ponen en peligro la biodiversidad, los expertos destacan la destrucción del hábitat, consecuencia en gran medida de la extracción de recursos naturales. Los consumidores pueden reclamar productos elaborados de forma sostenible, o efectuar una denuncia si creen presenciar un delito contra el medio ambiente ante la autoridad competente, ya sea de forma personal o a través de alguna asociación o grupo ecologista. Por ejemplo, los incendios forestales se podrían evitar, o combatir mucho más eficazmente, si los ciudadanos se concienciaran de una serie de medidas.

De la misma forma, el tráfico ilegal de especies (especialmente en España, por cuyas fronteras circula el 30% de todo el contrabando mundial) o el aumento de las especies invasoras suponen también graves peligros para la biodiversidad. Los consumidores también pueden actuar para contribuir a proteger a las especies naturales, sobre todo las consideradas en peligro. Por ejemplo, en caso de querer una especie exótica, conviene asegurarse de que se puede introducir legalmente, contactando con el Seprona o el Ministerio de Industria y Comercio, aunque lo mejor es que habiten en su medio natural. También se puede ayudar o formar parte de asociaciones especializadas en la conservación y recuperación de especies en peligro. Diversas ONG ecologistas, instituciones y hasta entidades bancarias proponen una variada oferta de programas de voluntariado medioambiental, y contribuyen a conservar y recuperar espacios naturales que no reciben a menudo suficientes recursos.

Por otra parte, los consumidores como ciudadanos también pueden exigir a las administraciones locales, autonómicas o estatales que se cumpla la legislación medioambiental, y que se facilite una mayor información, educación y participación social, como así lo indica por ejemplo el Convenio de Aarhus. En este sentido, los ciudadanos pueden acudir a centros de documentación ambiental o a centros de educación ambiental, y en caso de no tener cerca uno, exigirlos a las instituciones.

Actuar desde el medio urbano
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