Hay un relato muy bonito que hace años que escuché, cuando mi hija tenía la edad de la niña del cuento más o menos, unos tres añitos, y que me gustó muchísimo, espero que a vosotros también. Más o menos era así:
Cuando iba a llegar el cumpleaños de su papá, Anita tenía un regalo para él que guardaba debajo de su cama desde hacía varias semanas. El día del cumpleaños de su papá, ella fue con mucha ilusión y se lo entregó. El padre al abrir la caja quedó sorprendido y viendo que no había nada en su interior sentó a la niña en su regazo y le dijo que dentro de las cajas de regalos, tenía que meter algo dentro porque la persona se podría disgustar al ver que estaba vacía.
Al cabo de unos meses llegó el día del santo del padre de Anita y ocurrió otra vez igual: la niña entregó a su papá una caja que igualmente estaba vacía, y entonces el padre le regañó en serio por este detalle. Entonces Anita, viendo lo enfadado que estaba le dijo llorando: "Lo siento papá, pero la llené de besos para tí"
oohhh, pobre anita. qué bonito... y que malo el papa que la regaña!!!
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