5. Argumentos religiosos
Pocas personas se hacen vegetarianas por razones estrictamente religiosas y esotéricas, pero estos argumentos también existen y son relevantes.
El término "oculto" ha de entenderse, en primer lugar, en sentido literal, es decir, una dieta convencional distorsiona y oculta nuestros sentidos y nuestras percepciones más elementales.
Agudización de los sentidos - Una alimentación rica en carnes, pescados, alcohol y excitantes distorsiona sentidos tan elementales como el gusto o el olfato. Existen muchos casos de personas que, tras iniciarse en el vegetarianismo, han recuperado una gran sensibilidad en sus papilas gustativas o en la capacidad de percibir olores. Las razones de este fenómenos son diversas, pero normalmente se debe a una "limpieza" general del sistema digestivo y a la regularización de las evacuaciones a los pocos meses de iniciarse en la nueva dieta.
Visión energética del cuerpo - Si aceptamos una compresión energética del organismo, como propugnan la medicina oriental, y partimos de que el cuerpo físico se halla entrelazado energéticamente con el plano emocional, mental y espiritual de nuestro ser, entonces veremos cómo una alimentación llena de sustancias tóxicas conduce a una imperfecta relación y conjunción energética entre los diferentes planos energéticos de nuestro ser.
Nuestra dieta no sólo condiciona en gran parte nuestra salud física por la alteración de los humores, sino que incide en nuestros pensamientos y emociones e incluso en nuestra mente, e incide porque distorsiona o disocia lo corporal de lo emocional y esto, a su vez, de lo intelectual. Así hay una menor sensibilidad.
Incluso en el plano estrictamente espiritual y religioso existe una correlación dietética: una dieta vegetariana agudiza nuestra capacidad espiritual y nos posibilita incluso para utilizar algunos sentidos que el hombre posee pero que la cultura ha vuelto inservibles, como la intuición de la realidad o la percepción energética. No es casual que los grandes pensadores (Buda, Zoroastro, Pitágoras, Platón...) utilizaran el ayuno y en muchos casos el vegetarianismo como condición para la evolución de su espiritualidad. <<