Quede claro que es legal (aunque también lo fueron otros asuntos hoy socialmente rechazados).La novillada de Negreira cumple con todos los requisitos legales. Ante las protestas presentadas por la organización ecologista Abeiro, la oficina del Valedor do Pobo pudo constatar el pasado jueves que la capea cuenta con todos los permisos pertinentes, entre ellos el más importante, del Ministerio del Interior, tal y como adelantó ayer La Voz. Y es que el reglamento de espectáculos taurinos, que fija las normas para la celebración de festejos taurinos, recoge que la empresa debe solicitar autorización al Gobierno cinco días antes del festejo, un trámite que cumplió la firma Zacande remitiendo la documentación necesaria con antelación, además de haber obtenido las autorizaciones de departamentos autonómicos como Medio Rural.
Qué párrafo más lamentable. No veo la valentía en ponerse delante de un animal asustado, más bien es imprudencia. El valor lleva consigo una significación más profunda y obedece a algún principio ético.El espectáculo arrancó risas de grandes y pequeños. La primera de las vaquillas, más aguda que muchos toros de lidia, entró golpeando al primero de los valientes que le recibió a porta gaiola , se llevó por delante la capota del segundo y toreó a los jóvenes que pretendían regatearla con un balón hinchable. Hasta algún fotógrafo de prensa tuvo que echar mano de las clases de educación física del colegio para escapar del animal, que se coló por el burladero y provocó más de un susto entre los asistentes. Hubo fiesta y polémica, pero las posiciones confrontadas, no se encontraron.
Este artificio o encuentro provocado, preparado y desigual, entre una vaquilla y cientos de humanos, es todo un espectáculo de cobardes intentando demostrarse que no lo son tanto, y un pobre animal que sólo trata de defenderse cuando podría estar disfrutando plácidamente de su vida.