Incrementar el coste de hacer negocios
Otro efecto de las campañas de reformas es que incrementan generalmente el coste de los productos de origen animal, lo que la industria ganadera ve como una amenaza potencialmente seria para su viabilidad. Sobre ello en la web anti-animalista ActivistCash.Com, por ejemplo, el famoso Center for Consumer Freedom [Centro para la Libertad de Consumo], un frente bien conocido para las industrias de abuso animal, advierten de que “la HSUS [Human Society of the United States] gasta millones en programas que buscan paralizar económicamente la carne y los productos lácteos”. Se están refiriendo principalmente a las campañas para prohibir las jaula de batería, las jaulas de gestión y las jaulas de terneras.
La Animal Agriculture Alliance [Alianza de la Ganadería], un grupo empresarial, hace esta seria predicción sobre la campaña de las jaulas de batería. “A pesar de que el precio medio nacional de los huevos de corral aumentó 56 centavos por docena en el tercer trimestre de 2007, y ahora cuestan el 84% más que los huevos normales, los grupos animalistas en California están presionando con una iniciativa legislativa popular para ilegalizar la producción de huevos normales en California. La Animal Agriculture Alliance cree que los grupos están presionando hasta el extremo con esta iniciativa, dirigidos por la Humane Society of the United States pondrán en peligro a los animales y eliminarán una fuente rentable de proteínas para mucha gente”. (Énfasis añadido.)
En el número de octubre de 2007 de la revista Egg Industry, Gene Gregory, presidente de United Egg Producers of Atlanta [Productores de Huevos Unidos de Atlanta], expresa la misma preocupación. El artículo, que incluye el titular a toda plana “si todos los huevos fueran de corral, la demanda caería”, señala que Gregory cree que “si toda la producción de huevos se convirtiera en producción de huevos de corral, la demanda de huevos se reduciría porque algunos consumidores no pueden hacer el esfuerzo de pagar dos o tres veces más por los huevos. ‘Las personas tienden a tener un punto de referencia para los precios de los huevos. Si los precios se alejan demasiado de ese punto, las personas recortan su consumo.’” Si las industrias de abuso animal reconocen que las campañas de reformas como una amenaza legítima a sus beneficios, ¿por qué algunos activistas no pueden verlo?
El sufrimiento importa
Las granjas de factoría constituyen la crueldad más intensa de la que la raza humana es capaz. Son, de hecho, campos de concentración en los cuales seres sintientes y sensibles pasan sus acortadas vidas privados de aire fresco, luz del sol, espacio en el que moverse y estirar las piernas o alas, y la capacidad de vivir en comunidades sociales según su naturaleza. Su sufrimiento es tan intenso y exagerado desde el nacimiento hasta la muerte que la locura es una consecuencia habitual de la vida en una granja de animales. Las mentes de los indefensos animales están sencillamente destruidas por el dolor y la privación.
El horror de la vida en un establo o una jaula de batería es imposible de describir. Es completamente horrible. Ni tú ni yo podemos comprender lo que supone pasar tu vida entera siendo incapaz de moverte ni hacer nada que daría significado a tu vida, y no puedo reconciliarme con la idea de que es aceptable dejar a miles de millones de animales indefensos en esta especie de infierno por una utopía que ni esos animales ni sus hijos ni sus nietos ni sus descendientes por muchas generaciones vivirán para ver.
Desde que HSUS comenzó su campaña sobre jaulas de batería en 2005 el porcentaje de gallinas ponedoras confinadas en jaulas de batería se ha reducido desde más del 98% a aproximadamente el 95%, una reducción significante y apreciable en el sufrimiento para millones de animales cada año. En 2012 las jaulas de terneras serán en gran parte una cosa del pasado. (El mayor productor de ternera de Estados Unidos, Strauss Veal, las eliminará en 2010.) Y parece que las jaulas de gestación habrán desaparecido la próxima década. Al comienzo de esta década esta clase de progreso era inconcebible. Hoy, gracias a las llamadas campañas “bienestaristas”, se está haciendo rápidamente una realidad. Y estos cambios hacen avanzar el bienestar de los animales y nos acercan a una sociedad más compasiva en la cual los intereses básicos de los animales sean respetados genuinamente (obviamente esto supone que nadie sea usado como comida ni vestimenta, que no se experimente en nadie, ni se usen animales de otro modo para fines humanos).
Condenar a aquellos que también trabajan para disminuir el sufrimiento aquí y ahora como si ellos fueran el enemigo representa el triunfo de la ideología sobre la compasión y el sentido común. Si no podemos eliminar el sufrimiento durante el tiempo de vida de aquellos que sufren, tenemos la obligación moral de reducirlo tanto como seamos capaces.
Un amigo que está trabajando en la campaña para que tenga lugar una iniciativa legislativa popular en California en 2008 para prohibir las jaulas de terneras, las jaulas de batería y las jaulas de gestación me dice que un pequeño número de activistas de California están rechazando apoyar la iniciativa o recoger firmas porque es una medida “bienestarista”. Si millones de animales en las granjas de factoría de Califonia son abandonados a sufrir en jaulas minúsculas porque los activistas animalistas rechazan ayudarlos, eso sería una tragedia de proporciones desoladoras.
El sufrimiento importa, y yo no puedo pasarlo por alto. Espero que tú tampoco puedas.