Yo pienso que lo que no puede ser permanente, o no parece serlo habitualmente, es un estado continuo de placer, pero si felicidad se identifica con aprender, entonces no hay instante en que, una vez abiertos los ojos, no se aprenda, de cada emoción, cada golpe, cada risa, en fin, de todo en su sentido más absoluto.
En cuanto a pequeñas cosas que me producen bienestar, pues leer, pensar, no pensar, meditar, comer despacio y con plena atención cualquier cosa de las que como cuando me apetece, dormir de un tirón, ..., ese tipo de cosas.