Ay! razón tienes cuando afirmas que los intereses económicos son los que mueven las decisiones de los "poderosos". Si tuviéramos que esperar a que la explotación animal dejase de ser rentable, tendríamos que esperar a que las tierras de cultivo de cereal ya no dieran más de sí o que ya no existieran más Amazonas que expoliar. O que se desarrollen alternativas como por ejemplo la producción microbiana de alimentos (a través de bacterias). Ver;
Que quizás dejaría obsoleto los conflictos entre omnivorismo y vegetarianismo.
O que los esfuerzos encaminados a minimizar el sufrimiento animal desemboquen en métodos paralelos al obrero de hoy día, que sin ser esclavo no deja de ser un explotado (asalariado). Es decir, que en vez decriar gallinas en jaulas las 24 horas del día, las tienen 8 horas y en sus tiempo libre dejan que cacareen en el prado con las demás.
No, no puede ser así. La esclavitud sigue existiendo, no nos engañemos. La gran mayoría seguimos pagando hipotecas, coche u otros bienes de consumo que nos mantienen ataditos en nuestro sitio como engranajes de una gran máquina. Ya, ya... no existe el látigo para el que no aporte su trabajo, pero vienen las cartitas del banco para recordarte en qué mundo vives. Ya,ya... que me estoy pasando y me voy por los cerros de Úbeda ¿seguro que me estoy pasando? No cambiaría este tipo de esclavitud a la de antaño, pero no se puede negar que la gran mentira de la libertad existe, endulzada con momentos de ocio y comodidades, pero ahí andamos.
Con este rollo sólo quiero dejar claro que no es que deje de existir aquello que llamamos exclavitud, sólo cambia de nombre y se adorna con pan y circo.
Y no dejará de existir el especismo mientras no demos un paso más allá con nosotros mismos. Lo único es que valorando la vida de los demás animales, quizás atajemos el camino para valorar la nuestra propia y de verdad podamos regirnos por fuerzas diferentes a la de los intereses económicos que invaden y anulan el resto de facetas más humanistas, artísticas, éticas o espirituales.
Tiempo al tiempo amigo. Pero no desfallezcamos porque la llave la tienen los que no se rinden en alcanzar sus ideales.