Iniciado por
Sarith
Cuando yo era pequeña, teníamos en casa un pastor alemán. Un día se escapó y mi padre ni se molestó en ir a buscarlo porque ya tenía planeado deshacerse de él. A mí me angustió pensar que algún salvaje de ésos que rondan por las calles le hiciese daño y fuí a buscarlo. Lo encontré en un callejón y lo traje para casa.
Al final, nuestro perro se lo quedó la vecina. Menos mal, me supuso un alivio saber que estaría bien cuidado (a esta vecina le gustaban mucho los animales).
El vídeo prefiero no verlo...