Fue a finales de julio o principios de agosto. El día exacto lo desconozco, pero en aquella época decidí que ya estaba bien de comer animales. Llevaba tiempo colaborando en Basement Café , un garito anarquista en Manchester que sólo sirven comida vegana. Cuando le comenté a una de las chicas que todavía comía carne me echó un sermón de cuidado, y cuando le comenté que quería dejarlo pero no lo hacía por miedo a mi salud, me empezó a informar sobre las carencias (gracias Jill, nunca me olvidaré de tí).Habiendo superado el miedo decidí que era el momento para dejar la carne y me convertí en ovolacto, con periodos de vegano que terminaban por miedo a no alimentarme bien. Ahora ya soy vegano y me queda un montón de cosas que aprender y muchas costumbres que adoptar, pero poco a poco iré mejorando.
Me siento orgulloso de mí mismo, y la verdad es que no hay mayor placer que comer cuando con la conciencia tranquila.