Este es otro de los temas incómodos que se me presentan como vegetariano. ¿Qué ocurre cada vez que quiero invitar a alguien? Pues que tengo que presentar una condicion sine qua non. Que aquello que pidan mis invitados no contenga cadáveres. Y claro, esto puede conllevar mosqueos e incomprensión , pero desde mi punto de vista, corresponde a una lógica indestructible: si no estoy dispuesto a comer nada de origen animal, por ética (ya he comentado que no puedo negar que el sabor de la chuleta, etc me encantaba), no voy a contribuir con mi pasta para que alguien rompa mis principios éticos por mí. No sé si vosotros hacéis lo mismo, pero la verdad es que me apena no invitar a mis padres, a mis hermanos, a mis sobrinos, a determinados amigos, ya que son incapaces de ir por ahí sin tomar un muerto en su segundo plato. Yo antes era bastante invitón, pero a partir de mi veganismo la cosa ha cambiado radicalmente. Y este tipo de situaciones son las que contribuyen a que consideren a uno como un estrafalario talibán, una especie de histérico animalero, lo sé, pero es que tengo claro que mi ética es lo primero y no pienso transigir en esto.
Pues he ahí el tema. A ver que os parece
Ciao!