Que bonito nombre.
El hámster que acabo de adoptar se llama Litopo, mi anterior hámster adoptada se llamaba Talita, una heroína del libro infantil "No somos irrompibles".
El perro adoptado de mi novio se llama Saturno; se lo puse cuando aún estaba en el refugio de animales. Porque es marrón (el color simbólico de ese planeta), tiene cara de viejete y lo debora todo (como Saturno a sus hijos).