Efectivamente.
No creo en eso de la "cultura gratis", ni en imponer modelos de negocio a nadie (como obligar a los músicos que vivan de los conciertos). La mayoría de los libros no me parecen caros, y respecto a los ejemplos que has puesto, ir a un cine de palomiteros siempre es caro, y unos pantalones de 30€ no pueden estar libres de injusticias en alguna parte el proceso. Fin de la divagación. Pero lo que no puedo admitir es que me cobren más por una edición electrónica que por una en papel, y que de propina impongan artificialmente todo tipo de protecciones y limitaciones absurdas, y más cuando pagamos un canon por el derecho a copia privada (que no me parece mal, lo que está mal es que no puedas ejercerlo).
Los piratas que escanean y corrigen libros, los que ponen subtítulos a los vídeos, etc. parece que traten con más cariño al consumidor y al producto cultural mismo que la mayoría de editores y productores.
El caso que más "se ve" es en el de los DVDs: un minuto de amenazas anti-piratería que no te puedes saltar, códigos de zona (globalización sí, pero sólo para lo que conviene) y en muchos casos ediciones penosas. Y encima pagando. Tener que sufrir esos inconvenientes por ir de legal es puro masoquismo, y yo ya me he cansado.
Creo que tengo una sensación equivalente. A Ussía, Moa y demás los puedo entender, simplemente son reaccionarios poco lúcidos. Hay reaccionarios lúcidos, como Mishima o Chesterton, pero me temo que Spain aún no ha producido ninguno. Pero lo de Rand es otra cosa. Algo así como un alienígena capaz de exterminar toda la vida del planeta por motivos que no podemos alcanzar comprender porque su cerebro es completamente diferente. He leído descripciones de sociedades fantásticas o de ciencia-ficción realmente convincentes, pero nada me parece tan irreal y al mismo tiempo tan posible como los (por usar la palabra-fetiche moderna) "emprendedores" de Rand. Es una especie de horror lovecratiano, pero más creíble y por tanto más aterrador.
Aquí no, pero en USA son una secta, y no digamos ya su influencia en el Tea Party, el instituto Catón, Alan Greenspan, etc. Cualquier día Hollywood hará un remake de "el manantial" o una versión de "la rebelión de Atlas" y ya podremos echarnos al monte.
Hasta luego,