Indigestar se indigesta, pero normalmente no hasta el punto de llevarse un buen susto. Vamos, que la pesadez, el almax y el malestar general forman parte de la resaca festiva y no se interpreta como un aviso de que estamos abusando de la comida. Ahora vienen las dietas para adelgazar y los gimnasios, venga... que vivimos en la sociedad de consumo!
Si Jesús viese todo ese despilfarro, sufrimiento, abuso de nuestras facultades y demás, contra lo que su doctrina de simplicidad y solidaridad arremetía (y encima en su nombre)... se colgaba como el papanoel del otro hilo y se dejaba de cruces.