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Yo estuve ocho años haciendo seis horas de capoeira semanales, al final tenía la espalda machacada y las rótulas mirando a Cuenca así es que me pasé al boxeo femenino sin contacto dos o tres veces por semana pero con los estudios lo he tenido que dejar :-( voy al gimnasio tres veces en semana a hacer bici pero me falta movimiento para mi cuerpo y me apetece algo más cañero. Cuando pueda mi idea es volver al boxeo o hacer crossfit, así de paso socializo o me convertiré en una especie de Golum fusionada con la estática. En verano salgo con la bici a la montaña siempre que puedo que es brutal.
Buenas Ecomobisostrans, los motivos que dices son bastante habituales, pero tambien hay una busqueda de progreso mental por un camino muy realista como es el trabajo físico. Es la disciplina, el orden y el contacto con la realidad de los hechos lo que hacen del gimnasio un proceso formativo de la persona. Más allá de las ventajas físicas, la mente queda fortalecida. Personalmente he buscado eso como motivo principal, elevar mi capacidad de sacrificio para ser menos corruptible y poder asegurar que sigo los valores que considero mas nobles.
Es habitual entre personas que han entrenado muchísimo estar muy de acuerdo en que todo es un tema mental.
Que también depende del deporte. Cuando estuve jugando al fútbol, en una liguilla local, no había día que no llegara a casa molido a patadas. Hasta un ojo morado, muy morado, por un cabezazo que me dió, de manera fortuíta, uno de Correos.
Ah, y también me rompí la boca por una zancadilla. Era fútbol sala, y el campo de cemento. No me dió tiempo a poner las manos. Sí, medité mucho............y lo dejé.
Añado que lo del gimnasio me parece un muermo. O sea, que hay deportes divertidos, muy divertidos, y otros que son más bien un castigo.
Muy de acuerdo con esa expresión, aunque según el tipo de deporte...
...según el tipo de deporte. Por ejemplo no creo que en los deportes de equipo y de competición (fútbol, baloncesto...) se logre ese estado de meditación. O al menos no tan fácilmente. Son deportes más impulsivos, más explosivos. Los más fáciles para meditar son, a mi juicio, los de resistencia: bicicleta en plan rodar kilómetros (no una bajada técnica), travesías a nado, correr largas distancias... Yo lo siento sobre todo cuando hago natación en el mar. Te pones el gorro y las gafas y te metes al agua a nadar sin parar durante 30-40 minutos. Tu mente desconecta en seguida. Es realmente lo más parecido a la meditación que he experimentado. Y he practicado meditación durante un par de años.
Y bucear. Ese silencio...