N-Acetilcisteína como protector hepático.
El hígado, es un órgano depurativo del torrente sanguíneo, y su función es eliminar las toxinas, sintetizar las proteínas y enzimas, pero cuando surgen daños provocados por otros elementos externos, es necesario tomar acetilcisteina como protector hepatico.
De igual manera, la acetilcisteina para proteger el hígado, ayuda a restaurar este órgano de su deterioro por el consumo de alcohol, medicamentos u otros elementos contraproducentes a la salud hepática, evitando de esta manera, la aparición de enfermedades como la hepatitis, el cáncer de hígado y la cirrosis.
Asimismo, usar la acetilcisteina protector hepatico, es garantizar que el metabolismo del higado trabaje a la perfección, y que el sistema antioxidante proteja al tejido hepático de la toxicidad, los radicales libres y las infecciones.
En este sentido, este aminoácido que cumple funciones como escudero para expulsar los elementos tóxicos del hígado, trabaja también en ayudar por ejemplo al;
Parénquima hepático
El parénquima hepático, está compuesto por los hepatocitos que filtran la sangre para eliminar las toxinas que atacan al hígado, por lo cual, es uno de sus componentes funcionales que al dañarse, comienza a producir proteínas defectuosas, provocando que las toxinas no se filtren correctamente.
Por otra parte, el uso de la acetilcisteína corrige estas anormalidades, debido a que se filtra con el torrente sanguíneo para oxigenarlo, interviniendo en la restauración de los hepatocitos, y devolviéndole al dicho órgano su pureza.
Citocromo P450
El Citocromo P450, es otro de los elementos esenciales para que el hígado funcione correctamente, ya que son proteínas que desempeñan una función vital en el transporte de energía , entre tanto, catalizan la oxidación para que el sistema hepático pueda expulsar las toxinas.
No obstante, la ingesta excesiva de medicamentos puede afectar esta proteína, por lo cual, la acetilcisteína, juega un papel importante en la transformación de los componentes de estos fármacos, inhibiendo su potencia reactiva y evitando graves lesiones a los tejidos, incluso controlando el metabolismo de los esteroides y de los ácidos grasos.
Glutatión
Cuando el hígado se sobrecarga por las toxinas, los medicamentos, la mala alimentación y el estrés, el glutatión que es un poderoso antioxidante no puede ejercer su trabajo eficaz, y por tanto, es necesario hacer uso de la acetilcisteína, como ayudante en el incremento de esta molécula.
Por tal razón, la acetilcisteína atraviesa la membrana celular y ejerce su efecto en el interior de la célula para mantener los niveles elevados de glutatión, y disminuir el estrés oxidativo, depurando con esta acción las toxinas y los residuos del hígado.
El estrés oxidativo descontrolado por causa de la toxicidad del hígado, comienza a producir efectos nocivos para la salud, por lo cual, la aplicación de la acetilcisteína se hace necesaria no solo para neutralizar los radicales libres, sino para liberar al hígado de los metales pesados como el mercurio, plomo y cadmio.
Así pues, hacer uso de la acetilcisteína para controlar cualquier daño irreparable que pueda originarse en el tejido hepático, es prevenir la pérdida de la integridad funcional de la membrana celular y agilizar el periodo de recuperación de esta, mientras nos aseguramos de una restauración temprana en las funciones hepáticas, evitando así, casos como la hepatitis infecciosa.
Por lo tanto, podemos decir que restaura la eficiencia funcional del hígado, evitando que se forme la fibrosis, un trastorno que lleva al diagnóstico de la cirrosis, y a un estado deplorable de la persona con respecto a su salud, por lo cual, es necesario que exista una medicación de este aminoácido durante un cierto periodo de la convalecencia, con el fin de lograr la restauración del paciente, y disminuir la carga de estrés por esta situación.
