Pedro Ródenas: "Lo que cura no es el medicamento, sino el propio organismo"
Pedro Ródenas: "Lo que cura no es el medicamento, sino el propio organismo"
Fundador y presidente de la presidente de la Sección Colegial de Médicos Naturistas del Colegio Oficial de Barcelona, el doctor Ródenas explica cómo cuidar la salud usando los recursos de la naturaleza.
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Si queremos conocer la evolución de las Medicinas No Convencionales (MNC) en España, nada mejor que hablar con el doctor Pedro Ródenas, médico naturista desde 1978. En 1985 puso en funcionamiento Integral, Centre Mèdic i de Salut, donde trabaja actualmente. Sus palabras son más que oportunas para aclarar muchos conceptos que se están tergiversando en la mayoría de los medios de comunicación y en internet. El doctor Ródenas tiene mucho que explicar, sobre todo, qué entendemos por salud.
Explíquenos en qué consiste la medicina naturista. ¿Qué utiliza para curar?
Primero, habría que hacer una clarificación terminológica, porque la gente confunde la homeopatía, la acupuntura, etc. Medicina solo hay una, que es la que cura al paciente. Lo que es diferente es la forma de entender a la persona y, por lo tanto, de entender el origen de la enfermedad, y el diagnóstico y el tratamiento. Esas diferencias dependen de la cultura. En Oriente entienden a la persona con conceptos como el yin y el yang y tienen la medicina tradicional china. En Suramérica, está la medicina andina. En Europa, aparte de la convencional, surgieron otras como la homepatía o la antroposófica. Son otras opciones médicas y lo que les diferencia de la convencional son varios conceptos: uno, que lo que cura no es el medicamento, sino el propio organismo, o lo que los hipocráticos llamaban vis natura medicatrix, lo que en medicina llamamos mecanismos de autorregulación y que podríamos denominar médico interno. Esa es la fuerza que actúa cuando tú te haces un corte y cicatriza sin que tengas que hacer nada. El cuerpo está diseñado para mantenerse en salud a pesar nuestro. Y eso es lo que nosotros tenemos que ayudar, esa fuerza curativa. Otra diferencia es que consideramos a la persona como una unidad, no concebimos el cuerpo dividido en partes. Por eso no podemos entender a un especialista, un médico que considere un éxito quitar un dolor de rodilla fastidiando el estómago, por ejemplo, con un antiinflamatorio. Nosotros tenemos la cosmovisión de las medicinas ancestrales de unidad, de que el organismo cura y solo hay que ayudarlo, aunque cada una usa recursos diferentes: la medicina tradicional china ayuda normalizando los canales energéticos y para ello utiliza dieta desde el punto de vista del frío-calor, yin y yang, y recursos como la acupuntura, la fitoterapia china, etc. La homeopatía estimula esa fuerza curativa con sustancias que, en dosis ponderales, medibles, produciría los síntomas que tiene esa persona, es decir, diluyendo cada vez más esa sustancia es más potente y estimula la fuerza curativa.
Esos mecanismos curativos de la homeopatía son difíciles de entender.
No se conocen aún, aunque la física cuántica empieza a estudiarlos, pero sí que empíricamente se sabe que funciona porque lleva siglos utilizándose y funcionando.
Si queremos mantener la salud, tenemos que cuidar lo que nos rodea porque forma parte de nosotros mismos
¿Y la medicina naturista?
Es la que yo practico, que se ha denominado también neohipocratismo porque es una vuelta a los principios hipocráticos. Es decir, ayudar a esa fuerza curativa con los mismos recursos que nos dan la vida y la mantienen: la alimentación, las plantas, la respiración, el ejercicio, el contacto con el aire, con el sol, con la luz... Y también introduce técnicas psicofísicas, mente y cuerpo. Utiliza los recursos de la propia naturaleza. Y básicamente es educadora, como la medicina china también. Intenta educar al paciente en corregir los hábitos para que no se repitan los errores. Hay quien la explica como “quitar lo que sobra y añadir lo que falta”, ordenar al paciente no solo para curar el problema actual, ya que utilizamos para sanar lo mismo que para prevenir y para mantener la salud. Pero estamos hablando de salud, y lo básico para definir la salud es definir primero la persona, para saber cómo interaccionamos con ella.
Pues empecemos por ahí, ¿cuál es el concepto de 'persona' para estas medicinas?
La idea de persona es inseparable del entorno; en realidad, del universo. Esto nos obliga a hablar del cambio de paradigma o una vuelta al paradigma ancestral. En todas las culturas ancestrales están los conceptos que se intentan recuperar desde las MNC y desde otros campos. Partimos de esa idea de que la ciencia no es un instrumento de poder que puede cambiar las cosas de la naturaleza para mejorarlas, sino que es un instrumento de conocimiento para saber cómo funciona la naturaleza y acomodarnos a sus ritmos, para aprender de ella, intentar integrarnos en ella, y no dominarla sino hacer un acto simbiótico con ella o de coevolución. Considero al ser humano como el gran cuidador, el que tiene la capacidad de cuidar todo lo que le rodea porque, al fin y al cabo, la salud es el resultado de esa interacción, del ser humano con todo lo que le rodea y consigo mismo. Einstein define muy bien a la persona, dice que “el ser humano es una parte limitada en el tiempo y en el espacio de un todo que llamamos universo. Considerarlo un ente aislado es una ilusión óptica que lo aprisiona”. Nosotros no podemos separarnos del entorno porque estamos en constante contacto con él. Y la salud es el resultado de este intercambio de la persona con el entorno. Por lo tanto, si queremos mantener la salud, tenemos que cuidar lo que nos rodea porque forma parte de nosotros mismos.
Pues en nuestras ciudades estamos muy lejos de eso, ¿no?
Porque estamos en un paradigma en que creemos que nosotros podemos dominar la naturaleza. Quitamos a la naturaleza sin darnos cuenta de que, si quitamos, hemos de reponer, porque no es infinita. Hay un proverbio árabe muy conocido que expresa esta idea, que toda persona debe tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro. ¿Para qué? Para devolver la vida que le han dado, para devolver a la sociedad la formación que ha recibido y a la naturaleza lo que hemos cogido de ella. Y todo esto que parece que no está relacionado con la salud, no es así, porque la enfermedad es un mecanismo de autorregulación que tiene el propio planeta. Si el ser humano agrede a la naturaleza, esta se transforma y no tiene ningún problema. Lo que estamos eliminando es el ecosistema que el ser humano necesita para vivir. Nos estamos autodestruyendo. Nos preocupamos por el planeta pero la Tierra va a sobrevivir, lo que va a desaparecer es el ser humano si realmente no cambiamos de paradigma y entendemos que nosotros somos parte de un conjunto y que somos los grandes cuidadores. Tenemos que volver a esa idea del físico Fritjof Capra –el autor de El punto crucial– que dice que no hay que hablar de evolución sino de coevolución. El hombre no puede evolucionar solo, tiene que evolucionar con todo lo que lo rodea.
La ciencia no es un instrumento de poder que puede cambiar las cosas de la naturaleza para mejorarlas, sino que es un instrumento de conocimiento para saber cómo funciona la naturaleza y acomodarnos a sus ritmos
(sigue)