Pensamientos sobre la compasión xiv

PENSAMIENTOS SOBRE LA COMPASIÓN
XIV

La pobreza infantil es el más claro exponente de nuestra miseria moral.
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No es amigo de los animales el que los estudia y los observa solamente, sino el que les ayuda a sobrevivir y evita su sufrimiento.
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Lo que unos les hacen a los animales otros se lo hacen a las personas... así pues el principio ético de la no-violencia es universal y para todos los seres sin relativismos ni excepciones.
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Este mono tristemente venido a más que es el hombre, debido a su crueldad y falta de compasión, no merece heredar la Tierra.
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Siento un grito desgarrado de la luz clamando compasión por las criaturas.
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Jamás te arrepentirás de ser compasivo, pero de no haberlo sido sí.
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La moral de los leones les permite matar gacelas... ¡claro!, está hecha a su medida y no sirve como moral universal, dicen las gacelas...

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Puesto que un día tú también morirás no niegues tu compasión a los demás seres.
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Aquellas personas que nos enseñaron a vivir en paz, en libertad, en la tolerancia y en la no-violencia universal serán veneradas como verdaderos maestros de la humanidad.
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Su vida es lo más valioso que posee cada ser al igual que tú mismo, por lo tanto No mates.
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Si no les enseñamos a nuestros hijos el amor y la compasión, entonces ¿qué tipo de educación les estamos dando...?
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La vida de ningún ser puede ser valorada con dinero... y si no estáis de acuerdo... ¿cuánto valdría la vuestra?
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En la única revolución que creo es la de la cultura, la ciencia, la educación, el respeto a los derechos humanos y la compasión... Sobran las armas...
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No se puede en nombre de la propia libertad matar a otro ser, pues eso es lo que hacen las fieras y su nombre es salvajismo e incivilización.
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Las personas carentes de compasión añaden más tristeza y amargura a la existencia...
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¡Alerta...! Uno de los frutos de la ciencia sin compasión es la bomba atómica, pero no es el único.
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Mientras haya un ser que sufre en esta vida los seres compasivos sufrirán con él, por tanto alcanzar la felicidad en este mundo es una meta muy lejana, pero no así la serenidad y la humilde aceptación del inevitable sufrimiento.
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El hombre es dueño de crear su destino, pero si olvida incluir en él su corazón se está traicionando a sí mismo.
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Soy viejo y me fatiga y hace sufrir hablar mucho del amor a los animales... prefiero ir a ponerles un poco de agua a los gorriones de mi ventana...
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Si el ser humano no aporta su hermosa e infinita capacidad de amor a este planeta... entonces ¿qué aporta...?

Eulogio Díaz del Corral
Residente en Cádiz

REVISTA CULTURAL TRIMESTRAL TÁNTALO - NÚMERO 68 – JUNIO 2013
ENSAYO EULOGIO DIAZ DEL CORRAL