Mi gata Lola lleva casi 9 años conmigo, vino a casa con apenas 2 meses, cabía en la palma de mi mano.
Es arisca y comodona, pero tan lista¡¡¡.
Ella ha desarrollado un sistema de comunicación conmigo con el que ninguno de sus deseos queda sin cumplir.
Cuando quiere agua fresca, se pone delante de su bebedero y me mira, y me sigue con la mirada, y si no le hago caso viene donde estoy y me maulla enfadada, lo mismo cuando los perros se han comido su comida, o tiene la arena sucia.
Pero ayer me dejó alucinada.
Yo estaba en el momento ese ambiguo que no sabes si estas dormida o despierta,
tirada en el sofá y perdiendo ya la consciencia, cuando me oigo unos maullidos , que más parecían alaridos¡¡. Subí asustada las escaleras de dos en dos, pensando que algo le había sucedido, y allí estaba ella chillando como una posesa. Cuando me vió, me miró y dijo mau, como diciendo "hombre¡¡, por fin", y salió escopetada hacia la habitación de mi hija que tenía cerrada la puerta, se sentó y me miró.
La muy caradura quería que le abriera la puerta para poder acostarse en la cama al lado de la ventana para que le diera el fresco¡¡¡¡
Jajajaja, mi cara debió ser todo un poema¡¡¡
Archivo adjunto 11801
