Gobiernan las Islas Jónicas y Ática, la región más poblada de Grecia, en la que vive el 40% de su población. También aproximadamente el 20% de los municipios de la misma región.
En estos pocos meses, a pesar de encontrarse un presupuesto ya confeccionado, Syriza aumentó la ayuda de emergencia social en Ática de 1,8 a 13,5 millones de euros. Estableció ayudas para los hogares que no podían pagar la luz, unos 40.000. Los niños estudian con velas. En Grecia, cuatro de cada cinco viviendas no pueden poner la calefacción. Los griegos se ven obligados a encender hogueras de leña en los pisos y ya hay varios casos de muertes por asfixia. Con el recibo de la luz va unido un impuesto extra a la propiedad. Si no lo pagas, la cortan. Pero sindicalistas de eléctricas denunciaron que las grandes empresas pagaban la mitad, o incluso nada.
Syriza se negó a despedir a más funcionarios. Esta negativa ha hecho que esos alcaldes rebeldes, que aducen que hoy los servicios públicos son más importantes que nunca, tengan querellas por desobediencia ante la justicia.
Abren dispensarios públicos con médicos voluntarios para poder ofrecer acceso universal a algunos de los más de tres millones de griegos que hoy no tienen acceso a la sanidad. El movimiento que la defiende tiene como lema: “No nos mataréis”. Los partos cuestan más de 700 euros. Una cesárea: 1.200, una radiografía: 100. Las pruebas diagnósticas son tan inalcanzables que las ONG denuncian el aumento imparable de los abortos no deseados. A todo esto, el anterior Ministro de Sanidad, de Nueva Democracia, realiza manifestaciones como esta: “Enfermedades como el cáncer no son urgentes a menos que estén en la etapa final”. Este ministro además tuvo una condena por plagio intelectual, pero no todo lo copiaba, y se mostró bien capaz de escribir un artículo titulado “Los judíos: toda la verdad”, en el que negaba el Holocausto. Su preocupación por la salud también se aprecia en sus actividades privadas, y en el Teletienda griego vende una máquina milagrosa que “elimina los tóxicos de los cigarrillos”. Digo “anterior Ministro de Sanidad” porque ahora hay uno nuevo. Un antiguo militante nazi y antiguo skin-head de los de bate de béisbol que repite lemas de la dictadura militar “contra los rojos”. Difícil saber si es un avance o un retroceso. Tal es el gabinete con el que se hermana el PP.
Syriza ha reducido los impuestos del pequeño comercio y las PYME y aumentado los impuestos municipales de las grandes compañías, bancos y superficies comerciales. Aunque sería más justo decir que han empezado a pagar, pues antes no lo hacían. Organiza mercados para productores locales que venden sus productos más baratos que en los supermercados y colabora con los comedores sociales y los infantiles. También han cancelado proyectos de plantas de gestión de desechos por no cumplir las leyes de impacto ambiental.