Iniciado por
Solalux
La globalización no siempre significa que tengamos más variedad para elegir. Cada vez hay menos tipos de tomates o de manzanas en las tiendas, por poner dos ejemplos muy evidentes. Las dichosas royal gala las comen aquí, en Estocolmo y en USA, por poner un ejemplo, las fresas regionales han sido sustituidas por los fresones mutantes de invernadero. En un mundo globalizado no merece la pena cultivar especies delicadas porque rinden menos y no se conservan semanas en cámaras, así que solo se pueden vender en un mercado local. Como está montado el chiringuito todo tiene que hacerse a lo burro. La globalización acaba con la diversidad real.
Dicho esto y aunque intento minimizar consumos exóticos, en invierno compro plátanos y piñas (bueno, y naranjas y mandarinas que viviendo en Luxemburgo, también han tenido que viajar mucho desde España o Italia), porque con las manzanas cinco meses me muero de aburrimiento. Y aguacates compro todo el año. Pero de verdad que no me gusta.
¡Mangos y papayas españoles no he visto nunca!