a mi me gustaba el haggis!
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Una vez que no quería sopa, para librarme convencí a mi madre que me cambiara la sopa por un canapé de salmón, pensé "es pequeño, por muy mal que sepa puedo con él, aunque sea me lo trago sin respirar", pues lo saboreé dos veces, la que pasó pa dentro y la que salió pa fuera y no es que fuera una mocosa, ya tenía mis ventipico de años.
otra cosa asquerosa, la leche (ni con colacao).
También recuerdo los filetes de lomo "adobao", los que tenían el bordecito rojo, en una escursión, mi madre preparó bocatas de esto (ahí si era más cani) y como no quería comer me dijo que quitara el pan y me comiera los filetes, como no fuí capaz de convencerla de hacerlo al contrario, en un despiste lo tiré por un terraplén. Me imagino que hice el día a algún bichín.
A mí también me ha pasado lo mismo con la leche, me obligaban a beberla de pequeña y la devolvía todas las mañanas, ni con nesquik podía beberla, ¡qué asco! Una vez probé un vaso de leche de vaca recién ordeñada y el olor que desprendía ya me pareció repugnante, no pude bebermelo.
Irónicamente me encantaba el queso y me hinchaba, dirán que es necesario para el calcio, pero yo solía tenerlo bajo, y tenía que tomar calcio de la farmacia, ¡mitos fuera!
Cosas asquerosas que probé una vez y no repetí:
-El conejo, camuflado con tomate seguía teniendo un olor asqueroso y me recordaba demasiado a un gato.
-Caracoles, con ese cuerpo gelatinoso que te tienes que tragar del asco que da masticarlo.
-Callos, ya sólo el olor que desprenden dan ganas de vomitar.
-Un experimento que hice fue probar chocolate blanco con yogur natural, acto seguido vomité, nunca más volví a tomar ninguna de las dos cosas.
-La cabeza de pescado cuando por error me acercaba demasiado a ella y el sabor cambiaba, era asqueroso.
-La cuajada, que no sé ni de qué está hecha pero prefiero no saberlo.
Sin embargo me encantaban los filetes de hígado, los riñones...y ahora no podría ni olerlos, me repugnan.
De lo vegetal no hay nada que no me guste, me encanta todo, por lo menos que recuerde.
Lo peor que he comido son órganos internos de animales, no puedo ni olerlos.
Por el resto,no le tengo manía a nada! aunque cada día se aprende algo nuevo.
si, de pequeña tuve anemia, no recuerdo a qué edad, y me ponían unas inyecciones de hierro que me dejaban medio culo dormido para un buen rato, jajaja
pero esto de hacerme comer sangre y guarrerías era de antes, ya de más pequeña mi madre echaba hígado para que se cociera con las lentejas y luego hacía puré de las lentejas con el hígado y hale´p'a la niña!!
Animales. Sobretodo pienso en los corderitos, las vacas y cerditos y bufff.... u_U
Pero bueno, más vale tarde que nunca, dejé de comerlos a los 20 años.