Sí les importa, mayuraes. No son indiferentes. No matan de manera indiscriminada.
Matar es muy fácil. Y no digo que sean muy majos por no matar de manera indiscriminada (porque, insisto: no lo hacen), pero si queremos tratar la cuestión con un mínimo de rigor debemos llamar a las cosas por su nombre.
Si recordáis, ha habido tiempos mucho peores en ese sentido: ETA ponía bombas en mitad de Vallecas, o en un Hipercor, y mataba, entonces sí de manera indiscriminada, a un montón de civiles. Y lo que es peor (en el caso de Vallecas al menos), civiles muy humildes. Ellos, que se llaman de izquierdas.
Pero desde los atentados islamistas de aquel 11 de marzo ETA ya no puede hacer esas cosas. Durante un tiempo se abstuvo de matar. Era como si matar a un policía, o a la virgen santísima, fuese entonces una miseria comparado con la que habían montado "los moros". Aquello sí fue la de rediós. Doscientos muertos. Y la sociedad vasca, incluido el mundillo abertzale, condenó lo de los trenes de manera más o menos tajante. Aún recuerdo una noticia colgada en un periódico digital poco sospechoso de dar pábulo a la línea de investigación islamista. Decía algo así como que Otegi (¡Otegi!) había dicho que los atentados eran una barbaridad inhumana y que ETA no tenía nada que ver. ¡Una barbaridad! ¡Otegi! Todavía colea todo aquello, ya ves...
ETA no puede poner una bomba en un tren. No puede matar de manera indiscriminada porque la parte de la sociedad vasca que aún justifica sus asesinatos (acciones militares para ellos, no lo olvidemos) no lo toleraría.
Desde los atentados en la T-4 (los dos ecuatorianos muertos no oyeron las alarmas de evacuación, después del aviso de ETA, al quedarse dormidos), ETA ha ido incrementando el nivel de barbarie de sus acciones para tratar de encontrar esa finísima línea que separa lo tolerable por el mundillo abertzale de lo que incluso ellos consideran una barbaridad. ¿Dónde está esa línea? Hace un año y pico, en Legutiano (si no recuerdo mal), pusieron una bomba muy parecida junto a otra casa cuartel... pero avisaron, a pesar de hacerla estallar también de madrugada (¿o no?, no recuerdo: el caso es que al principio, después del 11-M, siempre avisaban...). Esta vez no lo han hecho. Están subiendo el listón.
Si el otro día, al lado de tu casa, en Burgos, hubiera muerto una sola persona, pongamos un niño de cuatro años, esa línea habría sido traspasada. Por fortuna no murió nadie... Y ETA, por desgracia, "pudo" matar (porque su entorno no lo condenaría, otro gallo hubiera cantado si en Burgos hubiera muerto un niño) a esos dos chavales vestidos de verde.
Comprendo que el dolor y el miedo nos lleven a decir barbaridades, pero esto, al final, es un juego en el que ETA, por un lado, y el Gobierno, por otro, tiran a la vez de la misma cuerda. Y nosotros, la sociedad, somos los que decidimos quién gana. Pero somos muchos y no estamos de acuerdo.
¡Salud!