Bueno, a ver, cuando una persona no quiere pasar por determinada situación, pies para qué os quiero a la primera de cambio. Si se puede escoger, no hay por qué quedarse y tragar nada que no nos guste. Vamos, yo no me esperaría seis meses, ni un mes tampoco, ni dos días.
Ahora bien, para afirmar que es un acoso, hay que estar seguros de que lo es. Y eso sólo se demuestra con el tiempo.
Por otro lado, lo que comentas de las leyes de Leymann, de hecho nunca se dan de golpe y simultaneamente. Empieza muy discretamente y sólo a medida en que la víctima se desestabiliza (a la vez que queda desacreditada) se sube el tono. Pero vamos, si sólo pasa uno de estos ítems de vez en cuando, no es acoso ni de coña.
Luego, cuando se ha pasado por una situación traumática como la del acoso, hay que tener mucho cuidado de no ver fantasmas donde no los hay. Es una putada para la víctima, porque en el otro extremo, si te haces tolerante a la violencia también puedes tener al fantasma en la mismas narices y querer pensar que es susceptibilidad tuya... y caer de nuevo en lo mismo. Hay que hilar muy fino. Ante la duda, hechos objetivos, como esta lista. A la mínima estar alerta, anotar hechos, cortar relaciones si es posible, sí. Pero asumiendo que puede tratarse de una herida abierta, por lo que lo mejor es no pronunciar la palabra acusadora sin estar seguros.
Y cuidado también con la profecía autocumplida:
http://es.wikipedia.org/wiki/Profec%C3%ADa_autocumplida
Me voy a dormir ya, que no son horas de hablar de acosos :)