reflexiones tras 4 meses

Hola a tod@s,
llevo cuatro meses de vegetariana, cuatro meses leyendo en este foro, donde he encontrado una especie de compañeros de viaje que me ayudan sin saberlo. No soy muy de escribir en foros, pero llevo días pensando en presentarme y compartir un poco las experiencias que he vivido en estos últimos meses.

Acabo de cumplir 28 años, de niña, según palabras de mi madre, "comía muy mal". Y es que no podía ver un trozo de pescado en el plato, odiaba los filetes y los huevos fritos. Mi plato favorito: el arroz con pollo al curry (apartando casi siempre el pollo) y las lentejas con verduras. Y la leche de vaca con cereales.

Durante la adolescencia mi hermana y yo rechazamos comer carne en filetes, y yo decía que quería ser vegetariana, pero la única opción que me daban era comer lechuga, que no me gusta especialmente. Si entonces hubiera tenido internet...

A los 18 me fui de casa para estudiar fuera, y mi alimentación cambió radicalmente, y es que en el comedor de la residencia empecé a comer " de todo", hasta huevos y pescado. Cuando me fui a vivir por mi cuenta y empecé a cocinar lo que me comía fui capaz de manipular carne cruda con mis manos, cosa que de niña pensaba que nunca me atrevería a hacer. Pero al mismo tiempo fui introduciendo en mi dieta variedad de platos que nunca había comido en casa, que incluían muchos vegetales. Nunca faltaba el calabacín en mi cocina, ni los garbanzos ni las espinacas. Cuando comía en restaurantes me gustaba probar las opciones sin carne, sobre todo en los asiáticos y árabes. Por problemas de acidez, el invierno pasado mi médico me recomendó dejar de desayunar leche de vaca. Probé la leche de almendras con avena y la fui alternando con la de vaca, sobre todo por el precio. Hace dos años tengo un jardín con huerto.

Hace como un año vi un vídeo de la alimentación de los patos para hacer foie y a pesar de lo mucho que me gustaba lo dejé de comer. Y hace unos cuatro meses, de un día para otro, después de toda una tarde llorando, dejé de comer carne de mamíferos y aves y lácteos. He comido dos veces productos de pescado, y sigo comiendo huevos de gallinas de conocidos. Tampoco he vuelto a comprar nada de piel, aunque lo que tengo lo sigo usando. Me he vuelto una loca de las etiquetas (también mi novio, aunque él siga omnívoro desde el primer día se ha preocupado por buscarme comida adecuada).

Lo cierto es que mi dieta no ha cambiado tanto, excepto por los lácteos, porque leche y queso estaban a diario en mi plato, pero carne comía una vez por semana o menos. Mi novio no podía creer que fuera a dejar de comer queso, pero yo no lo echo de menos en sí, sólo la comodidad de poner un par de lonchas entre dos rebanadas de pan. Ahora tengo que currarme un poquito más las cenas.

Y mi gusto por la cocina ha vuelto a despertar, que estaba un poco vaga en este aspecto, y ahora estoy todas las semanas probando nuevas recetas. En cuanto a sensaciones, la acidez ha dejado de ser un problema diario, ahora sólo aparece de vez en cuando cuando abuso del pimiento rojo.
Me siento bien, con menos contradicciones, aunque a veces lo paso mal con algunas personas que se empeñan en discutir mi elección (sobre esto último hablaré otro día, que necesito desahogarme).

Y lo dicho, es un placer leeros, os agradezco de verdad la compañía que me ofrecen vuestros posts, aunque tengan años, para mí son como conversaciones super actuales. Saludos

Hola Icactus,
Pues me alegro por ti, eso esta muy bien, yo soy vegetariana de nuevo cuño tambien (llevo un par de meses), antes me quite primero la carne y durante un tiempo pescado, luego vegeta en casa y pescado fuera hasta que di el salto (muchas gracias a los foreros por animarme) y me ha pasado igual que a ti, se me ha vuelto a despertar el gusanillo de la cocina, tengo el congelador lleno de tuppers, y me da que pensar si es que no me gustaba cocinar o lo que no me gustaba era cocinar cadáveres.
Leche no tomo, miel tampoco y huevos no me gustan y eso que mi madre tiene gallinas camperas de verdad, lo que si cae de tanto en tanto es queso pero me he dado cuenta que es por comodidad (porque no te limita tanto en las salidas) pero veo que tiendo hacia el veganismo, quizás sea cuestión de tiempo.

Bienvenida!! Gracias por contar tu historia, me gusta mucho! Es mas o menos parecida a la mia. De pequeña solo comia yogures y petitsuise (los yogures pequeños rosas o de sabores de niños) y pasta sobre todo, y las verduras y frutas casi ni probarlas! Solo platanos de vez en cuando. La leche por la mañana y a veces por la noche y la carne, el pescado y los huevos, cuando hacian. Despues hasta hace unos 3 años, empece a comer de todo, escepto algunas verduras. En ultimo año decidi que queria ser vegetariana y el año que viene (cuando me vaya de casa a estudiar ya que mis padres no lo aceptan) hare el paso. Espero que la compañera de piso se tome bien mi paso. Porque sera algo radical! No pasare por una etapa de transicion. Sere ovovegetariana y en un futuro vegana.

¡Bienvenida! A mí me pasó como a ti en lo de no poder manipular carne cruda... Enhorabuena por dar este paso.

Cuando necesites desahogarte, el hilo de anécdotas estará esperándote. Como bien dice un gráfico de esos que circulan por internet, "lo peor de ser vegano (en tu caso vegeta) es tener que aguantar los comentarios de la gente idiota". Ánimo.

Gracias, Tinta, VegTay13 y Pris.

Tienes razón, lo peor de mi decisión para mí fue comunicarlo a la gente.

Un día mi novio llegó de trabajar y le dije "estoy pensando dejar de comer carne". La verdad es que no le sorprendió, pero cuando le dije "y lácteos" pensó que me había vuelto loca. Toda la vida había insistido en que no me gustaba la carne, y en que todo el mundo debería reducir su consumo, así que lo entendió perfectamente, pero ¿lácteos? ¿la adicta a la leche que él conocía? La leche que había en casa abierta la tiramos, porque a él no le gusta, y el resto se la acabé dando a mi madre.

Para contárselo a mi padre no tuve problema: le parece bien todo lo que hago. Sólo me dijo algo relacionado con las fábricas textiles en Asia, pero no como para decir "hay cosas más importantes", sino más bien "el mundo da asco, me alegro de que mi hija se preocupe". Mi hermana, por supuesto, me apoya: es una vegetariana en potencia adicta a las verduritas. Mi mejor amiga, con la que compartí piso y nevera unos años, se alegró por mí y encargó menú vegano para mí en su boda. A mis amigos (que no viven cerca) les escribí un e-mail contándoles mis inquietudes, y sólo uno me respondió. Símplemente no le dieron importancia. Vinieron de visita y nadie quiso que compraramos o cocinaramos animales en casa, aunque si comíamos fuera todos se lanzaban a por platos de carne.

El problema era mi madre. No debería ser un problema, ya que soy adulta y hace 10 años que no vivo con ella, pero la que a veces no parece adulta es ella. Tardé más de una semana en decírselo, porque no sabía cómo iba a reaccionar. Comí con ella un par de veces evitando el tema ("prefiero no comer carne"), y por fin me lancé en plan "te tengo que contar una cosa". Se enfadó un poco porque se sentía atacada, algo así cómo "qué habré hecho yo mal". He de decir que mi madre es una de las personas que conozco que mejor come, en lo que a variedad se refiere. No es la típica persona de filete con patatas y patatas con filete, que abunda en mi familia paterna. No conozco a nadie que coma más fruta y verdura que ella, y desde la etapa semivegetariana de mi hermana y mía apenas come carne. Ella se lo dijo a mi tía, su hermana mayor, que vino luego un día diciéndome "así que te has hecho vegetariana! bueno, eso está muy bien, pero tendrás que comer mucho yogur y mucho queso". "No, es que lácteos tampoco como". Y claro, se quedó preocupadísima por mi salud. Otros que si "ya no podré invitarte a comer", y cosas por el estilo. Habrá que ver cuando llegue la navidad, cómo consigo enfrentarme al resto de la familia en las cenas y comidas.

Cuando yo llegué aquí hace cinco años también sentí que las personas que estaban acá escribiendo y compartiendo experiencias eran mis compañeros de viaje, y creo que es un apoyo muy bonito para los que no contamos con un entorno muy tolerante a este tipo de decisiones.

Y bueno, mi mamá también se preocupó por mi cuando se enteró del cambio, lo importante es que cada vez que ella o quienes están a tu lado se sorprendan y te pregunten por las proteínas y esas cosas nutricionales tengas unas respuestas bien argumentadas, así ellos al menos estarán tranquilos. Hablo desde mi experiencia, cuando mi mamá y mi familia se dio cuenta que sabía lo que estaba comiendo y que no iba a enfermar por eso estuvieron más tranquilos.

Buena suerte con todo.