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sujal
01-feb-2008, 10:41
He descubierto este artículo de otros tantos de Eduardo Lamazón. Sin embargo no encuentro información sobre el autor.


Amar a los Animales
por Eduardo Lamazón

La vida no es vida sino intenso dolor para la mayoría de los animales sólo
por haberles tocado en suerte compartir el planeta y este tiempo con el
hombre, su verdugo más cruel y excesivo.

Los 'animales no humanos', hay que decir, para expresarse con propiedad de
ellos, seres maravillosos en los que la naturaleza es perfección, pero
tristemente indefensos ante el individuo elemental, depredador incorregible.

Hay quienes afirman que lo que distingue al ser humano de los otros animales
es el raciocinio, pero es necesario ponerlo en duda, viendo lo que aquel
hace con su aparente ventaja, no sólo en su relación con los seres
inferiores que están a su merced, sino con el uso inescrupuloso que le da en
cada acto a su facultad de entendimiento.

Apenas comprendiendo su ignorancia y confusión puede explicarse la
arrogancia insoportable del que pone su derecho a la vida ciegamente por
delante del derecho a la vida de otros seres.
Si somos superiores, sólo esa condición nos agrega un imperativo moral por
el cual debemos rendir justificaciones de nuestros actos. Sólo el hecho de
que debamos decidir cómo tratar a los animales, hace a nuestra relación con
ellos moralmente grave. Decía Shakespeare en 'Hamlet': "no hay nada bueno o
malo sino que el pensar así lo hace". Nosotros pensamos, no nuestro perro,
por lo que tenemos el privilegio y la carga de hacernos responsables de la
relación y el trato.

Pero nuestra relación con las bestias, sin embargo, es la de las metáforas
que las degradan. "Eres un animal"... "Eres un burro"... ¿Por qué no "eres
un hombre torpe", o "eres una mujer egoísta"?

"Soy un miserable gusano" decía Friedrich Nietzsche para autodefinirse,
cuando lo devoraba la sífilis y expiaba su remordimiento de filósofo porque
se acostaba con su madre y con su hermana. Había muchas culpas humanas en
él, pero ¿qué culpa era del gusano?

El siglo XX fue generoso y mezquino, bálsamo y letal, ubérrimo para la
ciencia y retrógrado para la convivencia entre los hombres. Sobre su final
mostró ¡por fin! una luz de esperanza en el reconocimiento al derecho de los
animales en las sociedades civilizadas. Una luz, que quede claro, nada más
que eso, pero algo más que nada.

Los derechos del hombre en la Grecia clásica eran los derechos del ciudadano
varón y libre. Las mujeres y los esclavos eran para la legislación tan poca
cosa como hoy son -continúan siendo- los animales en las comunidades rabonas
e incultas.

Otras formas de discriminación, igual de abyectas y vergonzantes ha visto la
historia. Quemar al hereje en la hoguera fue una conducta aceptada, hasta
que un día la civilización decidió que era inaceptable.

Todo es cuestión de tiempo. Llegará el día en que el exterminio irracional
de los animales no humanos de esta época, en casi todas las sociedades, será
un asunto que se exhibirá en museos, a la mirada incrédula de los
visitantes.

Tengo malas noticias para los orgullosos "seres superiores" que en tono
peyorativo llaman bestias a las bestias: los hallazgos sobre el mapa
genético de las especies demuestran sin lugar a réplicas, que nuestro
patrimonio genético es idéntico al de los gorilas en un 97 por ciento, y si
esto es de suyo humillante... para los gorilas, claro, también se halló que
el número de genes necesarios para constituir un hombre es sólo el doble de
los que tiene un gusano.

La vida es, aun para la ciencia, el más grande de los milagros, lo que
parece ignorar el hombre promedio de todas las latitudes, porque la
compromete cada vez que puede, arrasando bosques y especies, contaminando el
aire y el agua, y detonando nuevas enfermedades. Es el hombre, entre todos
los seres vivos, el único dotado para la estulticia.

Konrad Lorenz, el etólogo austríaco, el gran sabio del siglo pasado que en
1973 obtuvo el premio Nobel de medicina, dijo: "el hombre siempre fue
bastante estúpido, pero últimamente noto un cambio... está peor". Es el
mismo médico bondadoso que amaba a los animales hasta la médula y que en
otra ocasión afirmó: "De sólo pensar que mi perro me quiere más que yo a él,
siento vergüenza".

Lord Byron escribió para la tumba de su perro 'Botswain' este epitafio:
"Aquí reposan los restos de un ser que poseyó la belleza sin la vanidad, la
fuerza sin la insolencia, el valor sin la ferocidad y todas las virtudes de
un hombre sin sus vicios".
Los animales, salvajes o domésticos, son, a la luz de la inteligencia,
nuestros compañeros de viaje. Su sacrificio o sufrimiento inútiles son actos
de inmoralidad y barbarie degradantes para quien los provoca.

¿Por qué quererlos?

Una máxima filosófica simple dice que es correcto preferir un estado de
cosas mejor a uno peor.

Pero detrás de esto, en términos cotidianos, por respeto a nosotros mismos.
Porque el cuidado de todas las formas de vida nos hace más evolucionados.
Porque lo expansivo es primitivo y la inhibición es cultura. Por compasión,
que la compasión es una olvidada emoción elevada. Porque matar o hacer
sufrir es destrucción. Porque construir es participar como un Dios
todopoderoso del acto de la Creación. Porque el hombre útil o bueno o
civilizado vive de acuerdo con ciertos valores y no hay valores que
justifiquen la crueldad. Porque la inteligencia invita a vivir de tal manera
que nuestras acciones aporten a la felicidad y no al dolor que hay en el
mundo. Porque proveer a la vida y no a la muerte no puede ser una
antigualla, a menos que el mundo esté irremediablemente perdido. Porque
estoy seguro que entiende usted la diferencia entre la sensibilidad de quien
mata a un animal por placer, y la de quien goza escuchando la Quinta
Sinfonía de Beethoven.

Un amante de las corridas de toros me dijo una vez que los toros de lidia no
nacerían si no existiera esa primitiva obscenidad que llaman fiesta, "porque
son criados para la muerte en la plaza" -me explicaba-, a lo que respondí
que con su criterio podríamos criar niños para que sean sacrificados frente
a cincuenta mil forajidos con boleto pagado.

Desde Platón sabemos que educar es formar en la virtud. Piedad, compasión,
amor por la vida de todos los seres, respeto por la otredad, son conquistas
del hombre morigerado, de buenas costumbres, superior. Superior no de
superar a los demás, sido de haber sido capaz de mejorarse a sí mismo, de
haberse alejado de aquella pequeña cosa tan sin pulimento que era cuando
nació.

¿Por qué dirán que con relación al hombre los animales son una especie
inferior? ¿Porque no tienen algunas "virtudes" que adornan a los hombres?
Sí, recuerdo algunas: el odio, la maldad, la envidia, la venganza, el
rencor, el engaño, la traición, la soberbia.

Todos los animales, humanos y no humanos, morimos cuando cesan nuestras
funciones corporales. Los hombres crueles, empero, mueren mucho antes,
aunque ni lo noten.

Davichin
01-feb-2008, 10:47
Podría ser un activista de Anima Naturalis?

http://www.animanaturalis.org/modules.php?goto=Nvst21_4289

sujal
01-feb-2008, 10:50
Ni idea. Debe ser de Méjico, pero me gustaría saber más de él.:confused:

Snickers
01-feb-2008, 16:48
ah, pues si encontráis algo ponedlo en este hilo, compis

margaly
04-feb-2008, 18:47
bueno chicos, pues vamos a aclarar un pelin estas dudas.

Email recibido hoy de Eduardo Lamazon ;)

Querida Margaly:
¿De dónde me escribes?
Muy lindo tu foro y agradezco que hayan incluido artículos míos.
Voy a preocuparme de mandarte entre hoy y mañana algunos cuantos por si alguno no tienes
Soy enemigo del culto a la personalidad, por lo que no quisiera abundar en historias sobre mí. Si quisieran poner algo en los artículos sólo quiero: Escritor mexicano. Activista por los derechos de los animales.

Un saludo afectuoso.
Eduardo Lamazón

(y algun detallito que me guardo para mi solita :p )

sujal
05-feb-2008, 10:16
¡Wow!

Bueno, me refería a datos concretos como los que ofrece sin querer indagar en su persona. Más que nada para ubicarle y saber si sus escritos versan sobre animalismo como causa de primer orden o es un escritor polifacético.

¡Un saludo Eduardo!

Snickers
03-mar-2008, 01:13
http://www.anima.org.ar/liberacion/escribiente/inteligencia.html



Liberación > El Escribiente

Inteligencia de perro

Eduardo Lamazón




Me preguntan si los perros pueden ser considerados inteligentes. Me sorprende la pregunta porque para mí la mayoría de los perros son más inteligentes que muchos seres humanos que conozco.

Mis perros Didi, Gorbi y Felipe unas veces entienden y otras no entienden. Si les digo que se suban a la cama, entienden. Si les digo que se bajen, no.

Una buena amiga amante de los animales, Angélica López Fraile, me escribe desde Chile para pedirme que la auxilie, porque es motivo de burlas cuando trata de polemizar con amigos sobre la inteligencia o no inteligencia de los perros. Le dicen, claro, que los animales son irracionales y que eso los hace inferiores.

No hallo ninguna sorpresa en este arrebato de suficiencia antropocéntrico que he escuchado inclusive a pensadores de buen calibre. Que no saben nada, por supuesto, de la necesidad que tiene el mundo de que revaluemos la vida, todo lo vivo y la naturaleza que es nuestro continente.

La gente precaria que escucha una tontería y la repite hace un daño involuntario muy grande. Mientras se piense que los animales son inferiores descansan cómodamente las conciencias de quienes los usan para comerlos, para vestirse y para divertirse.

Muchos animales aventajan al ser humano en fuerza, velocidad, percepción auditiva, vista, olfato, sin que esto signifique que son superiores sino que tienen aptitudes diferentes.

Es tan evidente para cualquier inteligencia mediana que los animales no humanos son para la naturaleza sólo otra especie –nosotros una, ellos otra—y que es vergonzoso para los “superiores” someterlos y degradarlos con el único argumento de la fuerza-inteligente, que parece mejor negarlo que aceptarlo porque aceptarlo duele.

El que no se conduele no es culto ni sensible, no piensa ni razona, es decir no es superior sino un esperpento de soberbia, y tiene una relación viciada con lo que en el mundo está vivo.

Como quien se pone un saco “se ponen” algunos la inteligencia que niegan a los animales, sin ruborizarse por lo que hacen con su pretendida superioridad. Lo que hacen es ser crueles, torpes, violentos, depredadores, asesinos, carniceros, insensibles, indolentes, omisos.

No ven en los animales inteligencia. ¡Qué van a ver! Se morirían de vergüenza si tuvieran que reconocer en los animales cualidades de fidelidad, solidaridad, bondad y amor que ellos no tienen.

Inteligencia es la capacidad para resolver problemas, en una de sus acepciones. Muchos hombres tienen capacidad sólo para crearlos.

Inteligencia es también capacidad para comprender, aprender o asociar.

Los animales humanos y no humanos tienen formas de inteligencia distintas.

Y torpezas distintas también. ¿Los hombres que se creen superiores habrán observado qué poco se equivocan los animales?

Con la misma abyección con que hoy se pretende negar igualdad de derechos a los animales, en otras épocas oscuras para la inteligencia se procedió igual con las mujeres (Thomas Taylor en 1792 escribió "Reivindicación de los derechos de los brutos’"para ridiculizar "Reivindicación de los derechos de las mujeres" que el mismo año había escrito Mary Wollstonecraft).

¿Para qué traigo este ejemplo? Para afirmar que los grandes cambios culturales son cuestión de tiempo. Si los años traen a los hombres una evolución razonable, alguna vez se concluirá que el martirio animal de estos tiempos fue una de tantas miserias de pobreza espiritual y racional.

Una demostración inteligente mínima en un ser humano educado, supongo, es la que ejercita el que es capaz de conmiseración, de hacer y pensar para un mundo mejor, de ser solidario y agradecido, respetuoso con la naturaleza y con la vida, hacedor y protagonista de buenos ejemplos, comprometido con el ambiente y el mundo que lo contiene.

El que se prohibe cuestionarse si el más débil merece respeto, pero se lo da.

No es gran cosa el hombre tosco, ignorante, larvario, que en lugar de ver al perro, al animal, a lo otro que hay por ahí con indulgencia, se preocupa por hacer notar su pretendida e inexistente superioridad.

Hay quienes quieren que todo mejore, sin mejorar ellos.

Tienes que educar con el ejemplo, Angélica, y nada más. Siempre da resultado. Es la única manera de educar.

Snickers
03-mar-2008, 01:16
http://www.anima.org.ar/liberacion/escribiente/elpeor.html

Liberación > El Escribiente

El peor amigo del perro

Eduardo Lamazón



Los animales y la naturaleza son poca cosa para el hombre cuando el hombre es poca cosa.

Querer y respetar la vida es un privilegio de personas educadas, porque labrar el amor requiere esfuerzo e inteligencia.

Los amantes de los perros, los que estamos persuadidos de que los animales tienen derechos, nos debatimos en un mar de aguas encrespadas por vencer la indiferencia y la crueldad, patrones sempiternos del trato que el hombre les provee.

Promovemos la esterilización como el único medio incruento y aséptico de control de la población canina en las ciudades porque sabemos que casi todos los perros que nacen en el mundo vienen a padecer un insondable sufrimiento.

Al mismo tiempo reprobamos la industria de las tiendas de mascotas que venden animales, porque crean relaciones no amorosas que se dan cuando la compra del animal es por un divertimento pasajero. El niño, por ejemplo, que compra un perrito como se compra un juguete de plástico, y que después, cuando el animal crece o la familia sale de vacaciones, lo deja abandonado porque ya no lo divierte o porque no puede cuidarlo. El que hace un comercio de vender animales, si vende diez perros reproduce diez perros, si vende cien perros reproduce cien perros.

Los perros que pueden adoptarse en los albergues tienen una sola diferencia con los perros de las tiendas de mascotas, y es que están sucios. Se bañan y ya está. Son tan maravillosos amigos y tan cariñosos como el que trae un estúpido certificado que pretende avalar su abolengo.

La grandeza de un hombre –la de usted o la mía, si acaso podemos aspirar a alguna- está en ser bondadoso pudiendo ser malo, porque ser bueno cuando se está acorralado o no se tiene posibilidad de escoger, no tiene mérito. Ser piadoso con los seres física o intelectualmente inferiores es un imperativo moral para el superior, si no, no es superior. Es, al contrario, un esperpento de arrogancia que pone a su especie, porque sí, por encima de las demás que habitan el planeta.

Es ilógico e inmoral, es vergonzoso para nuestra especie que siendo el perro el mejor amigo del hombre, sea el hombre el peor amigo del perro.

La mayoría de los hombres torturan por crueldad, por indiferencia, por ignorancia, por estupidez o por sádico placer a casi todos los perros del mundo. Ninguna de estas actitudes son adornos para quienes las ejercen. Suelen decir “al fin y al cabo es sólo un animal”, expresión irreflexiva y rastrera con la que descartan sin ver las cualidades del “sólo un animal”, y les niegan derechos.

En estos tiempos difíciles para la bondad y para el optimismo, tiempos de corazones avariciosos y espíritus devastados, suelen decirme que es pueril hablar de perros que sufren.

"¿Por qué te preocupa el bienestar de los perros si hay tantos niños hambrientos?”, es algo que escucho y escuchamos todos los defensores de animales, cada día.

Se pretende que son dos problemas diferentes, uno los niños, otro los perros. Yo creo que es un solo problema que se reduce a la crisis del hombre y de los tiempos que vivimos. El planeta da alimento para el niño y para el perro, pero no lo lleva a sus bocas. Son sus padres y sus amos, sus gobernantes y sus pastores, sus líderes y sus ilusionistas los que hacen mal reparto de los bienes y de la justicia.

No sólo los perros y los niños necesitan ayuda y amor. Hay ancianos, seres hambrientos, individuos enfermos, hombres tristes, solitarios, encarcelados o adictos a las drogas que mendigan su cuota de solidaridad. Y no es quitarle alimento a los perros para darle a otros desamparados la solución milagrosa para todos los males. Nada se va a solucionar en el mundo del egoísmo y la perversidad mientras la conciencia de la humanidad no camine hacia otros rumbos.

Nunca vi a un perro deambulando por las calles buscando a quién morder, nunca vi a un león trasladándose desde la selva a quitarle la vida a un ser humano de la ciudad, o a un toro buscando la plaza y a un sujeto vestido “de luces” para embestirlo. Es el hombre el que apalea al perro, lo amarra con cadenas, lo aísla y le niega el agua, y después le dice “perro asesino” cuando el animal reacciona defendiéndose.

La insobornable fidelidad del perro, que no conoce el más fiel de los hombres, paga demasiado caro el mendrugo de amor que a veces recibe.

Los perros aúllan su pena eterna, mientras los hombres torpes hacen eterna la pena de vivir en la oscuridad. Pareciera que se levantan cada mañana a buscar bienes, bienestar, recursos, pero todo lo estropean. Han cambiado el amor por el dinero y el buen nombre por el éxito. No respetan al río, al árbol, al perro, al vecino, al amigo, y alguna que otra vez dicen que no comprenden por qué no hay justicia, por qué no hay paz.

Desdichados perros. Desdichada humanidad.

RespuestasVeganas.Org
04-mar-2008, 10:59
El especismo es lo que tiene, es una lacra.