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Ver la versión completa : ¿Tiene sentido la vida?



urpa
25-ago-2013, 12:29
Pues eso, creéis que la vida tiene sentido? Si es así, cuál es?

lamentodejack
25-ago-2013, 13:14
Bueno, depende de el sentido que tu le des. La vida tiene sentido en la medida que haces aquello en lo que crees, que te sientes libre y útil y puedes desarrollarte por completo. No se si era eso lo que preguntabas :)

Arioch
25-ago-2013, 13:15
La vida tiene el sentido que tú le des... a lo mejor estamos aquí con un propósito, pero por desgracia no tenemos forma de saberlo. Para mí el sentido de la vida, dicho de manera muy simplificada, es evitar toda energía negativa y fomentar la positiva :]

urpa
25-ago-2013, 17:04
Gracias. Es que he leído en algún libro que estamos aquí por algún propósito....

Anandamida
25-ago-2013, 17:34
Yo creo que eso del "sentido", en primer lugar, es una invención del lenguaje. Los animales buscan comida, comen, duermen, se reproducen, etc. (viven) sin otorgar sentido alguno. El "sentido" tal vez sea intrínseco a todo eso.

Considerando que el "sentido" exista, en la medida en que nosotros lo hacemos existir pues sí creo que la vida tenga sentido. Y supongo que es útil pensar así.

Hermes
25-ago-2013, 21:32
En algún sitio leí que el sentido de la vida es una vida con sentido.

Spinoza88
25-ago-2013, 22:56
La vida no tiene ningún sentido, ni siquiera el que tú quieras darle. El sentido que tú le diste a la vida hace un segundo ya no existe ahora, ni siquiera es la misma vida; es otro segundo de existencia gratuita y vacía.

gatera
25-ago-2013, 23:46
El sentido de la vida es la muerte. Quiero decir, que es una carretera de sentido único (no puedes retroceder) y el destino ya lo sabemos.

Fdo: El gatera

Kirin
25-ago-2013, 23:50
42

Es lo más concreto que se me ocurre XD

Walkiria
25-ago-2013, 23:57
42

Es lo más concreto que se me ocurre XD

Juaaaa yo también lo pensé :D

La Madre del Topo
26-ago-2013, 00:50
El sentido de la vida es vivir.

Luego ya podéis discutir sobre qué es para vosotros vivir, o disfrutar de la vida.

joantost
26-ago-2013, 07:42
Si haces respiracion consciente, dejas de plantearte tales cosas.

Ecomobisostrans
26-ago-2013, 08:12
Este tema guarda mucha relacion con este otro, aqui podeis encontrar mi postura sobre el tema: http://www.forovegetariano.org/foro/showthread.php?t=56921

Riply
26-ago-2013, 08:23
Yo no le encuentro ningún sentido.

Arya
26-ago-2013, 13:30
Por supuesto que tiene sentido. El problema es que estando inmersos en el trabajo diario, en los programas tan estúpidos y superficiales que nos ponen en la televisión, o por creer que la vida solo consiste en tener un trabajo, coche, familia y casa (si es que nos dejan)... no llegamos a ver lo maravilloso que es estar aquí (otra vez), ni nos damos cuenta de que hasta el gesto más simple cuenta, o que muchos de nosotros nos conocemos de mucho antes y nos seguimos reencontrando para ir experimentando juntos. Que aprendamos o no es otra historia.

Tal vez se me ha notado un poco que creo en la reencarnación... ;)

rajmaulen
26-ago-2013, 16:35
Juaaaa yo también lo pensé :D

Jo también pensé 42, peeeero... ésa es la respuesta, no el sentido ;P

Para saber cuál es el sentido de la vida, mejor preguntar a los Monty Python. Recomiendo su película El sentido de la vida. No da respuestas, pero es divertida.

Solalux
26-ago-2013, 16:51
La vida no tiene ningún sentido, lo único que podemos hacer es vivirla lo mejor que podamos.

lamentodejack
26-ago-2013, 16:54
No entiendo. Que es sentido para vosotros? Finalidad? porque yo no le veo finalidad pero si sentido. Estamos aqui y punto, y si no estuvieramos no pasaría absolutamente nada, da igual. Pero mientras estás el sentido es hacer lo que tu creas mejor para tu vida, vivir del modo que quieras, en libertad y que puedas desarrollarte, no se.

Spinoza88
26-ago-2013, 17:48
"Bueno, hace un rato estaba yo en el Jardín público. La raíz del castaño se
hundía en la tierra, justo debajo de mi banco. Yo ya no recordaba que era una
raíz. Las palabras se habían desvanecido, y con ellas la significación de las cosas,sus modos de empleo, las débiles marcas que los hombres han trazado en su superficie. Estaba sentado, un poco encorvado, baja la cabeza, solo frente a aquella masa negra y nudosa, enteramente bruta y que me daba miedo. Y entonces tuve esa iluminación.
Me cortó el aliento. Jamás había presentido, antes de estos últimos días, lo que quería decir “existir”. Era como los demás,como los que se pasean a la orilla del mar con sus trajes de primavera. Decía como ellos: “el mar es
verde”, “aquel punto blanco, allá arriba, es una gaviota”,pero no sentía que aquello existía, quela gaviota era una “gaviota-existente”; de ordinario la existencia se oculta. Está ahí, alrededor de nosotros, en nosotros, e
lla es nosotros, no es posible decir dos palabras sin hablar de ella y, finalmente, queda intocada. Hay que convencerse de que, cuando creía pensar en ella, no pensaba en nada, tenía la cabeza vacía o más exactamente una palabra en la cabeza, la palabra “ser” O pensaba... ¿cómo
decirlo? Pensaba la pertenencia, me decía que el mar pertenecía a la clase de los objetos verdes o que el verde formaba parte de las cualidades del mar. Aun mirando las cosas, estaba a cien leguas de pensar que existían: se me presentaban como un decorado. Las tomaba en mis manos, me servían como instrumentos,preveía sus resistencias. Pero todo esto pasaba en la superficie. Si me hubieran preguntado qué era la existencia, habría respondido de buena fe que no era nada,exactamente una forma vacía que se agrega a las cosas desde afuera, sin modificar su naturaleza. Y de golpe estaba allí, clara como el día: la existencia se descubrió de improviso. Había perdido su apariencia inofensiva de categoría abstracta; era la materia misma de las cosas, aquella raíz estaba amasada en existencia. O más bien la raíz, las verjas del jardín, el césped ralo, todo se había desvanecido; la diversidad de las cosas, su individualidad sólo eran una apariencia, un barniz. Ese barniz se había fundido, quedaban masas monstruosas y blandas, en desorden, desnudas, con una desnudez espantosa y obscena.
Me guardé de hacer el menor movimiento, pero no necesitaba moverme para
ver, detrás do los árboles, las columnas azules y el candelabro del quiosco de
música, y la Véleda en medio de un macizo de laureles. Todos esos objetos...
¿cómo decirlo? me incomodaban; yo hubiera deseado que existieran con menos fuerza, de una manera más seca, más abstracta, con más moderación. El castaño se apretaba contra mis ojos. Un moho verde lo cubría hasta media altura; la corteza, negra e hinchada, parecía cuero hervido. El ruidito de agua de la fuente Masqueret se deslizaba en mis oídos, anidaba allí, llenándolos de suspiros; colmaba mi nariz un olor verde y pútrido. Todas esas cosas se dejaban llevar, dulce, tiernamente, por la existencia, como esas mujeres cansadas que se abandonan a la risa y dicen: “Es bueno reír”, con voz húmeda; se desplegaban unas frente a otras, se confiaban abyectamente su existencia. Comprendí que no había término medio entre la inexistencia y esa abundancia en éxtasis. De existir, había que existir hasta eso, hasta el verdín, el abotagamiento, la obscenidad. En otro mundo, los círculos, los aires musicales guardan sus líneas puras y rígidas. Pero la existencia es una sumisión. Árboles, pilares azul nocturno, el estertor feliz de una fuente, olores vivientes, neblinas de calor suspendidas en el aire frío, un hombre pelirrojo digiriendo en un banco: todas estas somnolencias, todas estas digestiones tomadas en conjunto ofrecían un aspecto vagamente cómico. Cómico... no: no llegaban a eso, nada de lo que existe puede ser cómico; eran como una analogía flotante, casi inasible, con ciertas situaciones de vaudeville. Éramos un montón de existencias incómodas, embarazadas por nosotros mismos; no teníamos la menor razón de estar allí, ni unos ni otros: cada ano de los existentes, confuso, vagamente inquieto, se sentía de más con respecto a los otros. De más: fue la única relación que pude establecer entre los árboles, las verjas, los guijarros. En vano trataba de contar los castaños, de situarlos con respecto a la Véleda, de comparar su altura con la de los plátanos: cada uno de
ellos huía a las relaciones en que intentaba encerrarlo, se aislaba, rebosaba. Yo sentía lo arbitrario de estas relaciones (que me obstinaba en mantener para retardar el derrumbe del mundo humano, de las medidas, de las cantidades, de las direcciones); ya no hacían mella en las cosas. De más
el castaño, allá, frente a mí un poco a la izquierda.De más la Véleda...

Y yo —flojo, lánguido, obsceno, digiriendo, removiendo melancólicos
pensamientos—, también yo estaba de más. Afortunadamente no lo sentía, más bien lo comprendía, pero estaba incómodo porque me daba miedo sentirlo (todavía tengo miedo, miedo de que me atrape por la nuca y me levante como una ola). Soñaba vagamente en suprimirme, para destruir por lo menos una de esas existencias superfinas. Pero mi misma muerte habría estado de más. De más mi cadáver, mí sangre en esos guijarros, entr
e esas plantas, en el fondo de ese jardín sonriente. Y la carne carcomida hubiera estado de más en la tierra que la recibiese, mis huesos, al fin limpios, descortezados, aseados y netos como dientes, todavía hubieran estado de más; yo estaba de más para toda la eternidad."

joantost
26-ago-2013, 21:16
Mi humilde punto de vista.


https://sphotos-b-mxp.xx.fbcdn.net/hphotos-frc3/1146696_554834007887858_2115245273_n.jpg

Dethvader
26-ago-2013, 21:57
El sentido de la vida es vivir.

Está todo dicho! :)

joantost
26-ago-2013, 22:14
Está todo dicho! :)

"Para nacer he nacido" Pablo Neruda.