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Ver la versión completa : Carta a corazón abierto. Eu Libre



Snickers
19-abr-2012, 14:44
Me voy a tomar la libertad de compartir este texto, q espero no parezca mal a su autor


https://www.facebook.com/notes/eu-libre/carta-a-coraz%C3%B3n-abierto/10150637225908163


Carta a corazón abierto

de Eu Libre (http://www.facebook.com/pages/Eu-Libre/263577994934), el Domingo, 18 de marzo de 2012


15 de marzo del 2012

Sentía que era necesario dar este paso, simplemente por justicia, por honestidad. Desde hace tiempo llevo reflexionando sobre cuestiones para mí muy importantes, y que quiero que sean tan públicas como los orígenes que las han motivado y las críticas que en su momento llevé a cabo al respecto.

En estos cinco años de activismo por los Derechos Animales he tenido la oportunidad de vivir momentos de altruismo sincero, de lucha por un ideal basado en el respeto. Pero desgraciadamente, gran parte de esta etapa también ha estado marcada por todo lo contrario.

Cualquiera que conozca el movimiento en España de estos últimos años sabrá a lo que me refiero. Durante mucho tiempo activistas de diferentes tendencias y organizaciones nos hemos devorado, odiado, insultado, hemos hecho circular las más terribles infamias sobre los demás haciendo un gran alarde de ego. Las críticas eran totalmente personales y ya ni se centraban en la ideología, por ello cada vez que las hemos hecho queríamos decir “yo soy mejor que tú”, “yo soy el modelo a seguir”, es el mensaje subyacente que escondían.

Esto es algo que desgraciadamente aún perdura, aunque no con tanta intensidad ni como enfrentamiento entre organizaciones, en un movimiento como el de los Derechos Animales donde está muy arraigado el despellejar a otro para desacreditarle, cuando para mí lo justo sería que cada uno realice el trabajo que crea que es el justo y no se convierta en juez y policía de los demás.

En especial, a mi me sucedió con bastantes personas de diferentes organizaciones, sobretodo con compañeros de Equanimal. Ya sé que todo esto está pasado, y que he pedido disculpas personalmente a casi todas las personas con las que mantuve esta postura, pero por justicia, por si a alguien le vale esto para no repetirlo, e incluso para poder perdonarme a mi mismo, necesito expresarlo.

Durante mucho tiempo me deje llevar por la subjetividad y por opiniones que creí ciegamente, y la fe que tuve en ellas me impidió cuestionar ciertas situaciones, algo que de ninguna manera exime mi responsabilidad. Es cierto que ni compartía, ni posiblemente comparta, parte de la ideología o formas de actuar de muchas personas u organizaciones, pero en lo que degeneró aquello sólo fue en una gran evidencia colectiva de soberbia. Podría excusarme, como lo he estado haciendo, en que tenía motivos, en que realmente era una defensa ante los ataques que también recibía pero, incluso aunque fuera así, un hecho injusto hacia mí no justifica mis actos injustos. Quizás podría hacer más comprensible esto, atenuarlo, pero no justificarlo.

Es por eso por lo que he decidido pedir perdón a esos activistas con los que no fui justo. Sí, lo sé, nadie me lo ha pedido, e incluso para algunas personas parecerá una muestra de debilidad. Pero no, no lo es. Mi voluntad es más fuerte que nunca, jamás me he encontrado tan libre de prejuicios. Puedo hacer esto por que ya no acepto ninguna opinión que me diga quien es “el enemigo del momento”, a quien “toca” odiar.

Quizás este tipo de situaciones se dieran a veces de manera inconsciente pero, al fin y al cabo, respondían a unos intereses y a la subjetividad. Además todo esto me ha hecho ver el peligro que se deriva de la falta de cuestionamiento personal y hacia las personas que pudieran liderar una forma de lucha, esto tiene consecuencias negativas como pueden ser la sumisión y el sectarismo. Igualmente creo que es muy fácil no darse cuenta de nada si vives en una burbuja, si actúas de forma gregaria, si terminas creyendo que la realidad es lo que vives en tu aislado mundo de personas que siguen las mismas ideas, colores o siglas que tú. Es normal que tu percepción, tan condicionada, te lleve a ser así.

Es posible que corras el riesgo entonces de convertirte en un recurso, de tener un valor utilitarista, ya que la uniformidad de pensamiento te aliena, amas u odias a las mismas personas que quienes toman las decisiones, te conviertes en un autómata, te has fabricado una cadena con un nudo corredizo.

No creo que con esto este faltando el respeto a nadie, sólo intento describir una realidad vivida con total sinceridad. Sé que es más cómodo correr un tupido velo y hacer como que aquí nunca pasó nada, pero las cortinas de silencio se tragan también la posibilidad de aprender de lo vivido.

Quizás lo más deseable sería que me desahogase escribiendo esto pero nunca lo publicase. Al fin y al cabo, o al menos lo desconozco, nadie ha pedido perdón públicamente. Ninguna organización o individualidad ha pedido perdón de forma pública, que yo sepa, por el daño que se ha generado en esa “guerra”, por los activistas que han sufrido en ella todo tipo de vejaciones, insultos e infamias, por tantos que no pudieron soportarlo y se retiraron de la lucha, por todos esos odios viscerales a personas que jamás conocimos realmente, esas personas que casi nos producían más asco que un torero, esas miradas de desprecio que sólo alimentaban la rueda de la estupidez, del ego.

Pero si hay alguien a quien debemos pedir perdón es a todos los animales no humanos a los que en ese tiempo no defendimos honestamente, a los que casi dejábamos en segundo plano en nuestra “humana pelea”, a los que restamos corazones dispuestos ayudarles y que salieron despedidos hartos de esas absurdas batallas campales.

Es por todo esto por lo que pido perdón, sin esperar a que nadie lo haga, y mucho menos que me ordene hacerlo o acatarlo. Mi responsabilidad es sólo mía, igual que la autonomía para actuar y decidir, para tener mi propio pensamiento crítico y no aceptar sin más las directrices de nada ni de nadie.
El tiempo es un gran sabio, y tarde o temprano nos enseña si dejamos caer la venda de nuestros ojos. Lo que criticamos a otro no es lícito si ahora lo llevamos nosotros a cabo, eso sólo demuestra que no hemos aprendido nada.

Sintetizando, creo que es mucho más justo realizar nosotros el trabajo que creamos correcto a criticar el de los demás, que si se quiere debatir no se personalice sino que tratemos sobre las ideas, y sobretodo que no hagamos nuestros los prejuicios de los demás. No soy amigo de tener enemigos, y quien aún pudiera sentirme así tiene mi mano abierta y mi disposición a un diálogo sincero.

Todo esto además lo digo en un momento muy importante para el movimiento por los Derechos Animales en España. En un momento en que la presión judicial y policial intenta burocratizarlo y convertirlo en una triste sombra de lo que ha sido, relegar la acción directa y llevarlo a una posición regulacionista extrema, es decir, la vieja estrategia de conservar sólo lo que el sistema pueda fagocitar. Con ello, no estoy tratando de llamar a la unidad, o uniformidad, de pensamiento, no, pero sí al respeto.

Esta carta a corazón abierto no puedo terminarla de otra manera que deseando que el futuro que podamos crear sea mejor para los demás animales, que seamos dignos y responsables portavoces, que nunca perdamos nuestro pensamiento crítico, ni tampoco el respeto, y sobretodo que la honestidad sea un rasgo inseparable de nuestro movimiento.

Eu Libre.