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Ver la versión completa : Un relatico y un experimento



dso
15-mar-2012, 14:02
No hace mucho escribí un pequeño relato que, además de no servirme para lo que quería, que era un concurso la mar de majo de un foro en el que participo (es informal, sin premios ni nada), además me dejó un sabor de boca un poco amargo...

No sé si logré lo que buscaba, que es entretener un rato, pero sí sé que Yanish, uno de los personajes principales, no termina de ¿convencerme?

El experimento es... ¿cómo describirías tú a ese personaje? ¿Cómo te lo imaginas? Luego explico por qué hago esta pregunta :rolleyes:

el relato está en un blog, y tal, pero como es cortito lo cuelgo aquí :)

la redacción no es muy buena, pero tampoco sé si merece la pena reescribirlo, así que si algo chirría, como si no estuviera ;)

dso, que como buen animalista, se limita a usar personas en sus experimentos :rolleyes:




FORASTEROS

Elizabeth le cerró los ojos y, al hacerlo, sintió que su vida jamás volvería a ser la misma. La cabeza de Yanish reposaba entre sus piernas, serena y tranquila, como si estuviera durmiendo. Ella respiraba con calma, intentando mantener el control. Llevaba años preparándose para ese momento. Era inevitable, y siempre lo había sabido.

Cuando decidió huir con él hacia la espesura de las laderas del Bisoke y vivir como una nativa, supo que llegaría el momento en el que se quedaría sola. Ignoró los llantos de su madre, las súplicas de sus hermanas y los gritos de su padre. Ella había crecido muy lejos de aquellas tierras y sabía que sería difícil, que su infancia en Europa no la había preparado para las duras condiciones de vida en la selva, y que estaba sacrificando quizá su propia vida por alguien que jamás comprendería el enorme sacrificio que estaba haciendo. El había nacido allí y no conocía más que la selva virgen y los barrotes de las jaulas del colono. Elizabeth lo dejó todo, él a cambio le entregó todo lo que tenía: Su amor, sus caricias y la selva. Cuando cerró los ojos de su cuerpo sin vida, ella supo que jamás volvería a amar como le había amado a él. No se equivocó.

Habían pasado diez años desde el momento en el que ella lo liberó y marchó con él hacia lo más profundo de la selva. Fue una noche de tormenta, en verano, casi al amanecer. Las celdas hervían de agitación, el olor a miedo y a sangre derramada eran intensos. Elizabeth ignoró a los capataces y abrió la celda de Yanish, que estaba acurrucado entre las sombras de las esquinas, temblando, abrazado a sus propias piernas porque lo habían aislado de su grupo. Le cogió de la mano, suavemente pero con firmeza, y con palabras amables que el no entendía le sacó de aquella sala pestilente. Los hombres no se atrevían a detenerla, pues si había una pena más grave en aquellas tierras que desobedecer al amo, era tocar un solo cabello de una de sus hijas.

Salió de la celda y de las cuadras donde almacenaban a esclavos y animales. Sabía, mientras caminaba bajo la lluvia intensa, que su padre observaba desde las ventanas de las habitaciones superiores. No la detendría porque siempre había respetado su iniciativa, pero tampoco se despediría de ella. Era el hijo major, el primogénito que debía perpetuar su estirpe de hombres fuertes y poderosos, y estaba huyendo de él, de su familia y de su raza. Huía hacia la selva y las montañas a vivir como un animal. Pero era su hija, y no la detendría.

Llegó hasta las puertas exteriores. Estaban abiertas, porque allí ya no quedaban enemigos que pudieran atacarles por las noches. Empapada y mezclando lágrimas con gotas de lluvia, su hermana pequeña le imploraba que se quedara.

—Lizzy, no puedes dejarnos —dijo entre sollozos—. Vas a morir entre las montañas allí sola, no tendrás una familia ni nadie que te cuide.

—Le tengo a él —respondió mirando hacia Yanish—, no necesito a nadie más.

—¡Pero no es como nosotros!

Sin una palabra de despedida, dando la espalda a su hermana, Elizabeth se adentró en la espesura acompañada del esclavo. Su hermana tenía razón. No era como ellas. Jamás aprendería su lenguaje. La familia que la acogiera, si lo hacía alguna, no la amaría como su padre y sus hermanas, pero no quería un matrimonio concertado, ni un padre ausente, ni criados y esclavos que la protegieran. Tenía a Yanish para cuidarla cuando enfermara, sus caricias para confortarla cuando tuviera miedo, y la selva salvaje para arrancarle gritos de alegría cuando cesara la lluvia y saliera el sol. No necesitaba más que su mirada de infinito agradecimiento por sacarle de la celda y devolverle la libertad.

Yanish llevaba mucho tiempo sin ver el amanecer, alimentado a través de los barrotes, maltratado por los hombres que no le dirigían más que miradas de desprecio. Había sido capturado hacía dos años junto con toda su familia. A la mayoría los habían vendido y trasladado lejos de allí, y a ninguno de ellos los volvió a ver jamás. En un solo día perdió familia, libertad y ganas de vivir.

No es que se negara a comer, es que no tenía razones para hacerlo. Los hombres esperaban a que engordara, a que creciera y se hiciera lo suficientemente fuerte como para poder ser vendido y trasladado, pero no era la debilidad quien retrasaba su traslado, sino Elizabeth. Cuando lo vio entrar en la finca, atado dentro de una jaula, algo se rompió en su interior.

—Padre, ¿por qué los capataces son tan crueles? —preguntaba. Y su padre, sin volver la vista hacia su hija, respondía con el mismo tono que utilizaba con sus empleados.

—Son animales. Viven en mis tierras y son de mi propiedad. Si no aprenden a temernos, antes o después nos atacarán como las bestias que son.

—Pero padre —decía ella—, son inofensivos. Mira sus caras, sólo quieren volver a sus hogares, con sus familias. Tiemblan cuando les amenazan y sienten miedo igual que nosotros.

Su padre, como hacía siempre que Elizabeth decía algo que le desagradaba, guardaba un incómodo silencio y ella terminaba pidiendo perdón. Luego bajaba hasta las cuadras y, con palabras suaves y caricias, intentaba que Yanish, como había bautizado al recién llegado, comiera algo y no desfalleciera. Cuando nadie la miraba, abría la celda y se metía dentro, acariciaba su rostro asustado, limpiaba sus heridas, y a veces conseguía que se tranquilizara y dejara de gritar en sueños.

Ahora, tantos años después de aquel primer encuentro, él ha muerto, y ella se encuentra acariciando su cuerpo frío en la puerta de una tosca cabaña. Lleva años sin vestir nada de ropa, pero de pronto se siente desnuda y desprotegida. Se cubre con las telas que ha robado hace poco en un campamento, y piensa en volver a la finca de su padre. Entonces se gira y ve el cuerpo de Yanish, fuerte y hermoso a pesar de la falta de vida.

—No volveré a amar —le dice con un susurro, tirando la ropa y sentándose a su lado. Coloca su cabeza entre sus piernas y lo acuna, como ha hecho tantas veces antes, incapaz de dejarle aún ahora. Quiere quedarse ahí con él, quedarse y morir, pero no puede. El instinto la levanta, la obliga a caminar y alejarse sin volver la vista atrás. Quiere regresar, gritar, llorar y maldecir, pero no puede y sigue caminando, dando un paso detrás de otro.

Llegará hasta las tierras de su padre, donde uno de sus hombres la encontrará y la llevará de vuelta a casa, donde su hermana, que se ha casado y vive allí con su marido y sus dos hijos, la abrazará envuelta en lágrimas. Su padre la recibirá con la frialdad de un hombre despechado, pero es su hija, y su corazón se ablandará, porque no es un monstruo. Le susurrará “lo siento”, una y otra vez, cuando la estreche entre sus brazos, y ella sabrá que en verdad lo siente, porque las celdas están vacías desde el día que marchó.

Sin embargo, a pesar de las riquezas de su familia, de volver a Europa y de vivir una larga vida, nunca traicionará las palabras que pronunció ante el cuerpo de Yanish. No volverá a amar, excepto a su recuerdo.

Spinoza88
15-mar-2012, 21:37
Si quieres mi opinión me ha sido imposible imaginarme a Yanish, no tenía nada especial, literariamente hablando. No sé si me explico. No tiene vida el personaje, no tiene ningún rasgo peculiar que lo haga creíble, no hace nada tampoco, su historia tampoco es especial. Creo que el problema es que lo describes con conceptos en vez de con imágenes.

Pero tal como has preguntado por Yanish, parece que haya trampa... ¿es en realidad un gorila? Un gorila u otro animal.

Malomalisimo26
15-mar-2012, 22:06
Pues o es un nativo o es un gran simio....:p

Sarmale
15-mar-2012, 22:15
Yo tampoco he sabido qué es Yanish. Solo que acaricia y la quiere. Tampoco sabemos por qué la quiere, si es por salvarle (que eso es más agradecimiento que otra cosa) ni por qué se enamora ella, que dudo mucho que se enamore de alguien con quien no puede hablar solo porque lo ve desvalido. Eso cojea. No es creíble un amor tan amoroso en tal condición de desigualdad (mujer valiente, arrojada, que se pone el mundo por montera y desafía las convenciones sociales y a su familia y se va de su mundo por... ¿por qué o quién? Lo que sabemos de Yanish es que se muere, básicamente, y que está en una jaula y no quiere comer. Tampoco es mucho. Parece una excusa más que un personaje).

dso
16-mar-2012, 11:08
Cuando escribí el relato, pensé que estaría bien dejar que la imaginación del lector fuera quien le diera "forma" al personaje, es decir, que Yanish podía ser un hombre, una mujer, o un gorila.

Por las limitaciones de extensión escribí un relato muy corto y sin profundizar en este tema, y no le di la forma que quería. Además, la idea original era escribir una historia de amor, y se me colaron expresiones a través de las cuales es muy difícil pensar en Yanish sin forma humana, no sé si me explioco...

Eso me pasa por probar... Ya lo decía mi señora madre, los experimentos, en casa y con gaseosa. :)

dso, indignado consigo mismo y tal y tal

Sarmale
16-mar-2012, 11:14
A ver, dso.

Una tía que salva a un animal y se lo tira? Lo ama y sus caricias y tal?

:eek:

Llámame puritana, oye, pero es que yo soy de las del sexo consentido entre dos seres que puedan consentirse... en igualdad de condiciones, you know...

dso
16-mar-2012, 15:56
Jo, ya me he dado cuenta, ya :o

Sobran caricias y referencias al amor que se profesan, porque así es difícil jugar con nada... En fin, lo haré mejor la próxima vez :rolleyes:

dso, dedicándose a los videojuegos, que se le dan mejor, y además nadie se cuestiona la naturaleza de su amor por ellos :)

Sarmale
16-mar-2012, 16:02
Tsk, tsk.

Replantéate la historia y vuelve a escribirla. Nada de videojuegos.

diana_asturiana
17-mar-2012, 14:35
Mmmm, yo no entiendo mucho, eh? Aviso por adelantado, jeje! ;)

Bueno, creo que tocas temas muy interesantes, pero no llegas a "profundizar" en ellos; no es cuestión de más espacio, sino de incidir en ellos haciendo que resalten, no sé...

La figura del padre la veo pelín contradictoria; no me resulta creíble que le grite a la hija y que luego la deje ir a vivir a la selva sin oponerse.

Y echo en falta algún comentario sobre la vida de los dos en común, qué le aportó Yanish y si a ella le "compensó" el sacrificio hecho.

Y finalmente, no estaría mal un guiño a cómo esa experiencia le cambió a ella la vida y a posibles decisiones futuras: después de haber vivido lo que Elizabeth vivió no es posible "reinsertarse" en una sociedad que se vería hipócrita.

En fin, que yo de esto no controlo nada, lo que digo es todo a nivel de "usuario", jajaja, pero que me gustó mucho el relato y creo que puliéndolo un pelín quedaría genial :)

¿Cómo es eso de dejarlo y jugar a videojuegos? No, no ;)

Malomalisimo26
17-mar-2012, 14:52
Pues yo pienso que el relato cumple. Da pie a la interpretación y a la imaginación propia. Y no deja de ser ficción, el autor se puede tomar sus licencias en su mundo imaginado sin tener que seguir ninguna pauta prefijada. Otra cosa es que luego compagine con los que lo lean y guste o no.

dso
18-mar-2012, 17:25
¡qué de cosas!

¡gracias mil a todos! ahora, con vuestros comentarios, daré un buen repaso al texto, realizaré algunos cambios, y seguro que el resultado final queda mucho mejor...

cuando sea famoso y tal, en las conferencias de prensa (multitudinarias, por supuesto), diré que debo dar las gracias a los foreros del foro vegetariano, que me ayudaron con la corrección de uno de mis relatos. todo lo que gane con él, lo donaré a Vegetarianos Sin Fronteras :)

dso, al que le encanta cuando recibe opiniones con opiniones, sugerencias y correcciones como las vuestras, porque es cuando aprende a diferenciar lo que ha hecho bien de lo que no