Lone Man
13-ene-2011, 15:45
La poesía es mucho más que la manifestación de la belleza y del sentimiento estético: es una manera de denunciar la injusticia, de la que siempre son víctimas los más débiles.
La poesía, por tanto, también tiene mucho que decir en favor de los animales, por eso me permito incluir en este foro un poema de mi propia cosecha, prosa y soneto, que me inspiraron esos seres inocentes que un día tuvieron un cariño y una casa, y que de pronto se vieron en la calle por culpa del desamor y de la veleidad de los humanos. El poema también se refiere a aquellas personas que empezaron a luchar por los derechos de los animales y luego dejaron esa lucha por simple apatía.
Tuvo una casa, un cariño, una promesa...
Y todo se convirtió en un deambular por la calle,
sin más compañía que el hambre, el miedo y la soledad.
Luego sus ojos anhelantes miraban a través de las rejas de una jaula,
en el corredor de la muerte,
buscando una esperanza...
Mientras tanto, las voces de burbujas de jabón
se desintegraban en el aire, frágiles y efímeras,
en duro contraste con el acero y el plomo...
Los animales preguntan
al amigo que los abandona,
al defensor que ya no los defiende,
a la voz que se calla...
¿POR QUÉ?
¿En dónde está tu voz, que era la mía;
en dónde tu palabra y tu valor;
en dónde se ha quedado aquel amor
que de la muerte vil me defendía?
¿Por qué ya no te importa mi agonía,
ni detienes la mano del error,
y me dejas sumido en el horror
de morir de mil muertes cada día?
Te lo di todo; fui fiel y verdadero,
y siempre supe tu caricia apreciar;
en tu risa y dolor fui compañero,
y ahora en la calle me acabas de dejar.
¡Género humano, tan cruel y embustero,
qué fácilmente puedes dejar de amar!
Ignacio
La poesía, por tanto, también tiene mucho que decir en favor de los animales, por eso me permito incluir en este foro un poema de mi propia cosecha, prosa y soneto, que me inspiraron esos seres inocentes que un día tuvieron un cariño y una casa, y que de pronto se vieron en la calle por culpa del desamor y de la veleidad de los humanos. El poema también se refiere a aquellas personas que empezaron a luchar por los derechos de los animales y luego dejaron esa lucha por simple apatía.
Tuvo una casa, un cariño, una promesa...
Y todo se convirtió en un deambular por la calle,
sin más compañía que el hambre, el miedo y la soledad.
Luego sus ojos anhelantes miraban a través de las rejas de una jaula,
en el corredor de la muerte,
buscando una esperanza...
Mientras tanto, las voces de burbujas de jabón
se desintegraban en el aire, frágiles y efímeras,
en duro contraste con el acero y el plomo...
Los animales preguntan
al amigo que los abandona,
al defensor que ya no los defiende,
a la voz que se calla...
¿POR QUÉ?
¿En dónde está tu voz, que era la mía;
en dónde tu palabra y tu valor;
en dónde se ha quedado aquel amor
que de la muerte vil me defendía?
¿Por qué ya no te importa mi agonía,
ni detienes la mano del error,
y me dejas sumido en el horror
de morir de mil muertes cada día?
Te lo di todo; fui fiel y verdadero,
y siempre supe tu caricia apreciar;
en tu risa y dolor fui compañero,
y ahora en la calle me acabas de dejar.
¡Género humano, tan cruel y embustero,
qué fácilmente puedes dejar de amar!
Ignacio