PDA

Ver la versión completa : Ernesto



Tito Chinchan
08-mar-2006, 17:15
Ernesto esta sentado en su sofá, como todas las noches. En la mesa, el esqueleto mal mordisqueado de un ave, posiblemente una gallina. De la chimenea procedían cansinos sonidos del crepitar del fuego y la televisión aburría a los espectadores con una extraña enfermedad que recorría el mundo. Ernesto tenía la mirada perdida siguiendo el movimiento de una mosca que, sofocada por el calor de la sala, volaba pesadamente. Parecía un insecto viejo, que simplemente se mantenía en el aire por la costumbre, o por aferrarse a ese sueño que tenemos los viejos de creernos todavía jóvenes. En un momento dado, la mosca fué a parar al alcance de Ernesto que, instintivamente, de un manotazo la aplastó contra el brazo del sofá.

- Mierda, que gorda era - musitó mientras frotaba su mano contra la pana del pantalón.

Pesadamente, se levantó y se arrastró hacia el cuarto de baño. Allí, sentado, trataba de ordenar mentalmente como había llegado hasta esa penosa situación. Recordaba que él había sido feliz algún día, que su vida era monótona pero completa, ¿en qué momento se había salido de ese camino tan bien trazado? y lo más importante, ¿porqué lo había hecho?.

De repente, mientras se hallaba con el papel en la mano, se abrió estruéndosamente la puerta de la entrada. Oyó pasos, gritos y gruñidos. Pero sobre todos ellos, una extraña voz chillaba desconsolada. Una voz que claramente no era humana pero que se le clavaba en los más profundo del corazón. Un grito que helaba la sangre y que recordaba vagamente al de una madre destrozada por la muerte de su hijo. El pánico se apoderó de él. Instintivamente, se levantó y miró a través de la puerta entreabierta que quedaba demasiado lejana para verla desde su posición anterior.

Lo que vió le hubiera llevado hasta los umbrales de la locura, de no haber sido porque algo más grande hizo que ese principio de locura fuese cortado de raiz. En el salón, en su propio salón donde antes había estado viendo el televisor, unas extrañas figuras se movían. Extrañas no por su forma, sino por su tamaño. Asustado, dió un paso atrás, tropezando con sus propios pantalones, que los llevaba todavía por los tobillos. El griterío cesó y su pánico creció hasta límites innimaginables. Unos pasos ligeros, como si levitaran sobre el suelo, se acercaban hacia el cuarto de baño. Antes que pudiera hacerse con un elemento defensivo o, por lo menos, recuperar un poco la dignidad, un amasijo de plumas, picos y patas se abalanzarón sobre él.

Al día siguiente, los noticieros no se hicieron eco de esta noticia. Realmente, los noticieros no se hicieron eco de nada. Nadie supo, y a nadie le interesó, el extraño caso de Ernesto, un anónimo personaje que nadie encontró mal picoteado, en los huesos, en el baño de su propia casa.

-----------------------------------

Otro cuento de igualdad animal para reeducar adultos. O por lo menos, para hacer pensar, que ya es algo.

dolphin_girl28
23-dic-2009, 22:14
Increible, al final ha recibido lo que habia sembrado (aunque en este caso fuera para mal) y sí, hace pensar.

XoXo

LADY V
23-dic-2009, 22:26
Oh que grandeeeeeee...cuantas veces me imaginado yo a señoronas atacadas por sus propios abrigos de pieles que han tomado vida (Lo sé es muy sádico) que por cierto dicha escena materializada está en la peli de los cazafantasmas cuando uno de ellos posee el abrigo.

Tito Chinchan
24-dic-2009, 13:40
Buenas,

que bonito, tras tres años y medio sin que nadie dijera nada, ¡¡dos comentarios a la vez!!!!

Es el relato mas leido de la historia de la Humanidad :aaa:

Besitos.

Mad doctor
24-dic-2009, 13:58
Los tesoros siempre se encuentran enterrados.

LADY V
24-dic-2009, 14:28
Buenas,

que bonito, tras tres años y medio sin que nadie dijera nada, ¡¡dos comentarios a la vez!!!!

Es el relato mas leido de la historia de la Humanidad

Besitos.

Jajajaja nunca se sabe dónde esta la puerta del éxito xdxd