Ainiuska
14-dic-2010, 02:22
Copio y pego un pequeño texto que encontré con el que me siento totalmente identificada, espero que os guste y que no esté repetido.
Desde que soy vegano, hay algo nuevo que me produce placer a la hora de comer. Aparte del goce que te proporciona paladear un alimento que es de tu gusto, hay una nueva dimensión de placer que no puedes experimentar a no ser que seas vegano.
Me estoy refiriendo, al placer de saber que estas comiendo algo sabroso y nutritivo sin necesidad de haber hecho daño a nadie. Me reconforta tomar un alimento elaborado, ya sea un pastel, o una cerveza, que para producirlo no se necesitó causar sufrimiento a ningún ser con capacidad de sentir. Es algo que me conecta con el mundo y quienes lo habitan. Es algo que me llena y me da plenitud.
Cuando experimenté ese sentimiento por primera vez, tuve una regresión a la infancia. Volví al fatídico día que todos sin excepción hemos pasado. El día en que siendo niño, te enteras que la carne procede de las vaquitas, de los cerditos, de los pollitos y de que tienen que matarlos brutalmente para ello. Ese día todos los niños sufren un shock, pero poco a poco, la presión de la familia y la sociedad hace que vayamos asimilando esa idea, y la tomemos como algo natural el resto de nuestras vidas.
Pues bien, en el momento que sufrí la regresión que comentaba antes, dejé a un lado mi alienación para convertirme en un ser consciente.
http://www.veganismoenlared.com/2009/12/el-valor-y-el-sabor-de-un-alimento.html
Desde que soy vegano, hay algo nuevo que me produce placer a la hora de comer. Aparte del goce que te proporciona paladear un alimento que es de tu gusto, hay una nueva dimensión de placer que no puedes experimentar a no ser que seas vegano.
Me estoy refiriendo, al placer de saber que estas comiendo algo sabroso y nutritivo sin necesidad de haber hecho daño a nadie. Me reconforta tomar un alimento elaborado, ya sea un pastel, o una cerveza, que para producirlo no se necesitó causar sufrimiento a ningún ser con capacidad de sentir. Es algo que me conecta con el mundo y quienes lo habitan. Es algo que me llena y me da plenitud.
Cuando experimenté ese sentimiento por primera vez, tuve una regresión a la infancia. Volví al fatídico día que todos sin excepción hemos pasado. El día en que siendo niño, te enteras que la carne procede de las vaquitas, de los cerditos, de los pollitos y de que tienen que matarlos brutalmente para ello. Ese día todos los niños sufren un shock, pero poco a poco, la presión de la familia y la sociedad hace que vayamos asimilando esa idea, y la tomemos como algo natural el resto de nuestras vidas.
Pues bien, en el momento que sufrí la regresión que comentaba antes, dejé a un lado mi alienación para convertirme en un ser consciente.
http://www.veganismoenlared.com/2009/12/el-valor-y-el-sabor-de-un-alimento.html