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02-oct-2010, 16:48
Una visión crítica de la educación en casa (Chris Lubienski, 2003)

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Chris Lubienski es el autor de un artículo publicado en la revista Evaluation and Research in Education (http://www.tandf.co.uk/journals/0950-0790) en 2003 titulado “A Critical View of Home Education” (http://www.informaworld.com/smpp/content~db=all?content=10.1080/09500790308668300).

El artículo consta de una introducción en la que el autor resalta el crecimiento exponencial de la educación en casa en lo que va de siglo, y el engarce de este movimiento entre las corrientes privatizadoras neoliberales.

En cuanto a la dimensión individual de la educación en casa, no como movimiento sino como experiencia individual, el autor afirma que “la educación en casa amplifica las ventajas y las desventajas de las características propias de cada estudiante”. A su vez sostiene que existen muy buenas razones para escoger individualmente educar en casa, sin embargo el artículo se centra en el movimiento desescolarizador más que en las elecciones individuales. El autor se refiere al impacto que este movimiento en su extensión puede suponer para la propia escuela pública en Estados Unidos. Los argumentos que abogan por la elección de educar en casa ponen su énfasis en las características de individualismo y el efecto privatizador de la educación en este movimiento.

El artículo comienza con datos reveladores de la relación del homeschool y las confesiones religiosas en USA. Para su autor, la educación en casa implica una falta de compromiso y participación de los ciudadanos en las instituciones públicas que han venido a organizar las democracias modernas, para retirarse a una práctica individualizadora. La práctica alcanza su máxima expresión en los movimientos religiosos cristianos, pero le sigue la clase media profesional, que ha accedido a esta opción como modo de optimizar los resultados académicos de sus hijos e hijas.

La característica común de la moderna tendencia desescolarizadora es que es una “elección” no la consecuencia de una situación fuera del control de los padres. Se basa en la convicción de que es una opción superior a la que se derivaría de optar por el sistema escolar.

El artículo pasa a detectar los cuatro elementos que están en la base del movimiento:

1. La educación en casa como derecho derivado de la patria potestad.

El argumento: Tal y como se establece en Convenios internacionales, los padres tienen un derecho “prioritario” a decidir el tipo de educación que recibirán sus hijos, un derecho que se impone al de otros agentes externos. Es un principio derivado del liberalismo occidental clásico que coloca a la familia como la unidad social básica.

Este es posiblemente el mejor argumento para permitir que los padres elijan la educación de sus hijos e hijas. Pocos ponen en cuestión la autoridad de los padres sobre sus hijos. El control parental es una de las tradiciones occidentales, y por supuesto se extiende a las decisiones que tienen que ver con al educación, y parece incluir no sólo el tipo de institución que se hará cargo de esa educación, sino también la elección de proporcionarla de modo autónomo.

Sin embargo debe tenerse en cuenta que aunque el derecho es innegable, su ejercicio no puede ser ilimitado, y la sociedad, en la potestad que tiene con respecto a la protección de los menores puede poner límites a ese control de los padres sobre los hijos. Sobre todo cuando el control pueda dañar a los menores, en concreto en situaciones de abandono y abuso.

Otra limitación afecta el modo en el que éste se ejercite ya que puede traer consecuencias negativas para el menor o para la propia sociedad.

2. La relativa eficacia de la educación en casa

El argumento: los niños y niñas educados en casa obtienen resultados académicos superiores a los obtenidos por aquellos educados en el sistema escolar público.

Mientras que este es el argumento favorito para quienes educan en casa, es posiblemente el más débil. Los niños y niñas que se educan en casa sin duda aprenden, pero no hay base para sostener que la educación en casa sea un modo más efectivo que el ofrecido por instituciones educativas. Se trata a menudo de niños que disfrutan de otras características asociadas con el éxito académico, como son, una familia en la que los padres disfrutan de un nivel académico superior a la media, procedentes de las clases medias y con una ratio de atención de los padres (normalmente de la madre en los supuestos de educación casa) superiores a la media.

El autor sostiene que dadas estas circunstancias favorables desde el punto de partida, estos niños y niñas podrían posiblemente obtener mejores resultados en la escuela, ya que son precisamente las características que definen la situación de los menores educados en casa las que se asocian con el éxito académico en la escuela.

El autor considera que las afirmaciones sobre la superioridad académica de los resultados obtenidos por niños y niñas que se educan en casa son infundadas.

3. Incrementa las opciones al alcance de los ciudadanos

Argumento: Aunque el movimiento de la educación en casa se ha tachado a veces de antidemocrático, de hecho puede ayudar a las instituciones públicas. La educación en casa ofrece a los padres una opción más en un mercado de crecientes posibilidades educativas.

Puede ayudar al sector público en el desarrollo de estrategias alternativas, de un lado y de otro aumenta una competición, muy necesitada en el sector público educativo.

4. Los padres como los mejores conocedores de la deriva educativa del menor.

Argumento: Los padres están en la mejor situación de conocer las necesidades y los intereses del menor y diseñar el curriculum en consecuencia. Al elevar el control familiar, la educación en casa protege al menor de influencias destructivas, colocando a los padres en una mejor posición para proporcionar a sus hijos los valores y las experiencias más apropiados.

Muchas familias se refugian en la educación en casa frustrados ante la incapacidad de las escuelas de manejar los aspectos individuales de cada niño o niña, o preocupados por la influencia cultural que la escuela ejerce sobre el menor. Con la educación en casa maximizan el “interés prioritario” que tienen sobre la educación de sus hijos.

Una de las funciones primarias de la educación es la socialización, y si bien la familia puede proporcionar elementos socializantes para el menor, no consigue que éste entre en contacto con elementos culturales diferenciales de los que rodean a al propia familia que educa en casa.

Es una responsabilidad pública que los menores tengan la habilidad y la confianza para elegir, si así lo desean, vivir y trabajar con personas procedentes de diferentes culturas.

Irónicamente, si bien la educación en casa es el epítome del ejercicio de la opción individual, puede, sin embargo, limitar la libertad de elegir. La capacidad de elegir está basada en la autonomía, la educación en casa puede recortar la oportunidad de los individuos de investigar y experimentar diferentes alternativas. La autonomía del menor se entrega a los padres, personas que para el menor son homogéneas. La familia, cono unidad social básica, se estructura y sitúa al límite del campo de influencias que experimenta el menor.

La conclusión es que existen problemas sobre la educación en casa que aún no se han abordado. Uno de ellos es que el movimiento desescolarizador en la actualidad supone una privatización de aspectos de la vida social que anteriormente pertenecían a la esfera pública debido a su marcada ascendencia neoliberal.


Fuente: http://madalen.wordpress.com/2009/11/18/una-vision-critica-de-la-educacion-en-casa-de-chris-lubieski/