Micorriza
05-ene-2010, 22:26
http://www.forovegetariano.org/foro/attachment.php?attachmentid=5738&d=1262726604
Este texto me ha servido para desquitarme, a modo de catarsis, espero que os sirva en los momentos en los que os dan ganas de mandarlo todo a tomar viento:
"Si puedes conservar tu cabeza, cuando a tu alrededor
todos la pierden y te cubren de reproches;
Si puedes tener fe en ti mismo, cuando duden de ti
los demás hombres y ser indulgente para su duda;
Si puedes esperar, y no sentirte cansado con la espera;
Si puedes, siendo blanco de falsedades, no caer en la mentira;
y si eres odiado, no devolver el odio, sin que te creas,
por eso, ni demasiado bueno, ni demasiado cuerdo;
Si puedes soñar sin que los sueños imperiosamente te dominen;
Si puedes pensar, sin que los pensamientos sean tu objeto único,
Si puedes encararte con el triunfo y el desastre, y tratar
de la misma manera a esos dos impostores;
Si puedes aguantar que la verdad por ti expuesta
la veas retorcida por los pícaros,
para convertirla en lazo de los tontos.
O contemplar que las cosas a que diste vida
se han deshecho, y agacharte y construirlas de nuevo
aunque sea con gastados instrumentos.
Si eres capaz de juntar, en un solo haz, todos tus triunfos
y arriesgarlos, a cara o cruz, en una sola vuelta;
y si perdieras, empezar otra vez como cuando empezaste
y nunca más exhalar una palabra sobre la pérdida sufrida.
Si puedes obligar a tu corazón, a tus fibras y a tus nervios,
a que te obedezcan aún después de haber desfallecido
y que así se mantengan, hasta que en ti no haya otra cosa
que la voluntad gritando: "¡persistid, es la orden!"
Si puedes hablar con multitudes y conservar tu virtud,
o alternar con reyes y no perder tus comunes rasgos.
Si nada, ni enemigos, ni amantes amigos
pueden causarte daño;
Si todos los hombres pueden contar contigo,
pero ninguno demasiado;
Si eres capaz de llenar el inexorable minuto
con el valor de los sesenta segundos
de la distancia final,
serás verdaderamente
humano."
Rudyard Kipling
¡Persistid, es la orden!
¡Que restalle vuestra voz,
en las conciencias de los hombres!
¿Cuántas veces, agotado el tiempo,
buscasteis exhánimes sacarle vida
a una multitud de cuerpos huecos?
Que para ellos pensar es cosa absurda,
o se enfrascan en quimeras, raciocinios fatuos,
distracciones absolutas,
mentes inútiles, vidas robadas,
para lo imprescindible, poco resolutas.
¡Persistid, es la orden!
¡Que restalle vuestra voz,
en las conciencias de los hombres!
Renunciad a vuestra herencia,
recobrad la esperanza arrinconada,
aquella que pende del estribo,
a todas luces quebrada,
capaz de virar desde un abismo,
todo lo que hasta el momento,
pareciendo extravagante o anodino,
escapaba a su entendimiento.
Lo que se nos enseñó, desmantelarlo,
mitigar rabia y dolor, allanando el paso.
¡Persistid, es la orden!
¡Que restalle vuestra voz,
en las conciencias de los hombres!
Gentes insomnes, insistid,
pacientemente llamar a golpes,
despertad de este mal sueño
al más común de los hombres.
Mas evitar el juicio,
aunque ellos no os comprendan,
sólo abrireis más el abismo,
de la soberbia y la indiferencia.
Con vuestra fuerza y ejemplo,
estáis abriendo las puertas,
¡Persistid, es la orden!
¡Que restalle vuestra voz,
en las conciencias de los hombres!
Mico
Este texto me ha servido para desquitarme, a modo de catarsis, espero que os sirva en los momentos en los que os dan ganas de mandarlo todo a tomar viento:
"Si puedes conservar tu cabeza, cuando a tu alrededor
todos la pierden y te cubren de reproches;
Si puedes tener fe en ti mismo, cuando duden de ti
los demás hombres y ser indulgente para su duda;
Si puedes esperar, y no sentirte cansado con la espera;
Si puedes, siendo blanco de falsedades, no caer en la mentira;
y si eres odiado, no devolver el odio, sin que te creas,
por eso, ni demasiado bueno, ni demasiado cuerdo;
Si puedes soñar sin que los sueños imperiosamente te dominen;
Si puedes pensar, sin que los pensamientos sean tu objeto único,
Si puedes encararte con el triunfo y el desastre, y tratar
de la misma manera a esos dos impostores;
Si puedes aguantar que la verdad por ti expuesta
la veas retorcida por los pícaros,
para convertirla en lazo de los tontos.
O contemplar que las cosas a que diste vida
se han deshecho, y agacharte y construirlas de nuevo
aunque sea con gastados instrumentos.
Si eres capaz de juntar, en un solo haz, todos tus triunfos
y arriesgarlos, a cara o cruz, en una sola vuelta;
y si perdieras, empezar otra vez como cuando empezaste
y nunca más exhalar una palabra sobre la pérdida sufrida.
Si puedes obligar a tu corazón, a tus fibras y a tus nervios,
a que te obedezcan aún después de haber desfallecido
y que así se mantengan, hasta que en ti no haya otra cosa
que la voluntad gritando: "¡persistid, es la orden!"
Si puedes hablar con multitudes y conservar tu virtud,
o alternar con reyes y no perder tus comunes rasgos.
Si nada, ni enemigos, ni amantes amigos
pueden causarte daño;
Si todos los hombres pueden contar contigo,
pero ninguno demasiado;
Si eres capaz de llenar el inexorable minuto
con el valor de los sesenta segundos
de la distancia final,
serás verdaderamente
humano."
Rudyard Kipling
¡Persistid, es la orden!
¡Que restalle vuestra voz,
en las conciencias de los hombres!
¿Cuántas veces, agotado el tiempo,
buscasteis exhánimes sacarle vida
a una multitud de cuerpos huecos?
Que para ellos pensar es cosa absurda,
o se enfrascan en quimeras, raciocinios fatuos,
distracciones absolutas,
mentes inútiles, vidas robadas,
para lo imprescindible, poco resolutas.
¡Persistid, es la orden!
¡Que restalle vuestra voz,
en las conciencias de los hombres!
Renunciad a vuestra herencia,
recobrad la esperanza arrinconada,
aquella que pende del estribo,
a todas luces quebrada,
capaz de virar desde un abismo,
todo lo que hasta el momento,
pareciendo extravagante o anodino,
escapaba a su entendimiento.
Lo que se nos enseñó, desmantelarlo,
mitigar rabia y dolor, allanando el paso.
¡Persistid, es la orden!
¡Que restalle vuestra voz,
en las conciencias de los hombres!
Gentes insomnes, insistid,
pacientemente llamar a golpes,
despertad de este mal sueño
al más común de los hombres.
Mas evitar el juicio,
aunque ellos no os comprendan,
sólo abrireis más el abismo,
de la soberbia y la indiferencia.
Con vuestra fuerza y ejemplo,
estáis abriendo las puertas,
¡Persistid, es la orden!
¡Que restalle vuestra voz,
en las conciencias de los hombres!
Mico