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Ver la versión completa : Actualización de las necesidades dietéticas para el cerebro. Macronutrientes Parte 2



JustVegetal
26-dic-2009, 19:55
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/19931065?itool=EntrezSystem2.PEntrez.Pubmed.Pubmed _ResultsPanel.Pubmed_RVDocSum&ordinalpos=1

Abstract
J Nutr Health Aging. 2006 Sep-Oct; 10 (5) :386-99.
Efectos de los nutrientes (de los alimentos) sobre la estructura y función del sistema nervioso: actualización de las necesidades dietéticas para el cerebro. Macronutrientes Parte 2:
Bourre JM . Bourre JM.
Academia Francesa de Medicina, Departamento de Neuro-fármaco-nutrición. INSERM, U705 ; CNRS, UMR 7157 ; Universidades de París 7 y 5, Hospital Fernand Widal, 200 rue du Faubourg Saint-Denis. 75745 Paris cedex 10. 75745 Paris Cedex 10. jean-marie.bourre@fwidal.inserm.fr

Entre lo Omega-3 ácidos grasos poli insaturados, el ALA (ácido alfa-linolénico) aportó la primera demostración experimental coherente y multidisciplinaria del efecto de la dieta ( al ser uno de los principales macronutrientes) sobre la estructura, la bioquímica, la fisiología y la función cerebral.
De hecho, el DHA (ácido docosahexaenoico) es una de los más importantes constructores de la estructura de fosfolípidos de la membrana del cerebro y totalmente necesario en la función neuronal.
Primero se demostró que la diferenciación y el funcionamiento de las células cerebrales cultivadas requieren no sólo ALA, sino también los Omega-3 (DHA), ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga, y Omega-6 de cadenas de carbono.
Luego, se encontró que la deficiencia de ácido ALA altera el curso del desarrollo del cerebro, perturba la composición de las membranas de las células cerebrales, las neuronas, oligodendrocitos y astrocitos, así como las partículas sub celulares , la mielina, las terminaciones nerviosas (sinaptosomas) y mitocondrias.
Estas alteraciones inducen modificaciones físico-químicas de las membranas, que conducen a perturbaciones bioquímicas y fisiológicas, y resultan en perturbaciones neurosensoriales y conductuales.
Por consiguiente, la naturaleza de los ácidos grasos poliinsaturados (ácidos grasos Omega-3 en particular, ALA y DHA) presentes en las leches de fórmula para lactantes (prematuros y a término) condicionan las habilidades visuales, neurológicas y cerebrales, incluida la capacidad intelectual.
Los Omega-3 presentes en la dieta están involucrados en la prevención de algunos aspectos de la enfermedad cardiovascular isquémica (incluso al nivel de vascularización cerebral), y en algunos trastornos neuropsiquiátricos, en particular la depresión, así como en la demencia, incluyendo la enfermedad de Alzheimer y demencia vascular.
La implicación de los Omega-3 los ácidos grasos en la depresión mayor y el trastorno bipolar (enfermedad maníaco-depresiva) está bajo evaluación. Su deficiencia en la dieta (y alteración del metabolismo hepático) puede impedir la renovación de las membranas y, por consiguiente acelerar el envejecimiento cerebral, sin embargo, los estudios respectivos sobre el componente vascular, por un lado y el parénquima cerebral en sí por el otro aún no han sido claros.

Una dieta baja en grasas puede tener efectos adversos sobre el estado de ánimo.

La naturaleza de la composición de los aminoácidos de las proteínas de la dieta contribuyen a la función cerebral, teniendo en cuenta que el triptófano juega un papel especial.

De hecho, algunos aminoácidos esenciales presentes en las proteínas de la dieta participan en la elaboración de neurotransmisores (y neuromoduladores).

La regulación de la glicemia (gracias a la ingestión de alimentos con un bajo índice glicémico para garantizar un nivel de insulina baja) mejora la calidad y la duración de rendimiento intelectual, aunque sólo sea porque en reposo el cerebro consume más del 50% de carbohidratos, aproximadamente el 80% de los cuales sólo se utilizan para fines energéticos.
En bebés, adultos y ancianos, así como en la diabetes, un peor control glicémico se asocia con menor rendimiento, por ejemplo, en las pruebas de memoria.
En todas las edades, y más específicamente en personas de edad avanzada, algunas de las funciones cognitivas parecen sensible a las variaciones a corto plazo en la disponibilidad de la glucosa.

La presencia de fibras en la dieta se asocia con mayor nivel de alerta y asegura menos estrés percibido.

Aunque se están encontrando un número creciente de factores genéticos que pueden afectar al riesgo de enfermedades neurodegenerativas, un importante número de hallazgos muestra que los factores dietéticos desempeñan un papel importante tanto en la determinación del envejecimiento cerebral y como en los trastornos neurodegenerativos.

Efectos de los micronutrientes han sido examinados en el documento de acompañamiento (Parte 1).

JustVegetal
30-dic-2009, 00:00
He resaltado también algunas palabras que se refieren a los macronutrientes para que dé menos pereza leerlo.