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Ver la versión completa : Entrevista a Jane Goodall



margaly
21-may-2007, 16:28
http://www.elmundo.es/encuentros/invitados/2007/05/2514/

Cotorra
08-jun-2012, 17:58
A los 78 años, esta mujer, que ha pasado toda una vida estudiando a los chimpancés , recorre el mundo para concienciar sobre los derechos de los animales y la importancia de preservar el planeta. En el 2003 recibió el premio Príncipe de Asturias

http://www.magazinedigital.com/media/30158.jpg

Jane Goodall reproduce el momento en que, por primera y única vez en su estancia en el parque nacional de Gombe, en Tanzania, una cría de chimpancé se acercó a ella y le tocó la nariz con su dedo

Sin preparación al inicio –luego iría a la Universidad de Cambridge y sería una de los únicos ocho alumnos de su historia que se doctorarían sin haber cursado estudios preuniversitarios–, esta mujer, de apariencia frágil y mirada transparente, se ha convertido en una eminencia acerca del comportamiento de los chimpancés salvajes. En 1957 viajó por primera vez a África y poco después aceptaría la propuesta del arqueólogo y paleontólogo Louis Leakey, su mentor, para instalarse en Tanzania (entonces Tanganica) y estudiar el comportamiento de una colonia de chimpancés del parque nacional de Gombe. Era una de las tres mujeres que en su momento se conocerían como “los ángeles de Leakey”, en referencia a la famosa serie de televisión, dedicadas a estudiar los grandes simios (las otras dos eran Birute Galdikas, que trabajó con orangutanes en Borneo, y la malograda Dian Fossey, asesinada en Ruanda en 1985, que estudiaba los gorilas en las montañas Virunga de ese país).

Observándolos a lo largo de muchos años, Jane Goodall pudo establecer hasta qué punto los chimpancés tenían similitudes con los humanos. Algunos de sus hallazgos la llenaron de satisfacción; otros, como la violencia y la crueldad que demostraron en ocasiones, la decepcionaron. Entre sus descubrimientos más importantes figura haber establecido que eran capaces de utilizar herramientas, ya que para extraer las termitas de sus nidos empleaban ramas de árbol a las que arrancaban las hojas para hacerlas más eficaces. Otras de sus investigaciones concluyeron que la alimentación de los simios no era sólo herbívora como se suponía y que podían devorar incluso a sus semejantes.

Designada mensajera por la paz de las Naciones Unidas, a los 78 años sigue viajando por todo el mundo dando charlas y conferencias. Recientemente presidió en la facultat de Ciencias de la Universitat Autònoma de Barcelona el encuentro mundial de los Institutos Goodall, un organismo fundado por ella en 1977 que se ocupa de la defensa de los simios y su hábitat. En una conferencia pronunciada en CosmoCaixa dentro del programa de ciencia, investigación y medio ambiente de la Obra Social de La Caixa, habló sobre su historia y acerca de su lucha para lograr una mayor concienciación sobre la destrucción del planeta y el maltrato y abuso de los animales.

Lo que diferencia a los chimpancés de los humanos ¿es que no pueden hablar?
Efectivamente. El cerebro del hombre y del chimpancé tienen estructuras idénticas, y si establecieran algún tipo de lenguaje, se desarrollaría también su intelecto. El lenguaje permite discutir, compartir informaciones, pensar en cosas que no son del presente y hacer planes de futuro. A él debemos el explosivo desarrollo de la inteligencia humana.

¿Podrían llegar a gobernar el mundo?
Ojalá evolucionaran desarrollando más el lado derecho del cerebro que el izquierdo, que es nuestro problema. Los humanos hemos perdido la sabiduría. Antes se tomaban decisiones planteándose qué iban a suponer para las generaciones futuras, y ahora lo que nos interesa es saber cómo nos afectará a nosotros y a nuestra familia.

Así demostramos no ser tan inteligentes como pensamos.
Es como si el cerebro se hubiera divorciado del corazón, de lo que puede resultar un individuo muy peligroso. Si somos los animales más inteligentes del planeta, ¿cómo es que lo estamos destruyendo? Pues porque existe esa desconexión entre nuestra inteligencia y nuestra capacidad de amar y ser compasivos.

Cuando llegó a Tanzania, ¿cómo imaginaba que iba a ser su vida allí?
Soñaba con ir a África desde niña. A los 20 años había conseguido ahorrar algo de dinero para pasar un año en Kenia en casa de una amiga. Al poco de estar allí conocí a Louis Leakey, que me sugirió que me dedicara a estudiar a los chimpancés.

Y usted, sin más, aceptó la propuesta.
Poder cumplir mi deseo era tan emocionante que no albergaba ningún temor. Me gustaban todos los animales, pero especialmente los chimpancés por su fascinante parecido con nosotros. Costó un año recaudar el dinero necesario para el proyecto en Gombe. No tenía ni idea de lo que iba a ocurrir con mi vida ni con el estudio, pero estaba encantada.

Hay que ser muy valiente para dejar Londres por un entorno salvaje…
La valiente fue mi madre, que se vio obligada a acompañarme, porque en aquellos años a una chica de mi edad no le permitían vivir sola en un lugar tan salvaje. Para ella fue muy difícil adaptarse a aquel entorno, dormíamos en una tienda de campaña expuestas a mordeduras de serpientes y a todo tipos de insectos. Mi madre estaba aterrorizada, pero nunca se quejó.

¿Y usted nunca sentía miedo?
Muchas veces, cuando merodeaba algún leopardo en busca de caza. Y hubo momentos en que me sentí amenazada por los chimpancés, pero lo superé fingiendo que no me interesaban y no mirándoles nunca de frente.

¿Qué es lo más impresionante que ha vivido junto a esos animales?
No sabría qué decirle, ha habido tantas situaciones impresionantes. Aunque tal vez lo más alucinante de todo fuera que Louis Leakey me eligiera para su proyecto de estudiar a los chimpancés.

¿Por qué cree que lo hizo si usted misma reconoce que no tenía preparación científica?
Supongo que captó mi sensibilidad hacia los animales, que he tenido desde antes de empezar a hablar, pero creo que también se dio cuenta de que no me interesaban ni la ropa ni mi aspecto físico, que prefería vivir en un entorno natural y salvaje que en mi Londres natal.

El hecho de no tener una preparación académica ¿le concedió más libertad para investigar a su manera?
Por supuesto. Louis Leakey me explicaría muchos años después que había optado por alguien como yo, sin estudios y con la mente abierta, para evitar los condicionantes que solían tener científicos más experimentados.

¿Y también fue deliberada la elección de una mujer?
Eso me dijo. Estaba convencido de que teníamos más paciencia para esperar a que nuestro trabajo diera resultados. Además, en aquellos tiempos pocas mujeres aspiraban a tener una carrera de éxito, y como no se esperaba demasiado de nosotras, estábamos menos presionadas por el entorno.

Pero tendría algo que aportar.
Sabía mucho acerca de la personalidad y la mente de los animales, porque de pequeña tuve un buen maestro: mi perro Rusty. Así que cuando fui a Gombe ya sabía que cada animal tenía una personalidad propia y sentimientos. Pero no podía hablar de ellos desde un punto de vista científico; todo lo que sabía me lo había enseñado un perro.

¿Los otros científicos la tomaban en serio?
Quizás no mucho, pero a mí no me preocupaba en absoluto, porque no tenía ninguna pretensión de convertirme en científica, lo único que me interesaba era conocer mejor a los chimpancés y trasladar mis descubrimientos a Leakey. Y fue él quien me obligó a matricularme en la Universidad de Cambridge para doctorarme.

¿Que aprendió de los chimpancés?
Que no existe una línea divisoria entre nosotros y el resto del reino animal, porque somos idénticos en infinidad de aspectos; me enseñaron muchas cosas acerca de la maternidad y de lo distinto que es para una cría de chimpancé tener una buena o una mala madre. Mis investigaciones resultaron muy útiles a los psicólogos y los psiquiatras infantiles.

Cotorra
08-jun-2012, 17:59
http://www.magazinedigital.com/media/30159.jpg

Y usted ¿les enseñó algo?
Sólo que no les tenía ningún miedo.

¿Se estableció algún tipo de vínculo emocional entre usted y ellos?
En absoluto. Porque no pretendía otra cosa que observarlos. Claro que era emocionante tener la oportunidad de verlos de cerca o de tocar a uno de sus cachorros, porque durante mucho tiempo estuvieron huyendo de mí, pero de ahí a que existiera una vinculación emocional con retorno… Yo los quería, pero ellos a mí por supuesto que no, no había ninguna razón para ello.

Sus detractores querían demostrar su poco rigor científico alegando que en lugar de poner números a los especímenes, como se había hecho hasta entonces, les daba nombre...
Yo no me consideraba, ni lo hago ahora, una científica y no tenía ni idea de qué hacían los verdaderos investigadores. Yo toda la vida había tenido mascotas y a todas les había dado nombre, incluso a las serpientes; me parecía lo más normal.

¿Qué ha sido lo más emocionante de todos esos años de investigación?
Hay tantas cosas, que me cuesta elegir sólo una. Fue fabuloso, por ejemplo, tener a un grupo de chimpancés a unos diez o doce metros de distancia y que no huyeran, fue un momento mágico. Fue lo más cerca que estuve nunca de ellos. Y tengo otra vivencia sensacional en que una hembra se mostró lo bastante confiada para permitir que se me acercara su cría, de unos cuatro o cinco meses; el cachorro me miró con sus grandes ojos y me tocó la nariz con la punta del dedo (lo escenifica bajando la voz y acercando muy lentamente y con enorme ternura su índice hasta rozar la nariz de la entrevistadora). Lo más alucinante es que la madre le permitiera hacerlo.

¿Cree que se puede descubrir algo más acerca de los chimpancés?
Por supuesto, queda muchísimo por investigar. Cada uno de ellos es un individuo distinto con su propia historia; cada madre tiene una manera de criar a sus hijos, y cada cachorro se comporta de forma diferente según como lo hayan criado.

Dice que fue decepcionante comprobar que los chimpancés podían ser tan violentos y crueles como los humanos.
Me sorprendió mucho la primera vez que vi cómo una hembra de pronto se ponía a robar las crías de otra, o las despiadadas luchas entre distintos grupos. Empecé a verlos de otra manera.

Pero ¿por qué tardó tanto en darse cuenta de que no eran precisamente buenos y pacíficos?
Porque al principio no podía observarlos tan de cerca. Es cierto que a veces oía gritos en la espesura, pero no sabía de qué se trataba. Hasta que en una ocasión vi cómo un grupo de hembras atacaba a otra de una comunidad distinta de forma contundente, y hubo una larga guerra entre ellos, entendí que no eran tan pacíficos como había creído hasta entonces. Fue todo un descubrimiento.

¿Se está aún a tiempo de salvar a los chimpancés de la desaparición?
No es demasiado tarde, pero lo será si no tomamos medidas. Y por ese motivo estamos trabajando con los jóvenes en el programa Roots & Shoots, que integra unos 16.000 o 17.000 grupos en 140 países. Se intenta concienciar a los niños sobre la defensa de los animales y la preservación del medio ambiente ya desde la guardería. Creemos que pueden tener influencia sobre sus padres, abuelos, incluso sobre los profesores. Ya hay miembros de la asociación que han sido padres (comenzó en 1991) y esperamos que eduquen a sus hijos en los principios de respeto a la naturaleza.

Y los gobiernos, ¿se implican?
En este momento no podemos confiar demasiado en las aportaciones de los gobiernos; con la crisis económica, los chimpancés no son una prioridad.
Esperamos que lo hagan cuando esos niños con los que trabajamos dirijan el mundo.

Uno de los objetivos de los institutos Jane Goodall y otras asociaciones pro animales es que se les permita vivir en su hábitat y en estado salvaje.
Sí, y para conseguirlo hay que colaborar con los gobiernos y los habitantes de los países donde viven. Yo creo que cada vez los nativos son más conscientes y entienden que si destruimos el medio ambiente como estamos haciendo no va a haber solución para nadie, porque todo está interrelacionado.

Es decir, que si no respetamos a los animales tampoco nos respetamos a nosotros mismos.
Así es, una vez que sabemos, y los chimpancés nos lo han enseñado, que no somos el único animal de este planeta con cerebro, con personalidad y, por encima de todo, con emociones, tenemos que dejar de ser arrogantes y respetar la forma de vida de todos los demás animales. Hay que empezar por cómo los utilizamos y abusamos de ellos, cómo los tratamos, ver de qué forma los alimentamos para transformarlos en comida, cómo experimentan con ellos en laboratorios de investigación médica, cómo les pinchan, les cortan, les aplican electricidad... y así podríamos seguir y seguir. Es muy preocupante.

Tampoco le gustará que estén encerrados en los zoos…
Depende, muchos de ellos deberían llevar años clausurados, pero si yo fuera chimpancé y pudiera elegir dónde vivir, sin duda, la primera opción sería en libertad en un entorno seguro como Gombe u otras zonas protegidas. La segunda, en un zoo moderno, con el espacio suficiente, con un grupo social adecuado, con una buena alimentación, con cuidadores sensibilizados y especializados.

¿Y dónde no querría acabar?
En la jaula de un laboratorio; luego estarían los circos y otros espectáculos y la naturaleza sin control, porque están expuestos a los cazadores, la falta de alimentos y otros peligros.
No tendrá muy buena opinión de las corridas de toros.
Mandé muchas cartas a los políticos exponiendo mis motivos para prohibirlas. Me han llegado a decir que la corrida no es una crueldad, que el toro ha tenido una buena vida y su muerte es gloriosa. Me parece tan cruel como criar a las reses en jaulas en las que no se pueden mover o a las aves en baterías atestadas.

¿Se siente más compasión por los animales que parecen más humanos?
La crueldad es crueldad, y degrada a quien la practica. No resulta menos despiadado maltratar a un pollo porque creamos que no tiene sentimientos. Lo que inspiró Roots & Shoots fue una reunión con estudiantes hace 22 años. Les pregunté si habían visto alguna vez cómo sujetaban a los pollos por las alas; lo habían visto, pero ni se les había pasado por la cabeza que aquello les pudiera doler. Cuando les hice ver lo que sufría el animal, llegaron a la conclusión de que no estaba bien. Hay que tomar conciencia de esas pequeñas cosas.

Quien diga defender los derechos de los animales no debería comer carne.
Por eso soy vegetariana. Pero la crueldad con los animales es sólo uno de los motivos para ello. Otro es la deforestación para cultivar forraje; un tercero, que las hormonas y los antibióticos que les dan acaban perjudicando al medio ambiente y hace que las bacterias sean cada vez más resistentes. Y hay más, como las emisiones de CO2 debidas a la mala alimentación.

¿Se justifica la experimentación si es para mejorar la vida de los humanos?
En absoluto, y nos degrada como personas. Somos los seres más inteligentes que han existido nunca, pues pongamos nuestro cerebro a trabajar, seguro que hay otras formas de avanzar en medicina.

http://www.magazinedigital.com/reportajes/los_reportajes_de_la_semana/reportaje/cnt_id/7962

Riply
08-jun-2012, 23:24
Que envidia de vida!

Cotorra
19-feb-2013, 22:25
http://estaticos01.cache.el-mundo.net/elmundo/imagenes/2013/02/19/natura/1361281246_0.jpg
Jane Goodall, durante su visita a España.

La primatóloga y Mensajera de la Paz de Naciones Unidas Jane Goodall ha afirmado que "si la gente piensa que los animales no sufren, que no tienen derechos o que no se les debe tratar con dignidad, van a seguir organizándose corridas de toros y van a seguir matando elefantes".

Goodall considera que el asunto de los toros "es un problema que debe afrontar específicamente España", después de que el pleno del Congreso de los Diputados haya admitido a trámite de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) de la Federación de Entidades Taurinas de Cataluña para que la fiesta de los toros sea declarada Bien de Interés Cultural en toda España.

En cualquier caso, Goodall --que recibió este lunes en el Cogreso el premio internacional de la Asociación Parlamentaria en Defensa de los Animales-- ha abogado por "buscar alternativas", con la que los españoles se puedan sentirse orgullosos. "Se podría mantener la fiesta nacional, con esa imagen y esos trajes, pero sin que implique el sufrimiento y la muerte del toro", ha apostillado.

Asimismo, se ha preguntado si aquellos que han promovido esta ILP se han puesto alguna vez en la situación del toro y han intentado entender si el animal siente el dolor y sufre. Por ello, ha explicado que una de las labores del Instituto Jane Goodall consiste en "hacer reflexionar a los más jóvenes para que, en un futuro, sean ellos quienes decidan".

Preocupación por la caza

Por otra parte, Goodall ha apostado por la promoción del ecoturismo y se ha mostrado "preocupada" por el "interés creciente" en torno a la caza de animales salvajes. En este caso, se ha referido a George W. Bush (padre) y al Rey de España por entender que "deberían dar ejemplo" y evitar este tipo de prácticas. Aunque advierte de que "desafortunadamente" no son los únicos que lo hacen.

En concreto, ha denunciado que, pese a que está descendiendo de una forma dramática el número de leones Bostwana y que se ha creado una ley para prohibir expresamente su caza, ahora "se ha suprimido temporalmente porque Bush quiere ir a cazar leones allí".

En cuanto a los elefantes, Goodall ha recordado que se esta haciendo un "esfuerzo internacional enorme" para disminuir su caza y obtener medidas contra la venta de marfil. "Es aterrador ver como están disminuyendo las poblaciones de elefantes en países como Tanzania, donde matan a sesenta elefantes al día".

Prohibición de experimentar con primates

Coincidiendo con su visita al Museo CosmoCaixa de Madrid, Goodall ha aprovechado para felicitar a España por la aprobación del Real Decreto que "prohíbe expresamente" la experimentación con los grandes simios (gorilas, chimpancés, orangutanes y bonobos) y que establece las normas básicas aplicables para la protección de los animales utilizados para la experimentación y otros fines científicos incluida la docencia.

Sin embargo, la primatóloga ha instado el Gobierno a llevar a cabo "una observación rigurosa" para que se garantice el cumplimiento de este texto, que complementa al Proyecto de Ley de modificación de la Ley 32/2007 para el cuidado de los animales en su explotación, transporte, experimentación y sacrificio. "Una cosa es aprobar una ley y otra llevarla a buen término", ha sentenciado.

En este punto, Goodall ha aplaudido los avances que se están dando en Estados Unidos en este campo. Así, ha aludido a un último informe presentado por un grupo de científicos en el que se pone de manifiesto que "el uso de primates en estos contextos no han sido nada útiles para avanzar sobre aspectos de nuevos descubrimientos para la salud humana".

Por último, ha reclamado apoyo para la campaña 'Movilízate por la selva' que, a través de la sensibilización ciudadana y la recogida gratuita de móviles en desuso, procura recaudar fondos para los programas de desarrollo sostenible, educación y conservación que el Instituto Jane Goodall desarrolla en el Congo.

http://www.elmundo.es/elmundo/2013/02/19/natura/1361281246.html?a=22e27e9e8b7314f52c18ed85ee013b3d&t=1361307576&numero=

Ireth_86
20-feb-2013, 21:40
El año pasado tuve la suerte de poder conocerla en persona en el Bioparc de Valencia, dio una charla increíble, pusieron un documental sobre su fascinante vida y después nos sirvieron una cena 100 % vegana a petición suya :) La verdad es que en persona parece muy frágil, no se porqué...creo que viaja demasiado y la verdad, con todo el esfuerzo que está haciendo a favor de la conservación, contra el maltrato animal...es una pena que no se vea más recompensada :( Estoy pensando en irme a Cabo Verde con su instituto a ver cómo cuidan a las tortugas!

Ecomobisostrans
13-may-2014, 01:26
La primatóloga celebra sus 80 años con la misma energía de siempre. Viaja más de 300 días al año, vuelve cada seis meses en la selva y continúa observando los chimpancés. Dice que de ellos tenemos que aprender cosas para extraer lecciones de vida.

El video es en catalán, de TV y radio de Catalunya:

http://www.youtube.com/watch?v=EcgQSvdNENw
http://www.youtube.com/watch?v=EcgQSvdNENw

Ecomobisostrans
13-may-2014, 21:32
^^^ Veo ahora que esta noticia está saliendo en todos los periódicos !!! No nos podía haber venido en mejor momento que durante esta campaña electoral, ya que seguro que sensibiliza sobre los animales.

Pongo la noticia en castellano:

Jane Goodall celebra sus 80 años en Barcelona con un alegato en favor de la sostenibilidad
La primatóloga advierte del peligro de la sobreexplotación del planeta y propone como solución fomentar entre los jóvenes la empatía hacia los animales

http://estaticos.elmundo.es/assets/multimedia/imagenes/2014/05/13/14000019370747.jpg
ÀLEX CLARAMUNTBarcelona Actualizado: 13/05/2014 19:27 horas
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La primatóloga más famosa del mundo, Jane Goodall, viaja 300 días al año por distintos países para difundir su mensaje en defensa del medio ambiente. El 7 de mayo estuvo en Bruselas, a finales de mes estará en Sídney y estos días ha estado en Barcelona. A sus 80 años -cumplidos el pasado 3 de abril- la primatóloga, que inició sus investigaciones de 1960, se muestra incansable: "Recibí un regalo, la comunicación, pero cada vez tengo menos años para usarlo. Tengo que hacer más ahora que puedo". Goodall está convencida de que no faltan motivos para seguir con su lucha: "Veo el planeta destruido en todas partes y a la gente joven perdiendo la fe en el futuro", lamenta.

Con motivo de su reciente aniversario, Goodall ha pronunciado hoy en el museo CosmoCaixa de Barcelona la conferencia Una vida dedicada a la ciencia y a la protección de la naturaleza, con un mensaje claro: "estamos destruyendo este planeta, nuestro único hogar". En opinión de la primatóloga, "queremos más de lo que necesitamos, y eso no es sostenible". Goodall ha citado a Mahtama Gandi para recordar que "en la Tierra hay recursos para satisfacer las necesidades de todos, pero no suficiente para satisfacer su avaricia". Goodall confía en los jóvenes para "ayudar a la gente y a los animales y hacer del mundo un lugar mejor". En este sentido, el Instituto Jane Goodall impulsa el programa Roots&Shoots, que busca fomentar la empatía por todos los seres vivos entre "los futuros políticos, hombres de negocios o profesores".

Goodall ha enfatizado que para salvar a las especies amenazadas en África, como los chimpancés, no basta con programas de recuperación, sino que es necesario fijarse en las condiciones de vida de los habitantes humanos del continente. "¿Cómo podemos salvar a los chimpancés si la gente que vive del bosque en países como la República Democrática del Congo o Tanzania pasa por tiempos difíciles?", reflexiona. En su opinión, es necesario mejorar las condiciones de vida, la educación y la sanidad de los africanos para que puedan explotar los bosques de forma sostenible y aprendan a apreciar a los chimpancés. Goodall pone como ejemplo el Parque Nacional de Gombe, en Tanzania, donde estableció un centro de investigación en 1991 y cuya biodiversidad ha mejorado sensiblemente junto con las condiciones de vida de las aldeas locales.

Estudiar los chimpancés, cuenta Goodall, abre los ojos. "De los chimpancés hemos aprendido que somos, definitivamente, parte del reino animal", explica, y añade que "con los chimpancés compartimos mucho en común: la biología, la estructura del ADN -sólo nos diferenciamos en un 1%-, el sistema inmunológico, la estructura de la sangre, la anatomía del cerebro, el comportamiento". La primatóloga cuenta que los chimpancés, como las personas, besan, abrazan, dan palmadas, suplican y lloran. "Tienen un lado violento y belicoso, pero también son compasivos y altruistas", concluye. Para Goodall, comprender que las personas no somos los únicos seres con personalidad y la capacidad de experimentar emociones debería abrirnos los ojos e invitarnos a reflexionar sobre cómo tratamos a los animales.

A la célebre primatóloga han secundado en su charla Ferrán Guallar, director del Instituto Jane Goodall España, y Rebeca Atencia, directora del Instituto Jane Goodall El Congo. Atencia, que dirige un centro de acogida de chimpancés huérfanos, destacó que las crías que atienden "llegan traumatizadas", ya que han visto morir violentamente a sus progenitores, y que "es muy difícil sacarles ese trauma". Guallar, que dirige un programa, localizado en Senegal, de preservación del Pan troglodytes verus -o Chimpancé Occidental-, una de las cuatro subespecie del chimpancé, ha puesto el acento, del mismo modo que Goodall, en la importancia de trabajar con las comunidades locales para garantizar la supervivencia de los chimpancés.

http://www.elmundo.es/cataluna/2014/05/13/537253bc268e3e56508b4584.html