marai
23-nov-2009, 16:14
Cultivar la solidaridad (Diari de Tarragona - edición Reus, 23 de nov de 2009)
La recién fundada Coris i Naps es una entidad destinada a plantar fruta y verdura para regalarla a los más necesitados. Son los propios voluntarios los que hacen el reparto a unas 20 familias en la actualidad
Ramon Sans, un jubilado de Reus, lleva seis meses trabajando todas las mañanas en un huerto del Mas Gavaldà, en la partida de Bellisens. En él, ya se pueden cosechar lechugas, cogollos, acelgas o coles. Llegados a este punto, no existen muchas diferencias con el gran número de personas que cultivan las tierras de sus fincas para llevarse los alimentos de la tierra al plato. Pero las verduras cultivadas por Sans no irán a para a su propia mesa, sino a la de los más necesitados de la ciudad.
El motivo es que este anciano forma parte de la recién fundada Coris i Naps, una asociación de voluntarios que tiene como objetivo «cultivar y regalar verdura y fruta ecológica de primera calidad a las personas más necesitadas», explica Lluís Oliach, impulsor de esta pionera iniciativa social. Todo empezó a raíz del gran número de familias afectadas por la crisis y con inexistentes recursos económicos que, explican, se acercan al despacho del partido municipal de la Cori para pedir ayuda. «Detectamos que la alimentación sana, más allá de arroz y de los potes de conserva que ya reciben de los Serveis Socials, era una auténtica necesidad. Por eso nos pusimos a trabajar en el proyecto», señala el mismo Oliach, que quiere desvincular el trabajo de Cori i Naps con el que realiza el partido político del portavoz Ariel Santamaria.
En estos momentos, la entidad ya trabaja con una veintena de familias con riesgo de exclusión social a las que, semanalmente, les entregan verduras y frutas que siempre son de la época y que consiguen mediante donaciones de personas a título individual. Tanto Santamaria como Sans destacan del proyecto que es una iniciativa completamente altruista. «Contamos con un grupo de voluntarios que se encargan de hacer el reparto a las familias que no tienen dinero y que necesitan complementar su dieta con productos sanos», apunta Oliach. En busca del voluntariadoLa finca desde la que operan ha sido una cesión gratuita de los propietarios de la finca, por lo que el único coste que tiene es el gasto de agua y del transporte. En este sentido, Sans hace un llamamiento al colectivo de gente mayor que quiera ayudar a los más necesitados combinándolo con un poco de ejercicio físico. En estos momentos son tres los jubilados que cuidan del huerto. Por eso pide que las personas interesadas se pongan en contacto con ellos o mediante el correo web corisinaps@gmail.com.
El proyecto relacionado con las ayudas sociales esperan que también ayude en la obtención de nuevos huertos urbanos. A pesar de que ahora tiene un terreno cultivado, la intención de Coris i Naps es cultivar todo el amplio terreno de la finca de la partida Bellisens y poder dar respuesta a cuantas más familias mejor. «Ojalá que no tuviéramos que actuar en ningún caso, esto representaría que nadie es pobre», apunta Sans. Más allá de regalar productos ecológicos a los más necesitados, el proyecto trabaja en una doble línea.
La primera es la de concienciar a las personas que reciben los alimentos para que se involucren a la hora de colaborar, ayudando en los repartos o actuando de hilo conductor con otras personas con riesgo de exclusión social. Un trabajo que consideran esencial, ya que fomenta el contacto con otros colectivos de la ciudad.
El otro aspecto es que Cori i Naps cuenta con la ayuda, también voluntaria, de una dietista que ha elaborado un conjunto de pautas para que éstas personas se tomen en serio la importancia de tener una dieta sana y equilibrada. De momento, el único inconveniente con el que se han encontrado son los robos que ya han padecido en el huerto. Un contratiempo de lo que consideran cómo una ayuda real, directa y altruista a todo el mundo por igual y que desearían que fuera la línea que siguiera la política del futuro.
La recién fundada Coris i Naps es una entidad destinada a plantar fruta y verdura para regalarla a los más necesitados. Son los propios voluntarios los que hacen el reparto a unas 20 familias en la actualidad
Ramon Sans, un jubilado de Reus, lleva seis meses trabajando todas las mañanas en un huerto del Mas Gavaldà, en la partida de Bellisens. En él, ya se pueden cosechar lechugas, cogollos, acelgas o coles. Llegados a este punto, no existen muchas diferencias con el gran número de personas que cultivan las tierras de sus fincas para llevarse los alimentos de la tierra al plato. Pero las verduras cultivadas por Sans no irán a para a su propia mesa, sino a la de los más necesitados de la ciudad.
El motivo es que este anciano forma parte de la recién fundada Coris i Naps, una asociación de voluntarios que tiene como objetivo «cultivar y regalar verdura y fruta ecológica de primera calidad a las personas más necesitadas», explica Lluís Oliach, impulsor de esta pionera iniciativa social. Todo empezó a raíz del gran número de familias afectadas por la crisis y con inexistentes recursos económicos que, explican, se acercan al despacho del partido municipal de la Cori para pedir ayuda. «Detectamos que la alimentación sana, más allá de arroz y de los potes de conserva que ya reciben de los Serveis Socials, era una auténtica necesidad. Por eso nos pusimos a trabajar en el proyecto», señala el mismo Oliach, que quiere desvincular el trabajo de Cori i Naps con el que realiza el partido político del portavoz Ariel Santamaria.
En estos momentos, la entidad ya trabaja con una veintena de familias con riesgo de exclusión social a las que, semanalmente, les entregan verduras y frutas que siempre son de la época y que consiguen mediante donaciones de personas a título individual. Tanto Santamaria como Sans destacan del proyecto que es una iniciativa completamente altruista. «Contamos con un grupo de voluntarios que se encargan de hacer el reparto a las familias que no tienen dinero y que necesitan complementar su dieta con productos sanos», apunta Oliach. En busca del voluntariadoLa finca desde la que operan ha sido una cesión gratuita de los propietarios de la finca, por lo que el único coste que tiene es el gasto de agua y del transporte. En este sentido, Sans hace un llamamiento al colectivo de gente mayor que quiera ayudar a los más necesitados combinándolo con un poco de ejercicio físico. En estos momentos son tres los jubilados que cuidan del huerto. Por eso pide que las personas interesadas se pongan en contacto con ellos o mediante el correo web corisinaps@gmail.com.
El proyecto relacionado con las ayudas sociales esperan que también ayude en la obtención de nuevos huertos urbanos. A pesar de que ahora tiene un terreno cultivado, la intención de Coris i Naps es cultivar todo el amplio terreno de la finca de la partida Bellisens y poder dar respuesta a cuantas más familias mejor. «Ojalá que no tuviéramos que actuar en ningún caso, esto representaría que nadie es pobre», apunta Sans. Más allá de regalar productos ecológicos a los más necesitados, el proyecto trabaja en una doble línea.
La primera es la de concienciar a las personas que reciben los alimentos para que se involucren a la hora de colaborar, ayudando en los repartos o actuando de hilo conductor con otras personas con riesgo de exclusión social. Un trabajo que consideran esencial, ya que fomenta el contacto con otros colectivos de la ciudad.
El otro aspecto es que Cori i Naps cuenta con la ayuda, también voluntaria, de una dietista que ha elaborado un conjunto de pautas para que éstas personas se tomen en serio la importancia de tener una dieta sana y equilibrada. De momento, el único inconveniente con el que se han encontrado son los robos que ya han padecido en el huerto. Un contratiempo de lo que consideran cómo una ayuda real, directa y altruista a todo el mundo por igual y que desearían que fuera la línea que siguiera la política del futuro.