PDA

Ver la versión completa : La sociedad no puede defenderse de los psicópatas, son ellos los que hacen las reglas



RespuestasVeganas.Org
23-ago-2009, 21:45
Robert Hare: «La sociedad no puede defenderse de los psicópatas, son ellos los que hacen las reglas»

Sonríe Robert Hare. A menudo y como mirando hacia otra parte, con la sonrisa levemente amarga de quien ha visto mucho, quizá demasiado, pero a pesar de ello no ha conseguido que su mensaje termine de calar . Los psicópatas no son solo los fríos asesinos de las películas. Están en todas partes, viven entre nosotros y tienen formas mucho más sutiles de hacer daño que las meramente físicas. Los peores, dice, llevan ropa de marca y ocupan suntuosos despachos, en la política y las finanzas. La sociedad no les ve, o no quiere verles, y consiente.

- ¿Por qué parece que en ciertos países hay más psicópatas que en otros?

- No es cierto. Es un problema universal, igual en todas partes, solo que en algunos países se tolera más. Por ejemplo, en Sudán, matar se considera un comportamiento aceptable. Incluso en Estados Unidos, comportamientos que hace 15 años no se aceptaban, ahora sí. Comportamientos claramente psicopáticos y que aparecen continuamente en el cine y la televisión. Violencia, maldad, premeditación, sangre fría, falta de remordimientos...

- ¿Es la falta de empatía el elemento clave de la psicopatía?

- Sí. La empatía es una característica humana y se puede representar en una curva. La mayoría estamos en el centro. Y ambos extremos son malos. Tampoco es buena demasiada empatía. La naturaleza nos ha dado la capacidad de conectar. Pero los psicópatas no tienen esa capacidad.

- ¿Es cierto que son más inteligentes que el resto?

- Si hablan de medicina, parece que saben más que un médico, aunque el interlocutor sepa que no saben nada. Si van detrás de un político y le hacen una foto, ya dicen que son amigos. Parecen inteligentes, pero en realidad no son especialmente brillantes. Algunos sí, claro. Y cuando son inteligentes son más peligrosos.

- -¿Están mezclados con nosotros, en el mundo real?

- Por supuesto. Y la mayoría de los psicópatas no son asesinos. Están en la política o en los negocios. Y si cometen un asesinato es, a lo mejor, porque te has puesto en su camino o porque sencillamente no les has caído bien. Están en todas partes. Son personas que saben controlar a los demás pero parecen muy buenos. Tienen carisma y son líderes. Carisma sin conciencia.

- ¿Qué proporción de psicópatas hay entre la población?

- Cerca del 1%, según una estimación que hice hace diez años. Pero nuevos estudios demuestran que depende mucho de cómo se mida y de los criterios que se usen.

- Usted creó los test de psicopatía más utilizados...

- Sí. En dos versiones. La primera (PCLR) consta de veinte criterios y la segunda (PCL) mide doce. Es esta segunda herramienta, más sencilla, la que se más se utiliza. Los resultados se colocan en un diagrama con dos ejes. Uno de puntuación, entre 0 y 24, y otro de población. La mayoría de las personas tienen puntuaciones muy bajas, pero a partir de 18 puntos son psicópatas. Y, efectivamente, existe cerca de un 1% de la población con más de 18 puntos.

- ¿Se puede ser amigo de un psicópata?

- Sí, pero no mucho. Hay personas a quienes les encantan los psicópatas. Porque son divertidos. Te van a engañar y a chupar la esencia, pero resultan atractivos, aún a costa de ese precio tan alto. Al final, cuando ya no les sirves, te dejan. Los psicópatas son esponjas emocionales y absorben todo lo que tengamos. Pero si exprimes una esponja, suelta todo lo que cogió. Ellos no. Si los aprietas, sólo saldrá polvo.[

- ¿Cómo influye ese 1% de psicópatas en el resto de la sociedad?

- Ese 1% puede tener impacto sobre millones de personas . Fíjese, por ejemplo, en los grandes escándalos financieros, con pérdidas para miles de personas. Detrás hay una mente psicópata. En los grandes negocios la psicopatía no es una excepción. ¿Qué tipo de persona cree usted que es capaz de robar a miles de inversores, de arruinarles aunque después se suiciden? Dirán que lo sienten, pero nunca devolverán el dinero . Es incluso peor que lo que hacen muchos asesinos.

- ¿Y los políticos?

- La política y el póker son dos ocupaciones cuyas reglas obligan a mentir y engañar. Si los políticos fueran sinceros no serían elegidos. Muchos son mentirosos a secas. No tienen forzosamente que ser psicópatas. Pero la política es un medio fantástico para que se desarrollen, el mejor ambiente, el ideal. Igual que los negocios, que cambian con mucha rapidez . Ahí los psicópatas se desenvuelven como pez en el agua.

- ¿Quiere decir que en círculos políticos y financieros hay más psicópatas que entre la población normal?

- Por supuesto que sí. Docenas de políticos de alto nivel deberían claramente estar en la cárcel. Son psicópatas, pero no puedo decir nombres. Tengo impresiones, y muchas. Pero debería aplicarles mi test. Me gustaría estudiar a algunos más a fondo. Y eso complicaría mucho la vida de los políticos honrados.

- ¿Cómo puede la sociedad defenderse?

- Es prácticamente imposible para la sociedad defenderse de eso. Porque son ellos los que, además, hacen las reglas, dictan los principios y gastan millones para explicar al mundo que lo que hacen es fantástico. No sé lo que podríamos hacer . Para esto las elecciones no sirven. La gran mayoría de las personas no funcionarían bien en estos puestos. Lo dejarían, no servirían. No quiero decir que todo el mundo en esas posiciones sea psicópata, pero sí digo que el porcentaje entre ellos es muy superior al 1% general. Y que con diez ejecutivos, o políticos psicópatas entre mil, ya sería suficiente. Un pequeño ejército de soldados puede ocupar un país entero.

- ¿Qué hacer entonces?

- Lo mejor y lo único que se puede hacer es intentar comprender. Y la sociedad no lo entiende porque la psicopatía es diferente. No hay patrones, como pasa, por ejemplo, con la esquizofrenia. Pasan años antes de identificar a un psicópata .

- ¿Se puede curar?

- No. No tenemos procedimiento alguno para curar porque no hay nada que curar . Es un comportamiento con anomalías neurológicas. Pero no hay pacientes que pidan ayuda, que sufran. El problema lo tienen los demás. Ellos están perfectos, y se sienten perfectos. Nunca podrán sentir empatía, ponerse en el lugar de otra persona, tener sentimientos hacia alguien. Ni siquiera por los seres más próximos, padres, hermanos, pareja, hijos... Los psicópatas no tienen emociones, y no es posible enseñárselas.


Fuente: http://lacomunidad.elpais.com/loitering-on-street-corners/2008/3/6/la-sociedad-puede-defenderse-los-psicopatas-son-ellos-los


Añadido aquí: http://respuestasveganas.blogspot.com/2000/11/el-homo-sapiens-violento.html

demona
23-ago-2009, 23:06
asi es,esta muy bien lo que dice este hombre y estoy totalmente de acuerdo.hemos creado una sociedad en la que el psicopata es el rey,el camino hacia el poder es no sentir hempatia ninguna y al psicopata le viene de perillas no tiene que esforzarse.

arweny
23-ago-2009, 23:18
Me gustaría ver esos test que utiliza para descubrir psicópatas...

Pitusa28
23-ago-2009, 23:23
No entiendo por qué dice eso de que sentir demasiada empatía tampoco es bueno, ¿es malo ponerse en el lugar de los demás para evitar un posible daño?

Y encima parece que hay más psicópatas (1%) que vegetarianos, por lo menos en España, que había un 0,4 % o algo así.

Ollie
24-ago-2009, 03:01
Lamentablemente desde pequeños a muchos les enseñan a no sentir empatia por los demas diciendoles que el poder y el dinero lo es todo y tienen que hacer lo que sea para alcansarlo, cuando tenia 6 años mas o menos habia muchos niños que fingian ser tus amigos para robarte el almuerso, se ponian una mascara para agradarle a todos buscando robarte algo... y todos creian que esos niños eran los mas listos del mundo por que no sentian empatia por nadie solo pensaban en el bienestar propio...

arropitalls
24-ago-2009, 03:12
Por intentar enrriquecer un poco éste debate que planteas, copio y pego información sobre la Antipsiquiatria. Para dar siempre, "la otra cara" del asunto.
Como veo, por otra parte, que en tus últimas aportaciones hablas mucho sobre el Estado, su función benefactora y demás, veo que te vas a topar, tarde o temprano con éste link: "lxs prexs y las cárceles" :
http://www.forovegetariano.org/foro/showthread.php?t=14798&highlight=lxs+presxs+las+c%E1rceles
y allí también podemos extrapolar éste debate sobre psiquiatría/cárceles y sociedad.

Antipsiquiatría



Antipsiquiatría es una palabra que se usa ampliamente en posturas que, en general, se contraponen a la teoría o práctica de la psiquiatría convencional. Las críticas más comunes son las siguientes: que la psiquiatría usa herramientas y conceptos médicos inadecuados; que trata a los pacientes contra su voluntad y es demasiado dominante comparada a otros enfoques; que está comprometida por nexos económicos con las compañías farmacéuticas; y que usa sistemas categoriales de diagnóstico que estigmatizan, entre ellos el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM), o la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE), que muchos "pacientes" lo ven lesivo para la propia estima.

Una significativa minoría de profesionales y académicos en salud mental profesan puntos de vista antipsiquiátricos respecto a la psiquiatría tradicional (es decir: la psiquiatría biológica). En general, los psiquiatras ven a la antipsiquiatría como un movimiento radical con poca, si es que alguna, validez científica; aunque es difícil de cuantificar la proporción del público o los profesionales involucrados en el movimiento, o la gama de puntos de vista que mantienen.

A pesar de su nombre, el movimiento puede verse promoviendo otro tipo de psiquiatría, aquella que se encuentra en línea con el modelo del trauma de los trastornos mentales. Por lo mismo, muchos "antipsiquiatras", incluyendo aquellos psiquiatras que no profesan creencias ortodoxas en la profesión, tratan de distanciarse ellos mismos del término "antipsiquiatría" y de las asociaciones peyorativas que conlleva.1

Otras alternativas a la práctica psiquiátrica actual pueden sustentarse en la psicología. La perspectiva conductual (Psicología conductista, Terapia de conducta) es un enfoque muy sólido dentro del ámbito de la psicología científica, el cual permite comprender la psicopatología desde otro punto de vista totalmente independiente a la psiquiatría biológica.

Contenido

1 Orígenes de la antipsiquiatría
1.1 Juicios sobre normalidad y enfermedad mental
2 Críticas y alternativas a la práctica psiquiátrica
2.1 Etiquetamiento psiquiátrico
2.2 La psiquiatría y la industria farmacéutica
2.3 Electroshock
2.4 La psiquiatría y la ley
2.5 Hospitalización involuntaria
2.6 ¿Hacia un Estado Terapéutico?
3 Citas antipsiquiátricas
4 Bibliografía
5 Véase también
6 Referencias
7 Enlaces externos


Orígenes de la antipsiquiatría

Desde sus orígenes hubo oposición a la psiquiatría mientras se establecía en el siglo diecinueve. La controversia giró alrededor de los derechos de los llamados locos en los diversos hospitales psiquiátricos. Emil Kraepelin introdujo nuevas categorías médicas de enfermedad mental, que eventualmente se aceptaron en la profesión a pesar de que están basadas en la conducta más bien que en la patología o la etiología.

En los años 1930 se introdujeron varias prácticas médicas controvertidas, incluyendo la inducción artificial de convulsiones (por medio de electroshock, insulina y otras drogas) o mediante cercenar porciones del cerebro (lobotomía o leucotomía). Ambos procedimientos se usaron ampliamente en psiquiatría, pero hubo mucha oposición basadas en cuestionamientos morales, efectos nocivos o mal uso. En los años cincuenta nuevas drogas, especialmente el antipsicótico clorpromazina, fueron diseñadas en laboratorios y gradualmente suplantaron a los tratamientos más controvertidos. Aunque frecuentemente se aceptaron como un avance, también hubo oposición debido a efectos adversos tales como la disquinesia tardía. Los pacientes comúnmente se oponían a la psiquiatría y rehusaban tomar las drogas cuando no estaban supervisados por el control psiquiátrico. También hubo considerable oposición al uso de hospitales psiquiátricos, y se hicieron intentos de regresar a la gente a la comunidad por medio de grupos no controlados por la psiquiatría.

Debutando en los años sesenta, la antipsiquiatría (un término usado por vez primera por David Cooper en 1967) definió un movimiento que desafió abiertamente los teorías y prácticas fundamentales de la psiquiatría convencional. Psiquiatras como Ronald D. Laing arguyó que la esquizofrenia podía entenderse como una lesión en el yo interno infligida por padres demasiado intrusivos psicológicamente ("esquizógenos"). El psiquiatra Thomas Szasz aseveró que la "enfermedad mental" es una combinación incoherente de conceptos médicos y psicológicos, aunque popular debido a que legitima el uso de fuerza psiquiátrica para controlar y limitar el desvío de las normas sociales. Los adherentes a esta perspectiva hablaron del "mito de la enfermedad mental" a causa del controvertido libro de Szasz con ese título. (A pesar de que el movimiento originalmente descrito como antipsiquiatría llegó a estar asociado con el movimiento de la contracultura de los años sesenta, Szasz nunca estuvo involucrado en ese movimiento.) Michel Foucault, Erving Goffman y otros criticaron el poder y el rol de la psiquiatría en la sociedad, incluyendo el uso de la "institución total", el "etiquetamiento" y la estigmatización. La novela Alguien voló sobre el nido del Cuco se convirtió en un bestseller, resonando en la preocupación pública sobre los procedimientos de medicación forzada, la lobotomía y el electroshock usados para controlar a los pacientes.

Los abusos psiquiátricos cometidos en la Unión Soviética también condujeron al cuestionamiento de la validez de la práctica psiquiátrica en Occidente.2 En particular, el diagnóstico de esquizofrenia de muchos disidentes políticos hizo que algunos cuestionaran el diagnóstico en general y el uso punitivo de la palabra esquizofrenia. Por ejemplo, algunos se preguntaron si el rótulo de esquizofrenia y el resultante tratamiento psiquiátrico involuntario no estarían siendo usados de manera similar en Occidente para someter a adolescentes rebeldes, aunque básicamente cuerdos, durante conflictos familiares.

El movimiento antipsiquiátrico también fue propulsado por individuos con experiencia adversa en el cuidado psiquiátrico. Esto incluía a quienes sintieron que habían sido dañados por la psiquiatría o que creyeron que podrían haber sido ayudados por otro tipo de enfoques. En los años setenta el movimiento antipsiquiátrico estuvo involucrado en restringir muchas prácticas vistas como maltrato psiquiátrico. El movimiento de derechos gay increpó la clasificación de la homosexualidad como una enfermedad mental, y en un clima de controversia y activismo, en 1973/1974 la Asociación Psiquiátrica Americana decidió por una ligera mayoría (58%) eliminar la condición como categoría de enfermedad. Asimismo, hubo acciones legales de activistas que se fusionaron con el movimiento, como la lucha por los derechos humanos y las personas con discapacidades. Ambos añadieron su impronta a la teoría y acción antipsiquiátrica.

También hubo oposición al incremento de nexos entre la psiquiatría y las corporaciones farmacéuticas, las cuales se volvían cada vez más poderosas y, según se decía, tenían una influencia no justificada y solapada sobre la investigación y prácticas psiquiátricas. A su vez, se cuestionó la clasificación y el alegado mal uso de los diagnósticos psiquiátricos en manuales, en particular el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales que publica la Asociación Psiquiátrica Americana.

La antipsiquiatría cuestionó el pesimismo psiquiátrico sobre los catalogados de enfermos mentales. Los pacientes de salud mental demandaban que podían curarse completamente y anhelaban empoderamiento en la propia vida. Se idearon esquemas para combatir el estigma y la discriminación; para ayudar a la gente con problemas mentales a actuar en la sociedad y a involucrarse en servicios de pacientes de salud mental. No obstante, aquellos que activa y abiertamente discutieron la práctica tradicional de la psiquiatría permanecieron marginados en la psiquiatría, y en un menor grado dentro de la más amplia comunidad de salud mental.

Políticamente la antipsiquiatría está asociada a ideas políticas fundamentadas en el humanismo secular o religioso, y en el civilismo libertario, indistintamente si se es de izquierda o de derecha.

arropitalls
24-ago-2009, 03:15
Juicios sobre normalidad y enfermedad mental

En general los críticos no increpan la noción de que algunas personas tengan problemas emocionales o psicológicos, o que la psicoterapia no sirva. En lo que están en desacuerdo con la psiquiatría es sobre el origen de estos problemas; en la corrección de caracterizarlos como "enfermedad" y sobre las opciones existentes para manejarlos. Por ejemplo, una preocupación primaria de la antipsiquiatría es que el grado de adherencia de un individuo a la comunidad, o a los valores mantenidos por la mayoría, puede ser usado para determinar el nivel de salud mental de la persona. Usando esta lógica, arguyen los críticos, en un desplante colectivo de violencia, como un linchamiento público, la persona que se abstiene a la violencia puede ser diagnosticada de "enfermo mental" y, consecuentemente, ser "tratada".

Algunos también creen que los medios de comunicación han distorsionado la información al promover la idea de que el autismo es un trastorno físico. Leo Kanner ve al autismo como un trastorno psicológico resultante de una crianza disfuncional. Algunos psiquiatras que no aceptan el modelo médico de los trastornos mentales, como Peter Breggin, mantienen que el etiquetar a los niños inflige humillación adicional y lesiona la autoestima del niño que ya ha sido traumatizado.

Críticas y alternativas a la práctica psiquiátrica

Etiquetamiento psiquiátrico

La diferencia entre "trastorno psicológico" y "enfermedad" es realmente importante. Un trastorno implica cierto desajuste con el contexto, cierto problema de adaptación persona-sociedad: lo cual hace que por definición no esté libre de valores. La enfermedad debe tener, por definición, una etiología conocida, una causa bien definida que está provocando directamente los síntomas.

Más aún, el diagnóstico psiquiátrico no es suficiente para diseñar un tratamiento psicoterapético y, al mismo tiempo, pueden hacerse tratamiento psicoterapéuticos sin necesidad del diagnóstico psiquiatrico. Carece de necesidad, por tanto, usar "categorías" con semejante carga negativa (Ref.: Entrevista motivacional).

Concretamente, desde el enfoque conductual, la conducta psicopatológica y la normal se aprenden mediante los mismos procesos. En este sentido, el término "trastorno" se acepta como "catagoría" descriptiva de un cuadro clínico o "agregado de conductas", pero no se entiende al trastorno como causa de los síntomas, sino como la descripción misma de dichos síntomas.

Es decir, a modo de ejemplo, una persona está depresiva porque está triste (descripción), pero no está triste porque está depresiva (explicación). A una explicación donde "está triste por que está deprimido" y "está deprimido por que está triste", es un razonamiento denominado tautología lógica. De hecho, es esta uno de los argumentos que se esgrimen en contra de la psiquiatría. Como se evidencia desde la Controversia de la biopsiquiatría, esto hace que la psiquiatría sea poco "falseable" (véase Karl Popper).

Existen importantes críticas en lo que respecta a la validez de los diagnósticos en psiquiatría. El propio DSM-IV-TR entiende que diferentes trastornos pueden ser aplicados a una misma persona, de modo que los trastornos son categorías no expluyentes. De hecho, este fenómeno es muy frecuente en psiquiatría (Comorbididad).

Respecto a la Fiabilidad (psicometría), se encuentra una alta fiabilidad en los criterios generales (Ej. Esquizofrenia), pero una baja fiabilidad en la especificidad de los criterios (Ej. casificar en los distintos tipos de esquizofrenia). (Ref.:La invención de la enfermedad mental). Recordemos que la fiabilidad hace referencia a la consistencia de "medir siempre lo mismo" o "estar midiendo algo constante", pero la fiabilidad por sí sola puede implicar que personas con el trastorno queden fuera de esa medición o personas son el trastorno queden dentro.

Respecto la validez (Psicometría (Psicología)), supone una gran critica de los trastornos: el DSM-IV-TR es según sus autores un libro de psiquiatría donde se enfatiza el aspecto estadístico, tal y como atestigua el título de la obra. Medir algo con fiabilidad no implica tener validez en lo medido, especialmente en la validez de constructo. Así, por ejemplo, unos ítems (criterios del trastorno, en este caso) que permitan medir con una alta fiabilidad el "Trastorno histriónico de la personalidad" no implica por sí solo que la categoría psicopatológica esté fundamentada en profundidad con una alta "validez de constructo". En este sentido, el propio DSM-IV-TR, en su apartado "Definición de trastorno mental", admite que estos carecen de una definición operacional y que dicha manifestación individual de disfunción se define mediante un cuadro clínico, cualquiera que sea su causa. Indagando aún más en las profundas diferecias entre validez y fiabilidad, la validez podría resumirse en "saber qué se está midiendo".

La diferencia entre el Trastorno por estrés postraumático y el Trastorno por Estrés Agudo es, únicamente, el criterio "tiempo": si los sintomas están presentes durante menos de un mes será Estrés agudo, más de un més Post-traumático. (Ref: DSM-IV-TR). ¿Por qué dos trastornos distintos se distinguen únicamente del criterio tiempo?. Otro problema añadido sería que no se sabrá si es un Estrés Postraumático hasta que pase el mes entero. Este tipo de metodología es conocida como Ad hoc y presenta serias críticas.

Un ejemplo más, especificado en el propio DSM-IV-TR, una fobia a las serpientes es sólo un trastorno en un país donde haya serpientes o si la persona está en contacto con estas, pero si el paciente vive en un país donde no hay serpientes y no estará en contacto con ellas, no hay trastorno, ya que no limita su vida. (Ref.: Explícitamente en el DSM-IV-TR). Luego, se deduce, "lugar donde vives" viene a ser el criterio que determinará si hablar de un trastorno o no.

Otra crítica importante de la validez consiste en las contradicciones que muestran la investigación en neurociencia. Los trastornos psiquiátricos han sido definidos antes de la extensa investigación en psicopatología y variables orgánicas. Actualmente, los datos relativos a trastornos mentales en endocrinología, neuroanatomía, neurotransmisotres u otras alteracions funcionales, todos estos datos, muestran algunas inconsistencias respecto a la organización actual de los trastornos. Para este apartado se recomiendo ver directamente los artículos sobre la evidencia biológica de cada uno de las "enfermedades mentales". Por citar un ejemplo entre tantos, parece ser que el Trastorno bipolar y la Esquizofrenia guardan cierta relación (Psicosis), a pesar de formar categorias psiquiátricas muy distintas (trastorno afectivo y trastorno psicótico, respectivamente). Lo cual indica pudieran replantearse las categorías actuales, ya que algunos datos biológicos suponen incongruencias con las categorías actuales; es decir, no tanto buscar evidencia biológica de los trastornos actuales, sino usar la evidencia biológica actual para construir, junto a otras disciplinas científicas, nuevas categorías (un proceso más inductivo, ya que el actual es más bien deductvo).

También hay problemas al usar criterios diagnósticos estandarizados en diferentes países, culturas, géneros o grupos étnicos. Los críticos frecuentemente alegan que las prácticas psiquiátricas dominadas por varones blancos occidentales son desventajosas, y que malentienden a aquellas de otros grupos. Por ejemplo, "varios estudios han mostrado que con frecuencia los afro-americanos son más diagnosticados de esquizofrenia que los caucásicos".

arropitalls
24-ago-2009, 03:17
La psiquiatría y la industria farmacéutica

Los psiquiatras prescriben psicofármacos para adultos y niños. La administración de estas drogas puede ser voluntaria o, en ciertas situaciones, involuntaria. Los psiquiatras afirman que buena parte de esos medicamentos tienen una eficacia probada al mejorar y tratar diversos trastornos mentales. Esto incluye la gama que va desde los diferentes psicofármacos referidos como antidepresivos y tranquilizantes hasta los antipsicóticos.

Por otra parte, un grupo minoritario de psiquiatras críticos, mantiene que sus colegas exageran la evidencia de la medicación y minimizan la evidencia de efectos adversos.[cita requerida]. Los críticos también se quejan de que a los pacientes no se les da la información debida o el consentimiento informado; que los medicamentos psiquiátricos de hoy día no parecen ser específicos para trastornos particulares de la manera en que la psiquiatría lo mantiene;3 y que las drogas no mejoran desequilibrios químicos en el cerebro sino más bien inducen indeseables efectos secundarios. Por ejemplo, los niños a los que se les administra metilfenidato (Ritalin/Rubifen/Concerta) y otros estimulantes son más obedientes y sumisos con sus padres y maestros.

La influencia de las compañías farmacéuticas es otro de los temas centrales en el movimiento antipsiquiátrico. La industria farmacéutica es una de las más poderosas desde el punto de vista económico, y como varios investigadores han argüido, existen muchos nexos entre la profesión, la industria farmacéutica e incluso la Administración de Alimentos y Medicinas estadounidense (FDA por sus siglas en inglés). Las compañías de psicofármacos habitualmente financian buena parte de la investigación conducida por psiquiatras; anuncian medicamentos en revistas especializadas y conferencias; financian organizaciones de salud y realizan presiones sobre médicos y políticos. La cantidad de prescripción de psicofármacos se ha incrementado de manera extrema desde los años cincuenta y no hay signos de que vaya a disminuir. Según un estudio de 2002 del NIMH, en los Estados Unidos los antidepresivos y los tranquilizantes se encuentran en la clase de medicamentos más vendidos, y los neurolépticos y otras drogas psiquiátricas también tienen un ranking alto, con ventas en expansión.

Como solución de este alegado conflicto de intereses, los críticos proponen legislar la separación entre la industria farmacéutica de la profesión psiquiátrica.

Merece mención, además, que desde ciertas posturas explicar el mecanismo de acción de un psicofármaco mediante explicaciones basadas en neurotransmisores no es, realmente y en su sentido literal, una explicación. El [cerebro] es algo parecido a una compleja sopa neuroquímica, donde cada neurona se ve influida por la acción de otras miles en porciones tiempo realmente cortas. Por ejemplo, se sabe que los más modernos antidepresivos (de inhibición selectiva)tardan unas semanas en hacer efecto, si bien no está explicado exactamente mediante qué proceso y por qué razón precisa exactamente ese tiempo. Por otro lado, que un trastorno este relacionado (correlación) con alguna excesiva actividad electroquímica por parte de la amígdala del cerebro no implica que deba necesariamente usarse psicofármacos. Practicar deporte o la psicoterapia puede, de hecho, contrarrestar dicha actividad electroquímica excesiva.

Electroshock

En contraste con otros profesionales de salud mental que usan la psicoterapia para problemas emocionales y desórdenes mentales, los psiquiatras pueden usar psicofármacos o intervenciones más controvertidas como el electroshock o la lobotomía.

A pesar de los efectos adversos, especialmente la pérdida de memorias, el uso del electroshock (también llamado terapia electroconvulsiva o TEC) es administrado en el mundo para diversos trastornos mentales.4 Unos 200.000 pacientes son tratados con TEC al año.5 Sin embargo, según el activista de salud Vernon Coleman, la práctica se encuentra ahora más limitada. "En los Estados Unidos el 92% de los psiquiatras no usan el TEC, y la ‘terapia’ es usada por una minoría de psiquiatras en otros países".6

Coleman es uno entre un número creciente de críticos que creen que la TEC es "una desgracia en psiquiatría y para la profesión médica en general" (Ibíd.). Max Fink, un psiquiatra, declaró en el número de enero/febrero de 1978 de Comprehensive Psychiatry que "las principales complicaciones del TEC son la muerte, el daño cerebral y de memoria y las convulsiones temporales", aunque también cree que "ha salvado muchas vidas".7 En el número de marzo de 1983 de Clinical Psychiatric News, el doctor Sidney Samant declaró: "La terapia electroconvulsiva puede, en efecto, ser definida como una manera controlada de daño cerebral producido por medios eléctricos". Sin embargo, en 2003 una revisión sistemática concluyó que, a pesar de sus riesgos, la TEC "es efectiva a corto plazo en el tratamiento de la depresión",8 aunque esta interpretación no siempre es compartida.9

La psiquiatría y la ley

Los psiquiatras suelen ofrecer testimonio sobre si un sujeto se encuentra mentalmente enfermo para enfrentar un juicio, la así llamada "defensa por insania". Algunos psiquiatras como Thomas Szasz increpan el derecho de los psiquiatras y del sistema jurídico para hacerlo. Desde los años sesenta Szasz ha contendido que, como la enfermedad mental es un concepto incoherente, la defensa por insania debiera abolirse. La mayoría de sus colegas no aceptan su punto de vista.

Mientras que la defensa por insania es tema de controversia como posible excusa de criminalidad, otros críticos alegan que el estar internado en un hospital psiquiátrico es peor castigo que las prisiones para criminales, dado que involucra el riesgo de drogadicción involuntaria con neurolépticos o tratamiento con electroshock.

Cabe mencionar que según el propio DSM-IV-TR, el diagnóstico de enfermedad mental no confiere por sí solo referencia a la capacidad del sujeto, en términos legales. Para ello es preciso un diagnóstico más profundo. Esto sucede porque el cuadro clínico que implica un diagnóstico psiquiátrico (trastorno) acepta variabilidad mediante diferentes criterios, lo cual no asegura determinadas características por el hecho de tener un determinado trastorno.

arropitalls
24-ago-2009, 03:19
Hospitalización involuntaria

La psiquiatría se encuentra a la cabeza en la práctica del cuidado en salud mental en pabellones psiquiátricos, u otros establecimientos médicos, usando coerción legalmente sancionada para admitir a individuos en contra de su voluntad. Los críticos señalan que esta práctica va en contra de uno de los principios rectores de las sociedades abiertas o libres: los principios de John Stuart Mill, tales como son presentados en su obra fundacional sobre el concepto de libertad. Mill arguye que la sociedad no debe usar la coerción para someter a un individuo mientras él o ella no dañe a otros. La hospitalización psiquiátrica involuntaria, aseveran los críticos, viola este principio. En contraste con la visión de Hollywood sobre los esquizofrénicos, la gente perturbada generalmente no es más propensa a la violencia que los individuos cuerdos (Monahan, 1992). La creciente práctica en el Reino Unido y en otros países sobre el llamado "cuidado en la comunidad" fue instituida en parte como respuesta a tales preocupaciones.

En casos de personas sufriendo de severas crisis psicóticas, las Soteria houses solía proveer, dicen los críticos, una alternativa más humanitaria y compasiva que la psiquiatría coercitiva. Las casas Soteria cerraron en 1983 debido a la falta de soporte económico. No obstante, recintos del tipo de Soteria houses se encuentran floreciendo en Europa, especialmente en Suecia y en otros países europeos del hemisferio norte.10

¿Hacia un Estado Terapéutico?

El "Estado Terapéutico" es una frase acuñada por el psiquiatra norteamericano Thomas Szasz en 1963. Estados Unidos, bajo la presidencia de George W. Bush, se encuentra planeando implementar una investigación a nivel nacional, el llamado Nuevo Comité de Libertad sobre Salud Mental, que buscará diagnosticar supuestos trastornos psiquiátricos en todos los residentes de la Unión.11 De ser aprobado por el Congreso e implementado, el proyecto tendría una significativa influencia de las compañías farmacéuticas. Quienes abogan por las libertades civiles advierten que el matrimonio entre el Estado y la psiquiatría podría tener consecuencias catastróficas para la civilización12 Szasz cree que debe existir un sólido muro entre la psiquiatría y el Estado.


Bibliografía

APA (2005). DSM-IV-TR. Manual Diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Barcelona: Masson. ISBN: 84-458-1087-1.
Froján Parga, María Xesús (2006). Tratando…depresión. Guía de actuación para el tratamiento psicológico. Madrid: Pirámide. ISBN 84-368-2076-2. - Desde un enfoque conductual, explica que en la depresión la tristeza es el propio síntoma, no consecuancia de una enfermedad: expone tratamientos psicológico.
González Pardo, Héctor; Pérez Álvarez, Marino (2007). La invención de trastornos mentales. Madrid: Alianza. ISBN: 978-84-206-4866-8. - Una obra maestra, expone de forma clara y concisa la cuestión de forma histórica, uso de psicofármacos, cómo se investiga en psicofarmacología (descubir antes el fármaco que el trastorno), la presión de las multinacionales farmaceuticas, etc.
John Read, Loren Mosher y Richard Bentall (eds.), Modelos de Locura (Herder 2006, 450 páginas) — este comprensivo tratado en el que contribuyeron veinticinco especialistas es el único libro en español crítico de la siquiatría con referencias bibliográficas actualizadas; incluye el modelo del trauma de la psicosis.
Monahan, J. (1992), "Mental disorder and violent behavior: perceptions and evidence", American Psychologist 47: 511-21.
Miller, Willianm R.; Rollnick, Stephen. (2003). La entrevista motivacional. Preparar para el cambio de conductas adictivas. Barcelona: Paidós. ISBN: 9788449307454 - No es necesario el uso de categorías para el tratamiento psicoterapéutico, de hecho que el paciente acepte el diagnóstico no es un buen predictor del éxito terapeutico.

cassandra
24-ago-2009, 08:46
No entiendo por qué dice eso de que sentir demasiada empatía tampoco es bueno, ¿es malo ponerse en el lugar de los demás para evitar un posible daño?

Y encima parece que hay más psicópatas (1%) que vegetarianos, por lo menos en España, que había un 0,4 % o algo así.

Como ya han dicho, no es que sea malo ser empático, es que todos los extremos son malos.

Yo conozco una persona demasiado empática, y créeme no es bueno para ella misma, el sentir hasta tal extremo el dolor de los demás hace que tenga dificultades para llevar adelante su propia vida. Una sola persona no puede cargar con el peso del mundo.

Está bien sentir el dolor de los demás para tratar de ayudarles en todo lo que esté en tu mano, pero todo tiene un límite, y también debemos mirar por nosotros mismos (sin caer en el otro extremo del egoísmo, claro, todo en su justo punto).

Hound
24-ago-2009, 09:00
Gran verdad, aunque nadie la quiera ver. Tras leerlo entero, hasta empiezo a sospechar de algunas personas que he llegado a conocer, por su forma de conseguir lo que quieren de los demás con tanta facilidad. Antes de leerlo, relacionaba más eso de los psicópatas con los esquizofrénicos, pero ya veo que son dos cosas muy distintas.


No entiendo por qué dice eso de que sentir demasiada empatía tampoco es bueno, ¿es malo ponerse en el lugar de los demás para evitar un posible daño?

Y encima parece que hay más psicópatas (1%) que vegetarianos, por lo menos en España, que había un 0,4 % o algo así.

Si todos tuviésemos demasiada empatía no habría ningún problema, pero como hay muy poca gente que la tenga, supongo que esa gente sería muy débil emocionalmente, y los demás se aprovecharían muy fácilmente de ellos a base de engaños. Aunque suene mal, para la gente "normal", la gente con empatía son lo que ellos llaman "pringaos". Imaginemos que se juntan una persona con mucha empatía y un psicópata de los que habla el artículo. Tener demasiada empatía supondría un peligro mucho mayor ante la gente que no la tiene, por eso supongo que el autor del artículo no recomienda tampoco el otro extremo. Pero eso pasa con casi todo, hay que tener cuidado con los extremos.

Saludos!

RespuestasVeganas.Org
24-ago-2009, 15:25
Yo conozco una persona demasiado empática, y créeme no es bueno para ella misma, el sentir hasta tal extremo el dolor de los demás hace que tenga dificultades para llevar adelante su propia vida. Una sola persona no puede cargar con el peso del mundo.

Está bien sentir el dolor de los demás para tratar de ayudarles en todo lo que esté en tu mano, pero todo tiene un límite, y también debemos mirar por nosotros mismos (sin caer en el otro extremo del egoísmo, claro, todo en su justo punto).

Estoy de acuerdo. Yo creo que quien carga con todo el peso del mundo acaba mal psicológicamente o acaba siendo un mártir, y no me refiero a los que mueren asesinando sino a los que son asesinados por ser demasiado buenos.

Vega26
24-ago-2009, 19:31
A veces pienso que la gente del foro responde sin leer el post entero...vaya pena!

etznab
24-ago-2009, 20:31
se puede decir entonces que en muchos casos el hecho de ser psicopata va de la mano de la ambicion.
Si hablamos de politicos psicopatas tal vez son impulsados por la ambicion de dinero, de poder. Al igual que uno que estafa a miles de inversores.
Puede haber algun otro desequilibrio, pero la ambicion tambien puede ser generador.

Vega26
24-ago-2009, 20:34
La psiquiatria promueve una sociedad perfecta y fuera de ella todo es llamado enfermedad...