GATO GRIS
13-jul-2009, 22:39
Manuela querida, te explico :o
Pilar Rahola | 10/07/2009 | Actualizada a las 23:29h | Ciudadanos
A pesar de la cruenta imagen de los Sanfermines. A pesar de no imaginar dónde nace el placer del sufrimiento, en qué lugar concreto del alma, un ser humano puede reír y festejar mientras otro ser vivo sufre intensamente. A pesar de amar esa tierra navarrica que es la tierra de mi marido, pero sin entender una tradición que tortura animales y pone en riesgo vidas humanas. A pesar de considerar que las fiestas veraniegas de muchos pueblos españoles son una fuente de vergüenza y barbarie. A pesar de sentir una repugnancia profunda, un asco intenso, por el festejo del toro de Coria, cuyo salvajismo ensucia a todo un país. A pesar de lo mucho que me duele el dolor de esos animales, no pensaba escribir este artículo. Expresé lo que sentía cuando hablé del paseo chulesco de Tomás por Barcelona, y los conceptos, por tanto, parecían claros. Sin embargo, a tenor de unos comentarios de Manuela de Madre, y a tenor, también, de algunas respuestas histéricas, cuya mezcla entre el "patriotismo español" más colonial y el toreo castizo ha llegado al delirio, veo la necesidad de puntualizar algún aspecto que, quizás, di por sobreentendido. Hablemos, pues, con Manuela de toros, torturas varias y otras fiestas del montón.
PALABRAS CLAVE
Manuela, Companys, Sanfermines, Barcelona, Lluís Companys, Olot, Zaragoza, Córdoba, Madrid, Coria
Estimada Manuela de Madre, acabas de descubrir que Lluís Companys era un aficionado a los toros, y has sentido la necesidad de decirlo urbi et orbi, no fuera caso que perdieras la oportunidad de pasar inadvertida. Quizás es tu tendencia al abrazo cósmico, ese que te convierte en una especie de madre de la Catalunya toda, o quizás te gustan los toros, pero estás en el armario, fina conocedora de las reglas del populismo. Y en estas tierras sabes que el toreo no es muy popular. Sea como sea, creo que basas en una tremenda confusión el debate pertinente. No se trata de que el toreo sea catalanísimo y que recordemos todo el rollo de la plaza de Olot, Companys y etcétera.
Evidentemente, en Catalunya se torturan animales brutalmente, se perpetra la maldad del toro ensogado y del toro de fuego, se abandonan y matan mascotas y a una minoría le gusta el toreo. Sí. ¿Y? Este no es un debate sobre España, aunque así lo creyera Tomás cuando vino a chulear –con sangre– a Barcelona. Lo planteamos aquí, porque aquí vivimos, pero es el mismo debate en Córdoba, en Madrid, en Zaragoza, en todos los lugares donde el toreo empieza a ser visto como lo que es: la expresión pública de una maldad colectiva. La cuestión, estimada Manuela, es dónde quieres situarte. En el lugar del mundo donde se aplaude la crueldad contra los animales, o allí donde emerge el sentimiento de respeto, caridad y sensibilidad. No hay medias tintas, querida. Así que deja a Companys tranquilo, y defínete a ti misma. ¿Aún te sientes madre de los catalanes, o empiezas a sentirte madrastra?
Pilar Rahola | 10/07/2009 | Actualizada a las 23:29h | Ciudadanos
A pesar de la cruenta imagen de los Sanfermines. A pesar de no imaginar dónde nace el placer del sufrimiento, en qué lugar concreto del alma, un ser humano puede reír y festejar mientras otro ser vivo sufre intensamente. A pesar de amar esa tierra navarrica que es la tierra de mi marido, pero sin entender una tradición que tortura animales y pone en riesgo vidas humanas. A pesar de considerar que las fiestas veraniegas de muchos pueblos españoles son una fuente de vergüenza y barbarie. A pesar de sentir una repugnancia profunda, un asco intenso, por el festejo del toro de Coria, cuyo salvajismo ensucia a todo un país. A pesar de lo mucho que me duele el dolor de esos animales, no pensaba escribir este artículo. Expresé lo que sentía cuando hablé del paseo chulesco de Tomás por Barcelona, y los conceptos, por tanto, parecían claros. Sin embargo, a tenor de unos comentarios de Manuela de Madre, y a tenor, también, de algunas respuestas histéricas, cuya mezcla entre el "patriotismo español" más colonial y el toreo castizo ha llegado al delirio, veo la necesidad de puntualizar algún aspecto que, quizás, di por sobreentendido. Hablemos, pues, con Manuela de toros, torturas varias y otras fiestas del montón.
PALABRAS CLAVE
Manuela, Companys, Sanfermines, Barcelona, Lluís Companys, Olot, Zaragoza, Córdoba, Madrid, Coria
Estimada Manuela de Madre, acabas de descubrir que Lluís Companys era un aficionado a los toros, y has sentido la necesidad de decirlo urbi et orbi, no fuera caso que perdieras la oportunidad de pasar inadvertida. Quizás es tu tendencia al abrazo cósmico, ese que te convierte en una especie de madre de la Catalunya toda, o quizás te gustan los toros, pero estás en el armario, fina conocedora de las reglas del populismo. Y en estas tierras sabes que el toreo no es muy popular. Sea como sea, creo que basas en una tremenda confusión el debate pertinente. No se trata de que el toreo sea catalanísimo y que recordemos todo el rollo de la plaza de Olot, Companys y etcétera.
Evidentemente, en Catalunya se torturan animales brutalmente, se perpetra la maldad del toro ensogado y del toro de fuego, se abandonan y matan mascotas y a una minoría le gusta el toreo. Sí. ¿Y? Este no es un debate sobre España, aunque así lo creyera Tomás cuando vino a chulear –con sangre– a Barcelona. Lo planteamos aquí, porque aquí vivimos, pero es el mismo debate en Córdoba, en Madrid, en Zaragoza, en todos los lugares donde el toreo empieza a ser visto como lo que es: la expresión pública de una maldad colectiva. La cuestión, estimada Manuela, es dónde quieres situarte. En el lugar del mundo donde se aplaude la crueldad contra los animales, o allí donde emerge el sentimiento de respeto, caridad y sensibilidad. No hay medias tintas, querida. Así que deja a Companys tranquilo, y defínete a ti misma. ¿Aún te sientes madre de los catalanes, o empiezas a sentirte madrastra?