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Ver la versión completa : La solución de Peter Singer a la pobreza en el mundo



erfoud
06-abr-2007, 17:35
Es algo largo, pero os aseguro que si lo leéis con atención, es uno de los artículos más impactantes con los que os toparéis jamás. Una auténtica bofetada para nuestras conciencias. Yo lo acabo de leer dentro del libro:"writings on an ethical life" (Peter Singer) , lo he buscado en Internet en Español, y ahí lo tenéis.Y cada uno que saque sus propias conclusiones...
Y a propósito, esto viene bien para demoler la ocurrencia de que uno no debe preocuparse por el bienestar animal, habiendo tantos seres humanos que sufren; no creo que haga falta recordar que Singer es el autor de "Liberación Animal" y a la vez destina más dinero al 3er Mundo (un 20% de sus ingresos!) que el 99%de sus congéneres. Sin comentarios.
Bueno, ahí os lo dejo.Leedlo, porfa!


LA SOLUCIÓN DE PETER SINGER A LA POBREZA MUNDIAL(1)
1. Ricos y pobres
En el mundo actual hay mucha gente que "posee en superabundancia". Lo que quiero decir con esto, es que una vez satisfechas sus necesidades - de alimentación, techo, calefacción, vestimenta, salud y educación, tanto para ellas como para sus hijos, así como ciertas previsiones para las necesidades que pudieran presentarse en el futuro – les sobra dinero para cosas que no constituyen necesidades, por más que despleguemos nuestra imaginación. Si tienes dinero de sobra para gastar en buenos restaurantes, conciertos, viajes de vacaciones, discos compactos y para vestirte a la moda, en una palabra, eres rico. Tomás de Aquino nunca se hubiera podido figurar el tipo de riqueza que muchas personas tienen hoy en día – piensa simplemente en lujos como la calefacción y el aire acondicionado centrales, frutas exóticas frescas tanto de países templados como tropicales entregadas en la puerta de tu casa, o poder visitar todas las maravillas del mundo.
Si los ricos son mucho más ricos que lo que persona alguna del siglo trece hubiera podido imaginar, sin embargo, los ingredientes esenciales de la pobreza siguen siendo los mismos. Al igual que en aquellos tiempos, los pobres son aquellos que no tienen medios suficientes como para satisfacer siquiera las necesidades más básicas, por ejemplo la comida, el techo y el vestido. ¿ Podríamos acaso agregar que hoy en día carecen además de recursos para obtener una mínima asistencia de la salud, o proporcionarle una educación a sus hijos? En la actualidad existen más de mil millones de esas personas "absolutamente pobres", que viven con no más de 1 U$ al día. Están los absolutamente pobres – es decir, pobres no sólo en relación a otros con los que se pueden comparar; sino en función de un criterio eterno y absoluto que tiene que ver con las necesidades humanas más básicas.
¿Qué actitud deben tener los ricos hacia los pobres? ¿Si hubiese algo que estuvieran obligados a hacer, qué sería? En este artículo plantearé que nuestras actitudes corrientes establecen distinciones indefendibles y que tienen que cambiar. Para hacerlo, presentaré un argumento que ya he planteado anteriormente, en un artículo en el New York Times, y luego pasaré en consideración algunas objeciones que le han sido hechas a este argumento.
2. ¿La vida de niño o un nuevo aparato de televisión?
En la película brasileña Estación central, Dora es una maestra retirada que se gana modestamente la vida en la estación, escribiendo cartas para personas analfabetas. De pronto, se le presenta la oportunidad de ganar $1000. Lo único que tiene que hacer es convencer a un niño abandonado de nueve años de que la siga hasta una dirección que le dieron. (Le han dicho que sería adoptado por unos ricos extranjeros) Entrega al niño, recibe el dinero, gasta una parte en un aparato de televisión y se instala a disfrutar de su nueva adquisición. Sin embargo, su vecina le echa a perder el buen humor al contarle que el niño es demasiado grande para ser adoptado – le dice que lo matarán y venderán sus órganos para transplantes. Quizá Dora por sí sola hubiera podido estar consciente de esa posibilidad, pero la descartó de su mente. Sin embargo después de lo que la vecina le dijo claramente, no logra dormir. Por la mañana se dispone a recuperar el niño.
Imagina si en vez de tratar de salvar al niño de ese destino, Dora le hubiera dicho a su vecina que este es un mundo difícil, que ella quiere un aparato de televisión, y que la venta del niño es lo único que le permite tener uno, que al fin de cuentas no era más que un niño de la calle, y que quien sabe, tal vez, después de todo, alguien lo adopte. Para los espectadores se hubiese transformado en una persona desalmada y egoísta, carente de toda conciencia y sentido moral. Se redime únicamente al prepararse a correr grandes riesgos para salvar al niño.
Al finalizar la película, en los cines de todas las naciones prósperas del mundo, esas personas que rápidamente habrían condenado a Dora si no hubiese regresado a rescatar al niño, vuelven a su casa, a sitios mucho más confortables que el apartamento de Dora. Conforme al standard que describí hace un momento, esa gente es rica. La familia promedio en los Estados Unidos gasta alrededor de la tercera parte de su ingreso en cosas que no son más necesarias para ellos, que lo que era el aparato de televisión para Dora. Pero también es cierto que Brasil y otros países de América latina, que tienen gran cantidad de gente absolutamente pobre, tienen también otra gente que es absolutamente rica. El dinero que los ricos gastan en lujos podría ser donado a una serie de agencias voluntarias, lo que para los niños necesitados significaría la diferencia entre la vida y la muerte.
Todo esto hace que uno se pregunte: ¿en última instancia, qué diferencia hay entre un brasileño que vende a un niño abandonado a personas que podrían ser traficantes de órganos y aquel que ya posee su aparato de televisión y lo cambia por uno mejor – sabiendo que ese dinero podría donarse a una organización que lo usaría para salvar la vida de los niños de la calle de Brasil?
Inmediatamente nos vendrán a la mente algunas diferencias. Para poder entregar a un niño que está justo ante ti a personas que podrían matarlo es necesario ser un tanto frío y despiadado. Resulta mucho más fácil ignorar un pedido de dinero para ayudar a un niño que nunca conociste. Por lo tanto, si el resultado que tiene el hecho de que una persona rica deje de donar su dinero, es que un niño más muera en las calles de una ciudad brasileña, en cierto modo, es tan malo como vender un niño a traficantes de órganos. En definitiva, resulta incongruente condenar tan rápidamente a Dora por entregar al niño a posibles traficantes de órganos, y no considerar al mismo tiempo, que la conducta de la persona rica plantea un tema moral grave.

erfoud
06-abr-2007, 17:40
3. ¿Es acaso diferente nuestra situación?
Permítanme considerar algunas diferencias posibles entre nuestra situación y la de Dora.
1. La gente rica que no contribuye con los pobres no está causando activamente sus muertes. En cambio Dora, al vender al niño a los que podrían matarlo, contribuye de manera activa.
La sensación que tenemos de que disfrutar de todo el lujo que nuestra riqueza pueda comprar es una forma aceptable de vivir se basa ampliamente en la idea de que, en tanto el matar es algo muy malo, nosotros no estamos en obligación de salvar a personas cuyas vidas están en peligro. ¿Pero, es esto correcto? En su libro Living High and Letting Die, el filósofo americano Peter Unger presenta una serie ingeniosa de ejemplos imaginarios concebidos para mostrar que a menudo estimamos que un individuo comete una falta grave si permite, a sabiendas, que alguien muera, aunque sea por omisión y no por acción. La siguiente es mi paráfrasis de uno de estos ejemplos:
Bob está próximo a su retiro. Invirtió la mayor parte de sus ahorros en un automóvil muy raro y costoso, un Bugatti, que no ha podido asegurar. El Bugatti es su orgullo y su alegría. Además del placer de conducirlo y cuidarlo, Bob sabe perfectamente que su valor aumenta en el mercado y que todavía podrá venderlo y vivir confortablemente después de retirarse. Un día, cuando Bob sale a pasear, estaciona el Bugatti cerca del final de una playa de desvío de trenes en desuso y se baja a caminar por la vía. Cuando se ha bajado, ve que un tren sin nadie a bordo viene bajando por la vía. Al observar más atentamente, ve la pequeña figura de un niño jugando en un túnel, que muy probablemente será atropellado por el tren. No puede detener al tren y el niño está muy lejos como para advertirle del peligro, pero podría mover una palanca que desviaría al tren hacia donde está estacionado el Bugatti. Así nadie moriría, pero como la barrera que está al final de la vía está en mal estado, el tren destruiría a su Bugatti. Pensando en la alegría que constituye para él el poseer ese auto y la seguridad financiera que representa, Bob decide no mover la palanca. El niño muere. Pero por largos años Bob disfruta de su Bugatti y de la seguridad financiera que representa.
La mayoría de nosotros diría que la conducta de Bob es seriamente censurable. Estoy de acuerdo, pero, ¿ acaso podemos considerar que estuvo muy mal que Bob no moviera esa palanca para desviar al tren y salvar la vida del niño, y que no está mal que la gente rica decida no ayudar a personas que viven en una pobreza extrema? Al enviar dinero a una organización que trabaje en el alivio de la pobreza podemos salvar una vida humana, mediante un sacrificio mucho más pequeño que el que Bob debía realizar en el ejemplo que acabo de dar. De hecho, Unger calcula que una donación de U$ 200 es suficiente para salvar la vida de un niño.
2. Si donamos a una agencia que ayuda a la gente más pobre del mundo, no podemos estar seguros de que la ayuda llegue realmente a la gente que la necesita.

Nadie que conozca el mundo de la asistencia internacional puede dudar de que exista esa incertidumbre. Pero esa cifra de 200 U$ que Unger estableció para salvar la vida de un niño, fue calculada después de hacer hipótesis conservadoras acerca de la proporción de dinero donado que llega realmente a su objetivo. De todas maneras, también existe algo de incertidumbre en las situaciones de Bob y de Dora. En el caso de Bob, si mueve la palanca sin duda destruirá su Bugatti, pero si no hace nada, podría ser que el niño fuera lo suficientemente rápido y despierto como para pegarse a la pared del túnel y salvarse. Dora no estaba totalmente segura de que el niño iba a ser sacrificado por sus órganos, en vez de ser adoptado. Es decir que en ninguno de estos casos existe la certeza de que entregar el dinero, o sacrificar el automóvil o la tele, tendrá un resultado positivo.
3. Tanto Dora como Bob se encuentran ante un dilema en lo referente a un niño. Esa no es nuestra situación. Si damos ahora 200U$ para salvar a un niño, todavía existirán otros niños que necesitan ser salvados. El argumento puede repetirse una y otra vez, hasta que nos encontremos nosotros mismos en la línea de pobreza. Esto hace a nuestra situación diferente de la de Dora y Bob.

En el mundo real existen millones de niños, y también de adultos, que requieren nuestra ayuda, así que tienen derecho a decir que con entregarles U$ 200 no se acaban nuestras obligaciones. Pero piensa en cuánto calcula perder Bob, mientras considera mover la palanca. El automóvil es su orgullo y su alegría, y representa virtualmente todos sus ahorros. Aunque dijéramos que nadie está obligado a hacer un sacrificio acumulativo tan grande, como lo es la pérdida del automóvil para Bob, esto es bastante compatible con la gente que holgadamente puede asumir la obligación de dar mucho, mucho más que U$200. El sacrificio de Dora, en relación a su nivel, es más significativo que una donación de U$200 y hasta de U$1000 para alguien que vive muy cómodamente, en medio de una comunidad adinerada.

erfoud
06-abr-2007, 17:41
3 Parte
4. Establecer un standard demasiado alto es utópico y hasta puede ser contraproducente. Corremos el riesgo de que la gente se encoja de hombros y diga que la moralidad, concebida de ese modo, está bien para los santos pero no para ellos.
No hay posibilidad de que en un futuro cercano o incluso a mediano plazo podamos ver un mundo en el que sea normal de que los ricos ofrezcan buena parte de su riqueza para ayudar a extraños. Cuando se trata de elogiar o condenar a las personas por lo que hacen, tendemos a utilizar un criterio relacionado con cierta concepción de lo que es una conducta normal. En muchas comunidades, las personas ricas que dan, digamos, un 10 por ciento de su ingreso para ayudar a los pobres, le llevan tanto la delantera a virtualmente todas sus contrapartes igualmente ricas, que no voy a detenerme a condenarlos por no hacer algo más. Sin embargo, no están en posición de criticar a Bob por no lograr hacer el sacrificio mucho mayor de su Bugatti, o a Dora por vender al niño, y esto sugiere que en cierto sentido, realmente tendrían que hacer algo más.
5. Si cada ciudadano que viviera en las naciones ricas contribuyera con su parte, no sería necesario un sacrificio drástico, porque mucho antes de haber alcanzado ese tipo de niveles, habrían habido recursos para salvar las vidas de los niños que mueren por falta de alimentación o de asistencia médica. ¿Entonces, por qué debe cada uno debe sentirse obligado a dar algo más que una contribución razonable?
El tema de cuanto debemos dar es una cuestión que hay que decidir en el mundo real - y éste, lamentablemente, es un mundo en el que sabemos que la mayoría de la gente no da montos substanciales a las agencias internacionales de ayuda, y no lo hará tampoco en un futuro inmediato. Así, sabemos que el dinero que podemos dar más allá de la "contribución razonable" teórica, permitirá salvar vidas que de otro modo no serán salvadas. Aunque la idea de que nadie necesita hacer algo más que brindar su contribución razonable es muy poderosa, ¿acaso prevalecería si supiéramos que otros no están dando su contribución razonable, y que habrá niños que morirán de muertes evitables a menos que demos algo más que nuestra contribución razonable? Esto implicaría llevar lo razonable demasiado lejos – y Aquino, Ambrosio y Graciano están aparentemente de acuerdo, ya que dicen que debes dar lo que tienes en superabundancia y no simplemente una contribución razonable hipotética, que resultaría suficiente si otros también dieran.
Sería ciertamente mejor que los gobiernos aumentaran sus asignaciones para la ayuda externa, ya que esto distribuiría el peso de manera más equitativa entre todos los contribuyentes. Lamentablemente, en los últimos veinte años el monto que los gobiernos de las naciones desarrolladas le han asignado a la ayuda externa ha descendido y la mayoría de los países están más lejos que nunca de alcanzar el objetivo de las Naciones Unidas del 0,7% del Producto Nacional Bruto. En particular, el monto de ayuda externa que dan los Estados Unidos es una miseria – sólo el 0,1%del PNB, es decir el porcentaje más bajo de todos los países de la OCDE, y en términos absolutos de dólar, es un monto menor al dado por Japón, a pesar de que la economía de los Estados Unidos es mucho mayor que la de Japón. Además, incluso dentro de este monto miserable, los mayores beneficiarios no son los países más pobres del mundo, sino Israel, un país que tiene un ingreso promedio que lo ubica entre las 20 naciones más ricas del mundo.
6. Si cada uno diera un monto substancial de sus ingresos, en vez de gastarlo en bienes de consumo, habría menos empleo y la economía sufriría.. Por lo tanto, los pobres estarían peor y no mejor.

Como respuesta a lo que indica esta objeción, le diría que si cada uno diera realmente un monto substancial de dinero, el monto que necesitaríamos dar sería mucho menor. Si todos, o gran parte, de los ricos cumplieran con su parte, no harían falta enormes sacrificios para terminar con la pobreza absoluta. Como señaló Thomas Pogge, pensamos que será necesaria una suma enorme de dinero, porque sabemos que los pobres son muchos –alrededor de la cuarta parte de la población del mundo, es decir mil quinientos millones de personas. Pero nos olvidamos de que la diferencia de ingreso entre los ricos y los pobres es inimaginablemente acentuada:

El ingreso agregado del cuartil de los más pobres es menor al 0,7% del producto social mundial, menos de $210 mil millones entre cerca de 30 billones. Si hubiera un cambio en la distribución del ingreso mundial que duplicara (o triplicara) sus ingresos, totalmente a nuestras expensas, aún así sería bastante ínfimo. Sólo reduciría el décimo superior de los ingresos en un mero 1 o 2 por ciento – lo que difícilmente represente una seria amenaza para nuestra cultura y estilo de vida.

Por otra parte, cualquier impacto adverso sobre la economía se equilibraría por el hecho de que gran parte de la gente que haya podido salir de la pobreza absoluta podrá, con una mejor educación y formación, volverse autosuficiente y eventualmente entrar a su vez en el mercado mundial como consumidores.
7. El brindarle apoyo a los pobres no los ayuda, porque crea una relación de dependencia, les quita el incentivo a trabajar, y en países que ya están superpoblados no haría sino exacerbar el problema de la población.

Esta es una objeción práctica que se aplica a algunos tipos de ayuda, pero no a otros. Ciertamente el brindar apoyo alimentario es un último recurso, a ser utilizado en situaciones de extrema emergencia. Pero ayudar a las personas a transformarse en empresarios en pequeña escala, o brindarle a los pueblos agua potable, una escuela, asistencia básica de la salud, es algo diferente. Les da la habilidad de volverse autosuficientes, de trabajar por mejorarse a sí mismos. En cuanto a la cuestión de la población, es un error pensar que la única manera de reducir la fertilidad es dejar que la gente padezca hambre. Por el contrario, el único factor que muchos estudios diferentes han demostrado que se correlaciona mejor con una reducción de la fertilidad es el mejoramiento del nivel de educación y particularmente de la educación de las mujeres.

erfoud
06-abr-2007, 17:41
FINAL (ánimo!)
4. La necesidad de una nueva (o vieja) actitud hacia la pobreza

Los ejemplos de Dora y Bob muestran que nuestras ideas corrientes acerca de lo que los ricos le deben a los pobres no están en armonía con nuestras otras ideas sobre lo que se requiere para salvar la vida de un niño. Ninguna de las objeciones que he considerado indica de manera convincente que la diferencia entre la situación de Dora o Bob y nuestra propia situación sea suficiente como para impedirnos llegar a la conclusión de que no es correcto que gastemos dinero en lujos, mientras otros padecen hambre. Nuestras actitudes hacia la pobreza tienen que cambiar -no hacia algo totalmente nuevo, sino hacia algo más semejante a lo que citamos al comienzo, las actitudes de Ambrosio, Graciano y Tomás de Aquino. Aunque no acepto las bases religiosas y Aristotélicas en que se fundamenta Tomás de Aquino, acepto su conclusión de que "aquello que un hombre tenga en superabundancia, por derecho natural, debe dárselo al pobre para su sustento ", porque en la ética utilitaria que sostengo, las necesidades tienen prioridad por encima del deseo de lujo. Extrañamente, en lo que se refiere a este tema vital, esto me convierte en un mejor cristiano que muchos obispos y cardenales. Corren a condenar el aborto –un dilema moral que ninguno de ellos tendrá que enfrentar jamás- pero violan abiertamente las enseñanzas de sus propios santos sobre lo que el rico le debe al pobre, viviendo lujosamente en forma cotidiana. Afirman que está mal matar a un "niño no nacido", independientemente de las razones que pueda tener la madre para no desear proseguir un embarazo, pero ellos mismos permiten que mueran niños ya nacidos, amados y deseados por sus padres, cuando podrían evitarse esas muertes.
En algunos círculos hay ya señales de un cambio de actitud. En la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas, realizada en Nueva York en Septiembre de 2000, el Presidente sudafricano Thabo Mbeki hizo una vigorosa alocución en la que dijo que "los pobres del mundo se paran en la puerta de mansiones y palacios confortables, ocupados por todos los reyes y reinas, presidentes y primeros ministros que tienen el privilegio de asistir a este encuentro único." No se informó que los líderes invitaran a los sin techo a ocupar sus cuartos de huéspedes vacíos, pero la Asamblea General aprobó una declaración estableciendo una serie de objetivos ambiciosos pero específicos para el año 2015. El más importante fue el de reducir a la mitad la proporción de la población mundial que padece de hambre y que carece de agua potable para beber.
Otros de los que hablaron con una nueva visión fueron los directivos del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, En Praga, el presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn dijo :
Hoy en día el 20 por ciento del mundo controla el 80 por ciento del producto interno bruto. Se logró una economía de 30$ billones de los cuales $24 billones corresponden a los países desarrollados. El ingreso de los 20 que se encuentran arriba, es 37 veces mayor que el de los 20 de abajo, y en la última década esta cifra se duplicó. Estas iniquidades no pueden existir.
Lamentablemente esas iniquidades pueden existir y de hecho existen. La cuestión es qué se puede hacer con ellas. Ultimamente, las instituciones como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo le han dado mayor prioridad que en el pasado a detener la iniquidad. Ciertamente, desde un punto de vista ético, esa es la estrategia correcta. Es de importancia vital que esas organizaciones se aseguren de que lo que están haciendo producirá una diferencia para la gente más pobre del mundo. En el pasado, a menudo los esquemas amplios favorecieron no a los más pobres, sino a los que forman parte del problema. Es más difícil asegurar que la asistencia beneficie realmente a los más necesitados y requiere un trabajo más intenso. Así como Dora, en un comienzo pudo evitar pensar demasiado en lo que podría ocurrirle al niño, siempre podemos convencernos a nosotros mismos de que las cosas que son de nuestro propio interés, son también lo mejor para todos. Pero con frecuencia ese no es el caso. Dora representa una advertencia para aquellos que tienden a tomar el camino fácil del autoengaño. Cada agencia importante de desarrollo necesita un amigo como la vecina de Dora – alguien que la fuerce a tener una visión rigurosa y autocrítica del impacto real que tiene su trabajo sobre la gente que más necesita de su ayuda. De otro modo, una agencia de desarrollo, al igual que Dora, puede transformarse en cómplice de algo que tiene que ver con la injusticia y la explotación.
5. Unas últimas palabras : Lo político y lo personal
Horst Köhler, el nuevo director administrativo del FMI dijo recientemente: "Tenemos que detener el egoísmo de los países ricos. Se trata de una cuestión moral."
Köhler está en lo correcto, se trata de una cuestión moral. Pero la moral no solo es tema para las naciones y no es sólo el egoísmo de las naciones ricas lo que debe combatirse. La nueva ética debe sentirse en todos los niveles, desde las instituciones financieras internacionales, hasta las naciones y los individuos. Aquellos que deciden el destino de millones de personas que viven en la pobreza absoluta deben demostrar una actitud hacia la iniquidad y el egoísmo en sus propias vidas. Tienen que mostrar claramente que les parece reprobable que alguien viva en el lujo, mientras otros están en la extrema pobreza. Por supuesto, los líderes no pueden vestir con harapos y vivir en barrios marginales. Tienen que poder hacer su trabajo, recibir visitantes, comunicar rápidamente, garantizar la seguridad de su personal y representar a su país en público. Necesitan los equipos y el entorno que les permita hacerlo lo más eficientemente posible. Nada de eso es superabundancia. Pero no necesitan caviar en sus recepciones, ni pasear en limosinas, ni vivir en palacios. Si compartieran su superabundancia con los hambrientos, su expresión de deseo de acabar con la pobreza se volvería por fin creíble. Una vez que esto ocurra, todo es posible.

Bastet
06-abr-2007, 20:32
Me lo he pasado a un doc de word y lo imprimo para leerlo con calma. Ya te contaré.
Gracias por tus esfuerzos y paciencia en colgarnos estas cosas, eres un encanto.
Rosa

sujal
07-abr-2007, 07:29
"Aquello que un hombre tenga en superabundancia, por derecho natural, debe dárselo al pobre para su sustento ", porque en la ética utilitaria que sostengo, las necesidades tienen prioridad por encima del deseo de lujo.


6. Si cada uno diera un monto substancial de sus ingresos, en vez de gastarlo en bienes de consumo, habría menos empleo y la economía sufriría.. Por lo tanto, los pobres estarían peor y no mejor.

¿Qué anteponemos primero, ese derecho natural a la vida de toda persona o el derecho (que casi se convierte en deber) a consumir para que tengamos nosotros garantizado bienes de "segundo y tercer orden"? ¿Nos importa acaso que los pobres estén peor o realmente lo que nos importa es que exista la posibilidad de que nosotros tengamos que apretarnos un poco en cosas innecesarias?


Este razonamiento lo escuché hace poco en la radio. Pienso que anteponer las garantías de buen funcionamiento de un sistema económico para una parte del mundo a las necesidades básicas de supervivencia de muchas personas, es ciertamente, egoista. Eso para empezar, aparte de que el texto deja claro que la renta donada no afectaría a los bienes de consumo y, a la larga, podría incomporar a los pobres a la actividad económica.

Si realmente constituyera una amenaza para nuestro estado de bienestar, creo que entonces tendráimos que ir pensando en tirar el sistema económico que mantenemos a la letrina. Yo, creo más bien, que siendo las riquezas limitadas, unos tenemos mucho y otros muy poco o nada. Es otra verdad incómoda (como la de Gore), que deberíamos reducir nuestro gasto energético por habitante y desanimar el consumo por el consumo como fin en sí mismo. Verdaderamente, he de decir, que también debemos reorientar nuestros criterios de consumo con más ahínco y la iniciativa está, en primera instancia, en cada ciudadano.

Ecomobisostrans
11-jun-2014, 21:37
Peter Singer estará en Barcelona el 25 y 26 de junio !!!

El miércoles 25 de junio, después de la conferencia del profesor Singer, Jordi Roglá (Director de Cáritas Diocesana de Barcelona), Marga León (investigadora del IGOV) y un servidor, debatiremos sobre la pobreza y su consideración en nuestra sociedad .

Miércoles, 25 de junio de 2014
18:00 h. Bienvenida y presentación. Victoria Camps, presidenta de la Fundación Víctor Grífols i Lucas.
18:15 h. Conferencia: "Doing the Most Good: The Effective altruismo Movement", Peter Singer *
19:00 h. Pausa café.
19:30 h. Mesa redonda donde participarán:
Albert Sales, profesor de ciencias políticas y sociales de la Universidad Pompeu Fabra
Jordi Roglá, director de Cáritas

20:30 h. Debate

Jueves 26 de junio de 2014
18:00 h. Bienvenida y presentación Victoria Camps, presidenta de la Fundación Víctor Grífols i Lucas
18:15 h. Conferencia: "Liberación animal: Past, Present and Future" Peter Singer *
19:00 h. Debate

* Se ofrecerá traducción simultánea inglés-catalán


Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB)
Auditorio
c / Montalegre, 5 Barcelona

INSCRIPCIONES
Inscripciones en la agenda agenda (http://www.fundaciogrifols.org/portal/ca/2/agenda) (25 y 26 de junio).

Programa: http://www.fundaciogrifols.org/collage/images/potter/tempFiles/potterTmpFile_uuid_482182/programa_cat2506.pdf

http://albertsales.wordpress.com/2014/06/11/conferencia-de-peter-singer-i-taula-rodona-amb-jordi-rogla-marga-leon-i-albert-sales/

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Para entender mejor la obra de este personaje tan interesante sería bueno que juntásemos este hilo con los otros que hablan de él, pues cada uno muestra una parte diferente que a la vez se complementan:

http://www.forovegetariano.org/foro/showthread.php?12219-Liberaci%F3n-Animal-de-Peter-Singer
http://www.forovegetariano.org/foro/showthread.php?12423-Liberaci%F3n-Animal-Peter-singer-un-programilla
http://www.forovegetariano.org/foro/showthread.php?6098-Religi%F3n-y-los-animales
http://www.forovegetariano.org/foro/showthread.php?9390-A-la-poblaci%F3n-no-le-interesa-conocer-el-sufrimiento-de-los-animales-que-se-come

Ecomobisostrans
22-jun-2014, 17:39
^^^ Es dentro de 3 días !!!

Entrevista de 3 minutos en Catalunya Radio (en catalán) http://www.catradio.cat/audio/823953/Tenim-loportunitat-de-deixar-de-consumir-animals-que-els-nostres-avantpassats-no-van-tenir

Ecomobisostrans
06-jul-2014, 18:39
ONVERSACIONES SOBRE EL MUNDO QUE VIENE
Peter Singer: "Que las ONG sean efectivas es también una cuestión moral"
El filósofo australiano y profesor de bioética en Princeton es uno de los líderes de opinión en el mundo más influyentes. Con Liberación animal lidera el movimiento contra el sufrimiento de los animales
CARLES CAPDEVILA / Foto: Pere Tordera | Actualizada el 06/07/2014 12:00

Lo recomiendo 3 0 Comentarios Ampliar fuente Reducir fuente
Peter Singer (Melbourne, Australia, 1946) es profesor de bioética en Princeton, y uno de los líderes de opinión más influyentes en el mundo. Encabeza el movimiento contra el sufrimiento de los animales con su libro Liberación animal.Ha estado en Barcelona invitado por la Fundación Grifols para hablar de altruismo efectivo, el tema de su próxima obra.Altruisme efectivo: "Es un movimiento filosófico y social que consiste en utilizar el razonamiento y la evidencia para producir el máximo bien posible ". Donaciones:" Es mejor dar el dinero a una organización que se preocupe seriamente por el desarrollo del país, a gente que vive en esos países y que ha estudiado la situación y sabe qué se necesita ". Pobreza:" Es posible detenerla. No diré que estemos cerca porque no hemos hecho suficiente esfuerzo ". España:" Hay gente pobre y el estado del bienestar se ha debilitado . Me gustaría que el gobierno español hiciera más cosas para resolver esto ".

El resto es solo para suscriptores: http://www.ara.cat/suplements/diumenge/Que-ONG-siguin-efectives-questio_0_1169883014.html

Ulrica
07-jul-2014, 22:17
25/03/13
Peter Singer: “Yo quería un mundo con menos consumismo” (http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/Peter-Singer-Salvar-una-vida-terminar-pobreza_0_887911214.html)

El filósofo australiano propone en su libro nuevo un plan para combatir la pobreza basado en la donación universal. En esta conversación explica por qué no es una utopía y cómo hacerlo.

POR HECTOR PAVON


Poner la filosofía al servicio de la comunidad es un desafío que muchos pensadores idealizaron y que muy pocos pudieron llevar al campo de lo real y concreto. El caso singular es el del filósofo australiano Peter Singer que plantea en cada libro o exposición problemas de ética acompañados en cada caso por soluciones (propuestas) prácticas. Así se distingue del clásico filósofo moderno zumbón llamado a señalar los vicios y malos pasos de la sociedad que se retira a seguir buscando las fisuras de un sistema que parece agotado. Singer, defensor del individualismo, se ha ocupado de las desigualdades sociales, la ecología, el maltrato animal, la reproducción asistida, la eutanasia, la tercera edad. Escribió sobre la falta de ética y las contradicciones de los discursos de George W. Bush y diseñó en "Etica práctica" el manual explicativo de su propuesta de pensamiento acerca de las principales problemáticas de la humanidad.

Ahora llega su libro "Salvar una vida. Como terminar con la pobreza", editado por Capital intelectual. Se trata de un planteo simple y sencillo de cómo mejorar la situación de los más desfavorecidos y vulnerables del planeta. Su prestigio ha logrado que algunos líderes mundiales hayan prestado atención a su proyecto que no es nada utópico. Desde Australia cuenta en qué consiste su plan.

-La prosperidad, como idea capitalista, parece una meta inalcanzable dado que siempre se necesita más. ¿Cómo se sobrevive a esa tensión?
-La prosperidad no es un concepto específicamente capitalista. La idea de prosperar es más antigua que el capitalismo moderno. Lo que es capitalista es que la prosperidad consiste en tener cada vez más y más bienes de consumo. Pero no pienso que la mayor parte de la gente, ya sea en las sociedades capitalistas o en otras, crea en realidad que “necesita” cada vez más. La mayoría de la gente sabe qué es lo importante en la vida: una familia afectuosa, amigos, salud, seguridad, sentirse respetado, un nivel razonable de confort y una realización. Sólo unos pocos están atrapados en el ciclo de sentir que necesitan cada vez más, y eso con frecuencia los hace infelices. Por fortuna la mayor parte de la gente es más inteligente.

-¿Piensa que la igualdad de oportunidades existe?
-¡No! Pero eso tampoco es consecuencia del capitalismo. Nunca ha habido igualdad de oportunidades y nunca la habrá, a menos que proporcionemos a todos no sólo igual riqueza, sino también igual educación, igual vivienda, padres igualmente afectuosos y cooperadores y, en última instancia, los mismos genes. En todo caso, es importante entender que Salvar una vida no versa sobre la igualdad, sino sobre la eliminación de la extrema pobreza. Eso es muy diferente, y mucho más alcanzable.

-¿Hay continuidad en este libro con la idea que abordó en “Etica práctica”, de postergar los deseos personales en beneficio de los intereses de la comunidad?
-Sí, la idea central de Salvar una vida ya está presente en un capítulo de Etica práctica, y se remonta a uno de los primeros artículos sobre filosofía que publiqué. Pero no caracterizaría el tema del nuevo libro en términos de “postergar los deseos personales”. Pienso que la mayor parte de la gente es suficientemente generosa y compasiva y que le gustaría hacer algo importante para ayudar a quienes viven en la extrema pobreza. El problema es que no sabe qué hacer o siente que es inútil o demasiado difícil. Lo que sostengo es que hay muchas cosas que podemos hacer y que, si bien en un primer momento podemos pensar que exigen sacrificios, harán que nuestra vida sea más gratificante que antes.

-Hay escenas que se repiten en México, San Pablo o Buenos Aires: asentamientos, villas por un lado; y barrios cerrados por el otro. Pobres de un lado; ricos del otro. ¿Qué queda en el medio?
-Lo que queda, sin duda, no es una buena sociedad. Es una sociedad en la cual los ricos necesitan guardias para sentirse seguros y en la que los pobres no reciben las oportunidades que necesitan para transformar su vida. Estoy convencido de que construir una sociedad mejor es algo que está al alcance de la inteligencia y la buena voluntad humanas, pero el problema es que nadie puede hacerlo por sí solo y que también para el gobierno es muy difícil hacerlo. Por eso tenemos que difundir la idea de que las personas trabajen juntas para cambiar la cultura. Se puede hacer mucho para demostrarle al gobierno que la población, incluida la elite, quiere el cambio, y que un gobierno que sea sincero respecto del cambio encontrará seguidores y voluntarios dispuestos entre la elite.

-Usted sostiene que las razones del auto-interés apoyan la adopción de un punto de vista moral, como la paradoja del hedonismo, que aconseja que la felicidad se encuentra más que se busca, y la mayoría de las personas siente necesidad de relacionarse a algo más grande que sus propias preocupaciones. ¿Cómo se aplica esta idea en la vida diaria?
-Los antiguos griegos conocían esta paradoja. Sabían que si se apunta directamente a la felicidad es improbable que se la encuentre. Si, en cambio, se apunta a algún otro objetivo, ya sea a la creación de arte, a hacer bien el propio trabajo o a servir a la comunidad, es más probable que se halle la felicidad. Una investigación demuestra que la gente que es más generosa tiende a estar más conforme con la vida. Hay pruebas neurológicas que indican que los centros de gratificación del cerebro también se activan como respuesta a actos generosos. Así, al vivir menos para nosotros mismos y más para los otros, nos beneficiamos, así como también beneficiamos a los demás. Esa es la “paradoja”.

-¿La felicidad social es un objetivo de las elites gobernantes?
-Supongo que algunas elites apuntan de forma explícita a la felicidad social. Pero para mí la pregunta más interesante es si la felicidad social debe ser el objetivo explícito de las elites gobernantes. Pienso que la respuesta es que sí, que debe serlo. No puede haber nada más importante que reducir el sufrimiento y aumentar la felicidad. En ese sentido, Bután ha sido un pionero al desarrollar una política de apuntar a la “felicidad nacional bruta” en lugar de “producto nacional bruto”.

-¿La idea de una redistribución de la riqueza que apunta a aliviar la pobreza es una utopía?
-Lo que propongo es que todos los ricos –con lo que me refiero a gente que vive en países industrializados y de clase media o alta– den lo suficiente a organizaciones de lucha contra la pobreza global para que sea posible eliminar la pobreza. Eso no exigiría mucho. Si todos los ricos lo hicieran, supondría donar el dos por ciento de su ingreso, de modo que no es una redistribución radical de la riqueza. Conservarían el 98 por ciento de su ingreso, por lo que no me parece utópico, pero bastaría para mejorar de forma drástica la vida de los pobres. Ahora bien, si en lugar de hacerlo todos los ricos lo hiciera sólo uno de cada veinte, entonces el 2 por ciento del ingreso de esos uno de cada veinte no sería suficiente. Dado que son tan pocos los que aportan, tendrían que dar más del dos por ciento, y estarían en lo cierto. Tendríamos, entonces, que el dos por ciento de los ricos donaría, por ejemplo, entre el 25 y el 50 por ciento de su ingreso. Eso tampoco sería una redistribución radical en un plano nacional, porque el 98 por ciento de los ricos seguiría teniendo el mismo ingreso de siempre. Lo que propongo es una situación en la que todos los ricos del mundo cedan la mayor parte de su riqueza.

-¿Cómo entiende la idea de sacrificio en la lucha contra la pobreza? ¿Cuál es su raíz filosófica?
-No considero que lo que propongo sea un sacrificio, sino un medio para hallar una vida más feliz y satisfactoria. Los únicos que pensarán lo que propongo como un sacrificio son aquellos que consideran que el principal objetivo de la vida es ganar la mayor cantidad de dinero, comprar la mayor cantidad de bienes de consumo posible y dejar a su paso la mayor pila de basura posible.

-¿Por qué es tan difícil poner en práctica la idea de que al renunciar a placeres superficiales se puede aliviar el dolor de otro?
-La verdad es que no lo sé. Parece muy simple. Tal vez porque somos animales gregarios: al ver que la gente que nos rodea ignora el dolor de otras personas lejanas y se permite esos placeres frívolos, hacemos lo mismo. Hacen falta personas de mentalidad independiente para romper el molde.

-¿Uno debería someterse a las necesidades de la comunidad en aras del bien común? ¿Esto afecta al individuo?
-No insto a que la gente se someta a las necesidades de su comunidad. Todo lo contrario. No creo que la gente que vive en Princeton, Nueva Jersey, deba someterse a las necesidades de esa comunidad. La gente que vive ahí no está en la extrema pobreza. Creo que la gente tendría que hacer más por quienes están en la extrema pobreza, y en muchos casos esas personas no son parte de la comunidad propia. Tal vez eso explique por qué en mi propuesta no hay nada que afecte al individuo como tal. Al contrario: insto a la gente a reflexionar sobre la ética y a seguir sus propias elecciones individuales, a diferencia de las que sigue en la actualidad la mayor parte de la gente.

-¿Es posible ser optimista a pesar de la crisis y pensar que de esta situación, que excede lo económico, surgirá lo nuevo?
-La situación económica seguirá fluctuando y afectará tanto a los pobres como a los ricos. Pero lo que me ocupa es algo más amplio, la expansión histórica de nuestra capacidad de proporcionar por lo menos una vida mínimamente digna a todos los habitantes del planeta, y una expansión paralela de nuestra conciencia ética, de modo tal que reconozcamos que quienes tienen la suerte de vivir en un estado de abundancia deben, para vivir de forma ética, ayudar a los que están en el extremo opuesto de la pobreza.

-¿La ética o el sentido común tienen una respuesta a la pregunta de cuánto se debe dar?
-La ética la tiene. Pero el sentido común no la tiene, ya que se desarrolló en un mundo diferente, en el cual no nos era posible ayudar a desconocidos lejanos: no sabíamos nada de ellos y, de haberlo sabido, nada habríamos podido hacer de todos modos.

-¿A qué personajes admira por su lucha por la erradicación de la pobreza?
-Los personajes famosos que más admiro son Bill y Melinda Gates, porque han instrumentado vías para usar su enorme riqueza de forma tal de que haga el mayor bien posible al reducir enfermedades y mejorar la educación y la situación de las mujeres. También alientan a otros multimillonarios a donar más con fines de caridad a través de “La promesa de dar”. También debería agregar que Warren Buffett se ha comprometido ahora a donar casi toda su fortuna a la Fundación Gates. Nadie en la historia de la humanidad ha dado nunca tanto con fines de caridad como los Gates y Buffett.

-¿Sabe si gobernantes, políticos, organizaciones internacionales y personas ricas e influyentes han leído su libro?
-Lo leyeron Bill y Melinda Gates. Lo calificaron de “persuasivo e inspirador”, y mi editorial usa sus palabras en la tapa de la edición estadounidense. Por sugerencia de los Gates mandé cuarenta ejemplares firmados del libro a una reunión de multimillonarios en la que tenían que lanzar la “promesa de dar”. Espero que por lo menos algunos de esos multimillonarios lo lean. También se que lo han leído directores de muchas organizaciones de asistencia como Oxfam, Save the Children, The Hunger Project, The Fistula Foundation y otras.

-¿Le parece que el mundo actual se corresponde con el que usted habría querido vivir en sus años de estudiante?
-No. Yo quería un mundo en el que hubiera menos consumismo y materialismo y más preocupación por los otros y por el medio ambiente. No podía pensar que la desigualdad iba a hacerse aun más aguda de lo que era en mis épocas de estudiante. Por otro lado, desde el fin de la Guerra Fría tenemos menos temor a una aniquilación nuclear que en la década de 1960 y, en líneas generales, el riesgo de una guerra entre dos grandes potencias parece haber declinado. Pero en esa época no tenía conciencia, por supuesto, del peligro del cambio climático, y en ese sentido el mundo está peor ahora de todo lo que pudiera haber imaginado.