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Ver la versión completa : Los platos en la mesa (Neruda)



figuera
19-may-2009, 15:11
los animales comen con hermosura

Antes vi el animal y su alimento.
Al leopardo orgulloso
de sus ligeros pies, de su carrera,
vi desencadenarse
su estática hermosura
y partir en un rayo de oro y humo
el carro hexagonal de sus lunares:
caer sobre la presa
y devorar como devora el fuego,
sin más, sin insistir, volviendo entonces
limpio y erecto y puro
al ámbito del agua y de las hojas,
al laberinto del aroma verde.
Vi pastar a las bestias matutinas,
suaves como la brisa sobre el trébol
comer bajo la música del río
levantando a la luz la coronada
cabeza aderezada de rocío,
y al conejo cortar la limpia hierba
con delicado, infatigable hocico,
blanco y negro, dorado o arenoso,
lineal como la estampa vibradora
de la limpieza sobre el pasto verde,
y vi al gran elefante
oler y recoger en su trompeta
el cogollo secreto
y comprendí, cuando los pabellones
de sus bellas orejas
se sacudían de placer sensible,
que con los vegetales comulgaba
y que la bestia pura recogía
lo que la tierra pura le guardaba.

no así los hombres

Pero no así se conducía el hombre.
Vi su establecimiento, su cocina,
su comedor de nave,
su restaurant de club o de suburbio,
y tomé parte en su desordenada
pasión de cada hora de su vida.
Empuñó el tenedor, saltó el vinagre
sobre la grasa, se manchó los dedos
en las costillas frescas del venado,
mezcló los huevos con horribles jugos,
devoró crudas bestias submarinas
que temblaban de vida entre sus dientes,
persiguió al ave de plumaje rojo,
hirió al pez ondulante en su destino,
ensartó en hierro el hígado
del tímido cordero,
machacó sesos, lenguas y testículos,
se enredó entre millones de spaghetti,
entre liebres sangrientas e intestinos.

matan un cerdo en mi infancia

Mi infancia llora aún. Los claros días
de la interrogación fueron manchados
por la sangre morada de los cerdos,
por el aullido vertical que crece
aún en la distancia aterradora,

matan los peces

y en Ceylán vi cortar peces azules,
peces de puro ámbar amarillo,
peces de luz violeta y piel fosfórica,
vi venderlos cortándolos vivientes
y cada trozo vivo sacudía
aún entre las manos su tesoro
latiendo, desangrándose en el filo
del pálido cuchillo mercenario
como si aún quisiera en la agonía
derramar fuego líquido y rubíes.

Pablo Neruda, Memorial de Isla Negra

Boiserie
19-may-2009, 23:20
Fantástico poema de Neruda...muy visual...

Gracias por la aportación!!!

Portobella
29-may-2009, 18:28
Q buen poema, tenia que ser de Neruda.
Gracias por compartirlo:rolleyes: